Mucho se habla de que como una forma de ahuyentar los actos al margen de la ley o poner orden dentro de la sociedad, hay que endurecer la ley o aumentar el número de elementos en los cuerpos policiacos y, además, armarlos "hasta los dientes", cuando en realidad lo que verdaderamente hace falta es un poco de sensibilidad por parte de los funcionarios que se encuentran en el aparato burocrático o al mando de éste.
Todo lo anterior viene a cuento, porque a raíz de que entró en vigor el "nuevo" reglamento de Tránsito y Vialidad Municipal, que en teoría debe regular el "buen funcionamiento del tránsito". Pero descalificarlo en general o adoptar una actitud mezquina a la puesta en marcha del mencionado reglamento no sería una actitud correcta ni honrada.
Lo cierto es que convertido en norma o ley, ahora sí a darse vuelo y a aplicárselo a cualquier incauto que se deje, o como se dijera coloquialmente, ahora sí hay elementos para que algunos agentes de vialidad municipal a la primera comiencen a infraccionar a diestra y siniestra sólo por "quítame esas pajas", y eso es lo que viven y sufren en carne propia tanto automovilistas particulares como los del servicio público.
Ahora es muy común encontrarse a la vuelta de la esquina al agente infraccionando dizque por violar el nuevo reglamento, y bueno, es la palabra del oficial contra la del chofer del servicio público o particular. El agente, muchas veces, abusando de lo que representa el uniforme que porta, usa su posición para aprovecharse de la ciudadanía. Uno de tantos vicios que existen en el aparato burocrático.
Conclusión, ¿es necesario ser más severo con la ley para generar orden? A mi juicio no es así. Pensar así es tener una visión completamente unilateral, fraccionada e incompleta sobre el panorama y los diferentes actores que involucra. Leyes ya hay muchas, lo que hace falta es cumplirlas, como dijo alguna vez el exdiputado Lisandro Campos, quien -dicho sea de paso- fue reconocido en México y Washington D.C. como mejor diputado durante dos años consecutivos.
Lo que necesitamos, en la ciudad de Puebla, con el nuevo reglamento de Tránsito y Vialidad Municipal, es un poco de sensibilidad para atender los problemas sociales. Es menester que haya voluntad política para escuchar, atender a las diferentes expresiones, de lo contrario, es sólo "echar limón a la herida" porque, leyes y reglamentos, es lo que nos sobran.
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