En días recientes nuestros compañeros derechohabientes del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) de Lombardía, cabecera municipal de Gabriel Zamora, han tenido que sufrir en carne propia la aplicación del muy conocido discurso del presidente de la república sobre el combate a la corrupción, y del que sus fieles seguidores consideran como una verdad absoluta, es el caso de la delegada del IMSS en Michoacán, María Luisa Rodea Pimentel, quién les ha retirado el médico del régimen ordinario a los trabajadores del municipio.
Uno de sus principales argumentos para dejarlos sin el servicio médico es que antes, otros gobiernos cometieron actos de corrupción e irregularidades y les permitieron tener un médico que les atendiera; esta “corrupción” permitió que los habitantes del municipio de Gabriel Zamora fueran atendidos durante 40 años de diferentes enfermedades, pero ella (la delegada) no lo permitirá, pues fiel al ideario del presidente le parece urgente combatir estas prácticas nocivas, aunque ello, implique que se queden sin servicio médico.
Servicio médico que todos sabemos es necesario, más en tiempos en que el país sufre una altísima tasa de mortalidad de 221 mil decesos por covid-19 que son responsabilidad de las malas decisiones en salud que tomó precisamente el régimen de la 4T desde que minimizó la pandemia y donde optó por la aplicación de la inmunidad de rebaño que nos ha llevado a un triste tercer lugar a nivel del mundo después de Estados Unidos y Brasil por el número de víctimas mortales.
Pues bien, esta política criminal se repite hasta en los más mínimos niveles en todo el país, y los habitantes de este pequeño municipio enclavado a la entrada de la tierra caliente no han podido escapar a ella, después de cuatro décadas, lejos de pensar que “la esperanza de México” les ayudaría para construir un hospital más grande, con más médicos, resulta que en nombre del combate a la corrupción se quedarán sin su médico.
María Luisa Rodea Pimentel, con la altanería propia de quién tiene el poder, se dijo sorprendida de que los michoacanos fueran tan exigentes y de que no aceptaran trasladarse a la clínica 11 que se ubica en Nueva Italia de Ruíz a atenderse y buscaran el argumento de que tardan media hora en llegar, sostuvo que, en el estado de México, tardaban hasta 2 horas en llegar con un médico y no protestaban. La señora delegada finge no saber o ignora que el trasporte en esta zona es escaso, la mayoría en malas condiciones, que el terreno es muy accidentado y que la inseguridad ha provocado decenas de muertos en lo que va del año, además, de que el costo del trasporte es de 100 pesos, cantidad que resulta cada vez más difícil de tener para muchas familias, esto sin contabilizar que mucha gente es de la tercera edad y difícilmente puede viajar sola.
Por último, cuando todas sus “razones” se vinieron abajo, sólo acertó a decir, “la clínica no existe” como el argumento más fuerte y sólido para no dar soluciones, a pesar, de que de todos es conocido que se fundó en un terreno que donaron los campesinos desde 1981 y que se han atendido miles de ellos durante todo este tiempo, incluidos los de Bienestar.
Esta es una demostración más de la forma en que se concibe el bienestar y la salud del pueblo por el gobierno de la 4T, ya hemos tenido muchos ejemplos de que son partidarios de la creencia falsa de que la corrupción se combate desapareciendo programas sociales como las guarderías, los comedores comunitarios, el Seguro Popular, etc.
Ante tal irracionalidad está en manos del pueblo de Gabriel Zamora defender su derecho a la salud y cerrarle el paso a Morena en las próximas elecciones.
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