MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

La gestación de los alcaldes bastardos de Morena

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Para el antorchismo no resulta ajena la lucha. La lucha es, en la mayoría de los casos, la única forma en que los antorchistas han logrado que sus demandas sean resueltas. Pero para los antorchistas de Huitzilan de Serdán y de Ocoyucan, Puebla la lucha ha sido una necesidad, su forma de vida, porque sólo así, organizándose y luchando, es como se logró una transformación radical en estos municipios que, para ponerse de pie, tuvieron que erradicar el yugo del cacicazgo local que los tenía sometidos. 

Geográficamente son dos municipios lejanos entre sí, uno en la Sierra Nororiental de Puebla y otro en el área metropolitana, y hoy en día tienen un común un nuevo factor. Ambos están en la mira del Gobierno del estado, que encabeza el morenista Miguel Babosa, con el único fin de colocar alcaldes títeres que garanticen sus intereses oscuros y mezquinos.

Resulta que luego del proceso electoral que se llevó a cabo el pasado 6 de junio, del cual, los antorchistas Rosendo Morales Sánchez y Josué Elías Velázquez Bonilla resultaron electos por la mayoría de las personas que ejercieron su derecho a elegir libremente a sus gobernantes, ahora se busca echar abajo ese resultado a través del Instituto Electoral del Estado, el cual, se sabe bien, está bajo la titularidad de gente afín al morenista Barbosa Huerta. 

Pues bien. No se trata sólo de robarle el triunfo a los candidatos electos, ni de un ataque al partido político que los abanderó ni mucho menos. La agresión flagrante va mucho más allá. Se trata de pasar por encima de la voluntad de alrededor de 10 mil personas que eligieron libremente a quienes quieren que los represente. 

Sin duda alguna, las artimañas utilizadas para esta violación al derecho de miles de personas, no serán pocas de parte de quienes ostentan el poder político en el estado para lograr su cometido en la búsqueda de apaciguar su insaciable ambición de poder que no coincide con los intereses de la clase trabajadora. 

Ante esta situación, a los antorchistas de Huitzilan y de Ocoyucan, a los antorchistas capitalinos y de todo el estado, a todos los sectores de la sociedad, no nos queda otra opción que exigir que se respete el derecho del pueblo a elegir a sus gobernantes. Huitzilan ya decidió, Ocoyucan ya decidió. El pueblo ya decidió. De lo contrario, seríamos cómplices y partícipes de la imposición como presidentes municipales a gente que la mayoría no quiere ni confía. 

A estas alturas, donde la autonomía de organismos como Instituto Electoral del Estado se ha visto peligrosamente vulnerada, no es de extrañarse que otras instituciones pudieran correr la misma suerte, que se aprueben iniciativas o que se reformen leyes que sirvan de riel a esta lépera injusticia.

Todos debemos estar atentos el desarrollo del fenómeno. No hay más opción que sumarnos a la lucha de los huitziltecos y ocoyuquenses organizados; ellos han luchado durante décadas contra las injusticias del cacicazgo, de los grupos fácticos de poder y han salido siempre avante. De no hacerlo así, estaríamos consintiendo a Morena que haga y deshaga en la vida política de Puebla cuanto quiera, torciendo la ley a su conveniencia y antojo. 

Estamos muy a tiempo de ponerle el cascabel al gato. Sólo la lucha decidida, tenaz y organizada, será capaz de evitar que tenga frutos la gestación de los alcaldes bastardos de Morena.

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