En la mente del trabajador asalariado, siempre está presente la preocupación de que, si con su salario, podrá sacar adelante los gastos que implican el sostenimiento de su familia: alimento, transporte, vestido, pago de servicios, renta, gastos de educación de sus hijos, salud; preocupación perene y llena de incertidumbre, que únicamente la conoce de manera cruda la gente humilde. Al ir al mercado y adquirir los alimentos, o al ir pagar el recibo de luz, o al tomar el camión de ruta, etc., ve como se desvanece su mísero salario y se pregunta cómo sorteará la semana, pues los precios de bienes y servicios no son fijos sino suben y bajan en el tiempo, aunque casi siempre están al alza. El trabajador tiene que enfrentarse. El aumento generalizado y sostenido de los precios de los bienes y servicios que consume.
El Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), informó que en el mes de octubre de este año 2021, se registró la inflación más alta de los últimos 23 años. El Inegi señala, que la inflación en octubre, en México, fue de 0.84%, con respecto al mes anterior, lo que representa el mayor aumento que se da en precios y servicios en ese mes desde 1998. En relación al índice de precios de la canasta de consumo mínimo (la que consume el trabajador humilde) presentó un incremento de 0.97% mensual y de 7.15 anual (2021); en el mismo periodo de 2020 estos mismos indicadores fueron de 0.71 y de 4.47%.
Algunos de los productos y servicios, que según el Índice Nacional de Precios al Consumidor (INPC), que reporta el mismo Inegi, subieron, fueron: el tomate verde, 25.55%; nopales, 25.03%; electricidad, 18.80%; el gas doméstico LP, 8.2%; el huevo, 4.51%; cebolla, 10.33%. Llama la atención el importante aumento del servicio de electricidad de casi un 20 por ciento y del gas LP. Una de las promesas de campaña de Andrés Manuel López Obrador (AMLO) fue de que se bajarían las tarifas del servicio de energía eléctrica, cosa que no ha ocurrido.
La inflación golpea el nivel de vida de las clases trabajadoras, pues los productos, se hacen cada vez más inalcanzables para el bolsillo de éstas. El ama de casa al ir al mercado simplemente ya no le alcanza para el mandado, con lo cual, su familia, pasa hambre y necesidades. Consecuencia de la inflación: hace más pobres a los pobres, pues mientras el salario del trabajador aumenta raquíticamente, el aumento de los precios de los productos y servicios más básicos no se detienen, están imparables, y sobre pasa en mucho el aumento salarial.
Son “curiosas” las opiniones y declaraciones que da gente del gobierno, como la que dio Jonathan Heath, subgobernador del Banco de México (el cual no es tan autónomo como se dice), él que, en una entrevista con el diario “El País”, se limitó a decir que después de año y medio de pandemia, el fenómeno inflacionario se ha vuelto “complejo”. La pregunta es ¿Complejo, para quién? Seguramente no es “complejo” para la clase del dinero que siempre saca tajada y puede vivir en la holganza sin preocuparse de la inflación. Antes y después de la pandemia, la inflación ha perjudicado a las familias humildes. Además, la pandemia se ha convertido en la justificación de AMLO para la falta de crecimiento, el desempleo y, ahora, el proceso inflacionario. La realidad es que el culpable en última instancia de que se dé un proceso inflacionario en nuestro país, no es otro que el gobierno de la 4T, empezando con quien lo encabeza, AMLO, ya que es el gobierno el que dirige la economía del país, es él quien dicta las políticas salariales, marca la política monetaria del Banco de México, vigila que los grandes comerciantes e industriales no suban a su antojo los precios de productos y servicios.
Necesitamos un gobierno que vea por los pobres, por el campesino, el obrero, el ama de casa, el estudiante de bajos recursos. Un gobierno que desarrolle la economía del país y que se haga una mejor distribución de la renta nacional. Un gobierno que establezca una política fiscal progresiva en el que pague más el que más ingresos tenga, o sea los empresarios, cosa que no se hace en la actualidad. Y que el Presupuesto de Egresos de la Federación (PEF) vaya dirigido a los más pobres, mediante el cual se hagan obras sociales y se impulse el empleo. Esto no lo tendremos con la 4T. Cruda realidad.
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