El municipio de Real de Asientos, ubicado al norte del estado de Aguascalientes, es una población donde sus habitantes han buscado por años un verdadero desarrollo, progreso para sus barrios, colonias y comunidades, y que, a más de 400 años, el deterioro, la explotación del suelo, la extracción de sus riquezas naturales, y la casi nula inversión de las mismas en su propio suelo, aunado a la falta de empleos; la inseguridad creciente día a día; la nula inversión en salud, educación, obras y servicios básicos, así como a la falta de apoyos sociales para los que más lo necesitan, han originado en dicha población un malestar, un hartazgo de los actuales gobiernos y sus gobernantes, mismo que cada tres años, se ha visto reflejado en la búsqueda de una nueva opción política que los gobierne y los saque del atraso y marginación en el que se encuentran.
La lucha de los pobladores de Asientos y su hartazgo contra un cacicazgo de más de 12 años, que encabeza el ingeniero José Manuel González Mota, se vio reflejada en la unión y crecimiento constante de miles de ciudadanos de las 54 comunidades del municipio, en torno a un proyecto político, denominado “Por el rescate de Asientos”, que encabezaron en alianza el Movimiento Antorchista, el partido Acción Nacional (PAN), y el partido de la Revolución Democrática (PRD), con las candidatas de extracción antorchista para la presidencia municipal, liicenciada Diana Karina Vázquez López, y a la diputación local por el segundo distrito, la joven estudiante Ana Karen López Ávila, mismas que con su trabajo y entrega al pueblo organizado en esta gran alianza, lograron reunir más de 15 mil firmas, en apoyo a sus propuestas de desarrollo y bienestar para todas y cada una de las comunidades del municipio, así como para los sectores menos favorecidos, y los sectores empresariales, turísticos, educativos, de salud, deporte, etc., en suma, el proyecto que encabezó dicha alianza fue el que el pueblo organizado de Asientos favoreció el pasado 6 de junio del presente año 2021.
Y me atrevo a decir que fue favorecido con el voto popular, pues desde que inició la campaña, y meses antes de la misma, el temor de que la gente eligiera una nueva opción era evidente, y en consecuencia de ello, se dejó caer sobre las cabezas de quienes dirigían o encabezaban esa inconformidad, una serie de amenazas, de las cuales llegaron a concretarse algunas antes y durante la campaña, mismas que fueron denunciadas ante las autoridades competentes, resultando un silencio sepulcral, y en ocasiones, hasta en un contubernio entre autoridades y agresores. Doy algunos datos. Durante la campaña, fueron recogidos dos vehículos que tripulaban los principales dirigentes del Movimiento Antorchista, con el claro propósito de inhabilitarlos, o por lo menos, distraerlos en trabas legales y trámites engorrosos para poder recoger los vehículos de los corralones municipales. Uno de los vehículos, sin denuncia alguna, y sin denunciante, fue recogido y llevado en la grúa, por un supuesto choque, cuando dicha unidad estaba estacionada, y el vehículo con el que supuestamente había chocado, ni si quiera tenía rastro de algún golpe, y mucho menos estaba el afectado en el lugar de los hechos, pero como los agentes de policía tenían órdenes precisas de llevarse el carro y de ser posible a sus tripulantes, no les importó nada, ni que el supuesto afectado se hubiese retirado del lugar, con notable estado de ebriedad.
Lo anterior es solo un ejemplo de todo lo sucedido en la campaña, talvez el menos importante, pero que retrata de cuerpo entero la complicidad entre los agresores, que cabe aclarar, eran gente del cacique del pueblo, y las autoridades municipales, policías, que tenían que hacer caso al mandato del mismo cacique. A pesar de todo esto, la lucha se dio, el pueblo organizado no se dejó amedrentar, siguió haciendo su trabajo casa por casa, convenciendo a los indecisos, repeliendo las agresiones en conjunto, uniéndose todos los pobladores contra las injusticias y amenazas de alguien que temía, y con toda razón, perder la gallina de los huevos de oro, pues la población se encontraba en un estado de molestia, hartazgo y decisión de luchar por un nuevo rumbo, por el rescate de Asientos. El día 6 de junio, fue el descaro total del abuso de poder, de la ilegalidad rampante, y de la complicidad entre “compadres” de fortuna. Mientras el pueblo organizado luchaba por la democracia, por el voto popular, con las herramientas legales que la constitución brinda para ello, del otro lado, los del grupo de poder, el cacique y “sus compadres”, los del partido en el poder federal, Morena, compraban el voto como quien compra palomitas en la plaza, frente a las casillas daban el dinero, casa por casa sacaban a la gente y les quitaban su credencial de votar por algunos pesos, entraban y salían de las instalaciones donde se colocaron las urnas, como quien entra a su casa y sale, sin que la autoridad hiciera apenas un pequeño llamado.
En el municipio de Asientos, donde las preferencias eran dos a una, por el proyecto político que encabezó el Movimiento Antorchista se dejó caer todo el peso de la ley, pero contra quienes se decidieron a buscar un cambio, delincuentes, funcionarios públicos, policías, etc., todos unidos contra los ciudadanos que conformaban la alianza PAN-PRD, amedrentando, golpeando en varios casos, secuestrando vehículos, sacando armas de fuego para intimidar, y hasta mintiendo descaradamente con supuestas denuncias, para llevarse a los separos a los líderes en cada una de las secciones electorales el día de la elección, sin lugar a dudas, el proyecto que se encabezó se enfrentó a la fuerza y terror del Estado, fue, como coloquialmente se conoce, una elección de estado, donde intereses económicos y políticos muy grandes, tuvieron que meter las manos, ante la real posibilidad de que el pueblo organizado les ganase, por la vía democrática, el poder que por tantos años han detentado.
Lo vivido en Asientos, y en otros municipios y estados de la república mexicana, fue lo que históricamente se ha conocido como “lucha de clases”, el pueblo organizado, contra la burguesía y sus aparatos se represión, pero todo esto demuestra solamente una cosa, que el pueblo se está preparando para dar la batalla final que, con más politización, concientización de su fuerza, y con más esfuerzo y dedicación, la victoria está más cerca que nunca. Y que nadie diga que aquí se perdió y acabó todo, pues si antes de iniciar la campaña los antorchistas éramos por mucho 2 mil, en el municipio, con el trabajo, esfuerzo y dedicación de todos, alcanzamos un número de 9 mil, mismos que están decididos a dar la batalla, y que no quedaron nada contentos con los atropellos y abusos de poder del estado y sus caciques. Estamos en el mejor momento histórico, y tenemos que aprovecharlo, sigamos organizando y educando al pueblo trabajador, que más temprano que tarde, el descontento popular se desbordará, y aquí estaremos nosotros para encausarlos y llevarlos por el rumbo del progreso y la unidad. ¡Unión, fraternidad y lucha compañeros!
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