Me cuesta trabajo recordar quién me dijo que el hombre vivía mejor en la esclavitud, porque ahí, a pesar de todo, el hombre tenía garantizada su casa y su comida. Seguramente quién lo dijo es alguien que nunca ha trabajado y pertenece a la clase de los poderosos, de los que nunca han tenido que tomar una herramienta con sus manos y tampoco han tenido trabajar de sol a sol en los campos de algodón o en la oscuridad en las minas de Zacatecas o San Luis Potosí. De ser cierto, entonces no habría explicación lógica a la rebelión de los esclavos y tampoco que dicho sistema haya sido condenado por la historia.
Lo anterior, porque pareciera que ahora la explotación ha concluido, que eso ya no existe y que, por tanto, no es necesario luchar por un mundo mejor. Nuevo León es la tierra de oportunidades. Es la tierra de progreso y desarrollo. La tierra de libertades. Aquí reina el sistema capitalista en su máxima expresión. Aquí prevalece la explotación del hombre por el hombre, pero se esconde con la acostumbrada frase de “la cultura del esfuerzo”.
Algunos ejemplos sólo para demostrar lo dicho. Empresa: PANEL REY (paneles de yeso): una máquina ocupa 10 trabajadores, cada vuelta de la máquina dura 18 minutos y en cada vuelta tiene que producir 4 mil kilos de producto. En cada turno de ocho horas llegan a realizar 104 mil kilos de producto. La empresa tiene tres turnos, varias plantas. Les ofrecen un premio de productividad por mes (la zanahoria) para que trabajen sin descanso. Cuentan que la empresa, cuando ya los trabajadores están a punto de llegar a la meta y obtener el premio, de repente se va el agua, no llega la materia prima y, por consiguiente, no pueden cobrar. Las utilidades brillan por su ausencia, o son tan pequeñas que se contradicen con la bonanza de la empresa. Los que se han atrevido a protestar por la falta de algún equipo o por el incumplimiento de los compromisos son corridos a la brevedad. El salario promedio de esta empresa oscila entre los 2,300 a los 4,000 pesos.
ZUKARNE. Empresa que se dedica a producir carne de res. La persona con la que tuve la oportunidad de platicar labora en la parte donde se destazan las reses, es cadena continúa por lo que los trabajadores terminan congelados de las manos o se tienen que hacer del baño en su ropa porque la empresa no les da la oportunidad de descansar para poder cumplir su meta de productividad. Los accidentes en múltiples ocasiones no son reportados, para que la empresa no pierda su calificación. Hombres y mujeres que protestan son despedidos, por exigir mejores condiciones. Muchos de ellos prefieren el silencio, porque comentan que quienes denuncian son boletinados y es prácticamente imposible conseguir empleo en otra parte. El sindicato que funciona en la empresa es de los autodenominados independientes.
CHAMPIÑONERA. Empresa ubicada en los límites de Nuevo León y Coahuila. Salario promedio 1,500. El turno empieza a las 7:00 am, pero la gente se tiene que levantar desde las 3:30 de la mañana para esperar el camión que los llevará al trabajo. Por lo que realmente el trabajador no trabaja 8 horas, sino de 12 a 14 horas por el tiempo de traslado. Se usan los mismos sistemas para que la gente trabaje más, es decir el premio a la productividad, la puntualidad, entre otros. En ocasiones trabajan a destajo y en otro tanto, se les paga la jornada semanal.
Horas extras, por supuesto que tienes que hacerlo, aunque en promedio te paguen sólo 20 pesos la hora. Cuando la empresa te necesita, exige que estés ahí. Cuando tú necesitas no se encuentra el apoyo; en muchas fábricas de Nuevo León, se firma la renuncia anticipada. Ya no te golpean, pero si te maltratan.
Y de esta forma, podemos hacer un recorrido por las distintas fábricas en donde el obrero es literalmente exprimido. Y no se te ocurra protestar porque serás despedido inmediatamente. La explotación sólo ha cambiado de forma, ahora la única apariencia es que eres libre para elegir a tu amo por 8 horas o más y después de eso ya eres libre de ocupar tu tiempo en lo que te plazca.
No debemos engañarnos, ellos actúan así porque se sienten poderosos y saben que el obrero desorganizado y con poco conocimiento de sus derechos, tiene que soportar la dura carga que le imponen Al interior de las fábricas existe una disciplina militar en donde el obrero no es más que un apéndice de una máquina; la explotación brutal sigue existiendo. Ahora con la única palabra de que eres libre de irte al momento que lo elijas, porque saben de antemano que no tienes otra opción. El obrero sigue siendo un esclavo del sistema porque no se ha dado cuenta que en sus manos está la liberación definitiva y si, si es posible construir un mundo mejor y los obreros están llamados a construirlo, nadie más.
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