Se viven tiempos de efervesencia política en algunas partes del país, principalmente en Oaxaca, Durango, Hidalgo, Aguascalientes, Quintana Roo y Tamaulipas, porque allí habrá cambio de gobernador.
El pasado 3 de abril, en las entidades antes referidas y en Oaxaca iniciaron las campañas proselitistas, y como era de esperarse, han comenzado los candidatos a recorrer el estado para dar a conocer sus propuestas.
Es corto el tiempo aún para poder señalar, o dar una caracterización de lo que pueda pasar el 5 de junio, día de la jornada electoral. Por el momento, en Oaxaca, las encuestas solo posicionan a dos candidatos con posibilidad de ganar, aunque lejano uno del otro. Por Morena-PVEM-PT-PUP, Salomón Jara Cruz, y en candidatura común (PRI-PRD), Alejandro Avilés Álvarez.
El pueblo de México y de Oaxaca, en particular, ha visto ya muchos procesos de este tipo, los cuales han enseñado a distinguir lo que ocurre, tras el velo de los eventos multitudinarios, pues a pesar de que los candidatos del partido que sea hagan las mejores propuestas, lo que se vive en el fondo es la disputa de grupos económicos por el control del estado para seguir detentando su hegemonía económica. Oaxaca no es la excepción.
La lección más reciente es la de 2018, en la que se registraron tras un sinfín de promesas, todas ellas bajo el slogan de primero los pobres. Sí, las promesas de Andrés Manuel López Obrador, que lo hicieron obtener 30 millones de votos, cantidad histórica, que lo colocó al frente del país.
Sin embargo, a más de tres años de distancia podemos y hacer un balance de lo que su partido Morena con aliados prometieron en campaña y saber qué han cumplido, pero, sobre todo, cómo han incidido sus resultados en la mejora de las condiciones de vida de los mexicanos.
Basta recordar que prometieron bajar la gasolina y no lo han hecho; ofrecieron vender el avión presidencial y, tras otro de sus circos, esto no ha ocurrido, al contrario, engañaron al pueblo de México con una rifa falsa.
Dijeron que se elevaría el salario progresivamente, pero, aunque lo han elevado nominalmente, la inflación que está por los cielos ha provocado que esa elevación de salario no se vea reflejada, pues ahora compramos menos con un salario mayor.
Dijeron que apoyarían al campo como nunca, pero los campesinos han dejado de recibir fertilizante para sus siembras, tractores para su producción o proyectos productivos para generar algún ingreso; es decir, muchas cosas de las que se prometieron no se cumplieron.
También eliminaron programas como el Escuelas de Tiempo Completo, PROSPERA, el Seguro Popular, entre otros que beneficiaban a las clases pobres, y en contraste hemos visto como los grupos económicos poderosos se han ido beneficiando durante este sexenio, tal es el caso de Ricardo Salinas Pliego, German Larrea, Carlos Slim, entre muchos más.
Todos estos resultados se han traducido en que la desigualdad económica persiste en nuestro país, y como consecuencia que la pobreza crezca, que cada día sean más familias pobres, que las comunidades sigan viviendo en marginación, con falta de desarrollo, en el abandono total.
Por ello, los oaxaqueños más humildes y todos los sectores de la sociedad en general, debemos reflexionar sobre las campañas actuales, pues si hace cuatro años, muchos mexicanos estaban ya hartos de los partidos de antaño, como el PRI, PRD, PAN, por sus pesimos resultados, ahora podemos afirmar que Morena los ha alcanzado en estos pocos años al frente del país, que la esperanza que ofertó se ha desvanecido con sus pésimos resultados.
Pero esto en general, son las consecuencias de que en nuestro país no hay aún un partido de los pobres, aquel que enarbole las causas de la Revolución Mexicana y que luche realmente porque se lleven a cabo, y la ausencia de una fuerza política surgida del pueblo produce que quienes disputen el poder no sean los pobres ni que este sea para los pobres, si no para los grupos económicos solamente.
De estas campañas electorales que acaban de dar inicio, los discursos y propuestas de los candidatos, no van a variar mucho y por eso el pueblo pobre con la experiencia que ha obtenido en tiempo de campañas políticas durante muchos años, le debe de quedar clarísimo que ni el PRI, ni MORENA, ni las coaliciones van a mejorar la vida de los pobres.
En conclusión, el Movimiento Antorchista les hace el llamado fraterno a todas las capas sociales más pobres, se organicen enserio para luchar contra la injusticia social y formar el partido de los pobres en México, ojalá así sea.
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