De acuerdo con datos del Banco Mundial, el virus SARS-CoV-2 provocó que mil 600 millones de niñas, niños y jóvenes en todo el mundo, dejaran de asistir a la escuela. En México, más de 30 millones de alumnos empezaron a recibir lecciones a través de la televisión, la radio y, quienes tuvieron la oportunidad, también por internet.
Debido a esto, el aprendizaje en casa se ha vivido de manera muy diferenciada, pues, mientras hay quienes pueden tomar lecciones vía "classroom” o video-conferencias, otros, han optado por el WhatsApp como la vía de comunicación para poder llegar a los estudiantes, considerando que muchos de los alumnos no tienen acceso a otras tecnologías.
Sin embargo, muchos de los estudiantes no tienen ni lo más elemental para tomar sus clases, y por lo tanto se han quedado sin ellas. De acuerdo con la Encuesta Nacional sobre Disponibilidad y Uso de Tecnologías de la información en los Hogares (ENDUTIH) 2019, el 45 por ciento de los estudiantes no tienen un dispositivo como computadora, laptop, tableta o teléfono inteligente en el hogar con acceso a internet.
Viendo el panorama desde esa perspectiva, ¿podemos imaginar qué pasará con esos miles de estudiantes que no podrán acceder a sus clases por la vía virtual?, ¿qué alternativa se tendrá para ellos?
En datos publicados por el portal web Animal Político se menciona lo siguiente: "el impacto de la pandemia de coronavirus no sólo alcanza al sistema de salud, sino también al educativo; en México 628 mil niños y jóvenes de 6 a 17 años de edad abandonarán los estudios, sobre todo por dos razones: la crisis económica que disminuye los ingresos de las familias y la falta de condiciones para el aprendizaje a través de la educación no presencial”.
Ante tal situación, miles de niños y jóvenes tendrán como única alternativa incorporarse al mercado laboral. De acuerdo con Alicia Bárcena, Secretaria Ejecutiva de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), en México, aumentará de 3.3 a 5 millones la población de niñas, niños y adolescentes que trabajen. Las razones de este aumento son principalmente económicas, pues con la crisis agudizada por la pandemia, miles de jóvenes se ven en la necesidad de buscar trabajo para sobrevivir y apoyar a su familia.
Y en Colima no nos quedamos atrás, pues desde hace ya algunos años, nuestro estado, ha ocupado los primeros lugares en trabajo infantil. Veamos. Colima es el sexto estado del país con el porcentaje más elevado de trabajo infantil en niños y niñas de 5 a 17 años de edad, ya que el 13.9 por ciento de ese sector poblacional en la entidad, se encuentra en actividad laboral, esto de acuerdo con la Encuesta Nacional de Trabajo Infantil (ENTI) 2019 realizada por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).
Ahora con la pandemia, este mal se agudizará más en nuestro estado, y no se ve por ninguna parte las alternativas de los gobiernos tanto estatal como federal para resolverlo. Ante este panorama, los jóvenes no deben conformarse con ser sólo una cifra en las estadísticas, deben sumar su energía y su inteligencia en torno de un movimiento organizado del pueblo, que busque terminar con la desigualdad, la injusticia y el privilegio.
Los jóvenes están comprobando por sí mismos durante esta pandemia, que comparten los mismos sufrimientos que padece el pueblo trabajador, el mismo que enfrenta fenómenos como la desigualdad, el desempleo, el incremento de la pobreza, la deserción escolar, la carencia de vivienda, etc. Por ello, los jóvenes deben ayudar a sus padres a entender la realidad social, y ayudar en la construcción de un nuevo modelo de sociedad, que les permita contar con educación de calidad, salud, alimentación, empleo, salarios dignos y vivienda digna y decorosa, para ellos y su familia.
De no ser así, se corre el riesgo de dejar al país en manos del capitalismo voraz que busca a toda costa el control del mundo. Y que por lo visto no será en beneficio del pueblo trabajador de nuestro país.
Llamo a la juventud, tal como lo hiciera el poeta y dramaturgo español Miguel Hernández en una de sus magníficas obras: "sangre que no se desborda, juventud que no se atreve, ni es sangre, ni es juventud, ni relucen, ni florecen. Cuerpos que nacen vencidos, vencidos y grises mueren: vienen con la edad de un siglo, y son viejos cuando vienen. La juventud siempre empuja la juventud siempre vence, y la salvación de España de su juventud depende”.
Y así lo creo también, la salvación de México, de su juventud depende. No lo olviden.
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