En el Movimiento Antorchista siempre hemos creído y actuado en consecuencia, que la consecución de cualquier cargo público debe tener como propósito y fin superior, siempre y en todo momento, el de responder a los intereses superiores de los ciudadanos más desprotegidos; es decir, de los ciudadanos que se encuentran desvalidos y abandonados y que requieren verdadero apoyo para resolver su múltiples problemas y necesidades. Parafraseando a don José Ma. Morelos y Pavón, podemos decir que los funcionarios públicos, desde el punto de vista y práctica antorchistas, deben ser, en los hechos, verdaderos siervos de los necesitados. Hasta hoy, esa idea se ha manejado como arma de propaganda y como slogan de campaña, y su repetición grosera, sin corresponderse con los hechos, la ha convertido en frase hueca que ya nadie cree. De esta manera, ha provocado en la población en general y en los votantes en particular, una desconfianza total, tanto hacia los partidos políticos como hacia los candidatos de todo pelaje.
Como se ve, la idea de poner los cargos públicos al servicio de la ciudadanía es una tarea ciclópea, es una tarea de gigantes, que sólo puede poner en práctica aquel partido político o funcionario público que realmente se haya comprometido, aceptado y convencido plenamente, de que el estado de cosas actual no puede, no debe continuar; que un cambio en la praxis política no sólo es necesario, sino indispensable para la salud pública de la nación. En resumen, sólo la pueden aplicar quienes se hayan comprometido, aceptándola por convicción y habiendo demostrado con su práctica que es urgente un cambio en la manera de gobernar al país y de hacer política.
El Movimiento Antorchista Nacional, desde su fundación, ha demostrado con y en los hechos, estar totalmente convencidos de la necesidad de poner en manos del pueblo el poder de la nación, instaurando una práctica nueva en la forma de hacer política. Todo ello a pesar de comentarios en contrario, de calumnias, ofensas e intrigas, todas encaminados a ahogar desde su nacimiento mismo a la organización.
Este principio aplicado con decisión, esta mística arraigada en la conciencia de todo el antorchismo nacional, nos han permitido lograr, con el arribo al poder municipal, transformar a varios municipios y, como consecuencia, la vida de miles de ciudadanos antorchistas y no antorchistas. Tecomatlán, Huitzilan de Serdán, Tepexi de Rodríguez, Santa Inés Ahuatempan, Atexcal, San Juan Ixcaquixtla, en el estado de Puebla, se han convertido, por obra de la instrumentación de este principio, es decir, poner el poder al servicio del pueblo en pequeñas ciudades rurales que son orgullo del Movimiento y de sus ciudadanos, como un ejemplo palpable de que una nueva y justa forma de vivir para los pobres es posible lograrla. Chimalhuacán e Ixtapaluca en el Estado de México y varios municipios en san Luis Potosí, reafirman lo acertado de la praxis antorchista. Estos resultados son los que nos impulsan a continuar nuestra tarea de transformación.
En las dos últimas décadas nos hemos visto obligados a agregar las diputaciones locales y federales, como un instrumento más en la búsqueda de la mejoría de las condiciones de vida de los ciudadanos. En los municipios que conforman los distritos a representar, no nos animan las ansias de lucro, ni la consecución del poder por el poder mismo, buscamos el instrumento adecuado que nos presta el momento para allegar bienestar y progreso a la mayoría de la población.
Esto, que a muchos les pudiera parecer demagogia o más de lo mismo, es necesario y correcto que sepan que han sido diputados antorchistas: el ingeniero Juan Manuel Celis Aguirre, el licenciado Lisandro Campos Córdova, la ingeniera Edith Villa Trujillo, la maestra Hersilia Onfalia Córdova Morán y la doctora Soraya Córdova Morán. Todos el sin excepción, desde el Congreso federal, lograron para sus distritos una enorme cantidad de obras y servicios que han proporcionado a la ciudadanía y sus comunidades un mejoramiento ostensible: clínicas, escuelas, sistemas de energía eléctrica, agua potable, drenaje, pavimentación de calles, casas de cultura, casas de estudiantes, canchas techadas, auditorios, clínicas, hospitales, vivienda, unidades deportivas, se encuentran sembradas en la totalidad de los municipios que representaron, en cantidad tal que hacen el orgullo de gestores y beneficiarios.
El ejemplo más reciente de lo aquí dicho, son el ingeniero Juan Manuel Celis Aguirre y la maestra Hersilia Córdova Morán, quienes, en su periodo legislativo, comprendido entre el 2015 y el 2018, lograron para el distrito de Atlixco la realización de 294 obras en 22 municipios que conformaban el Distrito XIII, con una inversión de 688 millones de pesos, cantidad invertida en municipios que nunca antes se habían beneficiado con obras trascendentes. Se logró en cantidad tal que es muy difícil igualar, y con una inversión que está convertida en una marca que espera ser superada por quienes aspiren a un cargo de elección popular, si dicen ser realmente los representantes del pueblo.
éstas son algunas de las razones por las que la maestra Hersilia, ahora que se le presentó la oportunidad de ser candidata a diputada federal, por el partido de la Revolución Democrática, aceptó encabezar la fórmula para la diputación por el distrito de Atlixco. No son ansias de poder, no son ansias de enriquecimiento, son ansias de encontrar vías alternas para llevar progreso y bienestar a los humildes del Distrito XIII, tal como se lo dictan sus convicciones, tal y como lo hizo en su anterior desempeño.
Por ello, los votantes deben tener la seguridad de que la candidatura de la maestra Hersilia, y su posible triunfo, son necesarios, pues es indispensable su victoria para poner el poder al servicio de los ciudadanos, que pueden estar seguros de que su apoyo no servirá para un mejoramiento o beneficio personal, sino la oportunidad de seguir avanzando en sus comunidades por la ruta del progreso y bienestar. La diputación no servirá a la maestra Hersilia, estará al servicio de los electores del distrito de Atlixco.
Es cierto que con las reformas del actual gobierno el Ramo 23, que permitía a los diputados y presidentes municipales gestionar recursos para la realización de obra social en sus distritos y municipios respectivamente, está cancelado y, con ello, la posibilidad de llevar recursos a los municipios se ha vuelto prácticamente imposible. Entonces, la lucha por recuperar la vigencia del Ramo 23 se vuelve un asunto de primera importancia. Sin embargo, esta lucha sólo podrán librarla con probabilidades de éxito los diputados que tengan presente los intereses de los desprotegidos de México.
Por tanto, el triunfo de la maestra Hersilia, se vuelve una tarea de primer orden, porque ella será, indudablemente, una guerrera capaz y comprometida en la lucha para restablecer el Ramo 23. Su triunfo se torna necesario e indispensable para acabar con el periodo de estancamiento y retraso que sufren los municipios. De esa manera, aunque quizá un poco más a largo plazo y enfrentando grandes y serias dificultades, recuperar la vigencia del Ramo 23 es otra forma de obtener beneficio para la ciudadanía del Distrito, y es una lucha que sólo la darán quienes anhelan, paz, progreso y bienestar para los pueblos.
Aclaradas y entendidas así las cosas, los electores del distrito de Atlixco deben tener plena conciencia de que un voto por Hersilia Córdova es un voto por la dignidad y superación de los propios votantes. Por estas razones, no deben dudar en brindar de manera plena el apoyo a su candidatura. Deben dejar de vender su voto que hasta hora la realidad ha demostrado que es muy mal negocio; deben evitar ser manipulados por los enemigos del nuevo enfoque político que plantea la maestra; deben dejar de creer en el raudal enorme de calumnias y mentiras que los enemigos dejaran caer sobre una noble y leal luchadora social.
Los electores deben recordar, a la hora de emitir su voto, que las obras construidas en sus comunidades son producto de la convicción política que anima a la Maestra y que con el tiempo no sólo no ha desaparecido, sino que se ha acrecentado y tiene más fuerza en su conciencia y en su actuar. Todos deben consolidar la candidatura de la maestra, obteniendo el triunfo este 6 de junio, llevando a la familia, a los amigos, compadres y ciudadanos progresistas, a votar por Hersilia Córdova Morán. ésa es la tarea. No nos neguemos a cumplirla.
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