La educación en México sufre de calidad educativa porque la inversión para la infraestructura es limitada, los recursos para la preparación de los docentes son nulos, no existe presupuesto para equipamiento de escuelas.
Y el nuevo Plan de Estudios 2022, que presentó la Secretaría de Educación Pública (SEP) tiene como objetivo adoctrinar a los estudiantes a favor del gobierno de la Cuarta Transformación, y no para mejorar la educación.
Como parte del nuevo Plan de Estudios 2022, la SEP propuso una reestructuración curricular con la que busca sustituir los grados académicos por “fases de aprendizaje” y “campos formativos”; sin embargo, no explica cómo se llevará a cabo la evaluación de los alumnos, ni cómo implementará el nuevo plan de estudios.
Recordemos que la pandemia trajo consigo mucha deserción escolar, el Banco Mundial estima que, durante la pandemia, los mexicanos perdieron aprendizajes equivalentes a dos años de escolaridad.
Aun así, Gobierno federal y la SEP, en lugar de enfrentar ese rezago que dejó la pandemia, buscan adoctrinar, mediante la educación pública, ya que a inicios de año la secretaría publicó dos libros que contienen capítulos que se dedican a enaltecer el proyecto político de Andrés Manuel López Obrador; por su parte Marx Arriaga indicó que la intención de los libros era quitar palabras neoliberales.
La nueva reforma educativa es innecesaria para la educación en México, ya que el Gobierno federal solo busca adoctrinar a los jóvenes y así mantenerse en el poder, además de engrandecer su figura política. No busca reparar el rezago educativo ni la deserción escolar, el apoyo a los maestros tampoco se ve enfocada en su nuevo plan de estudios. Sin embargo el nuevo modelo educativo requiere una reforma educativa adecuada y profunda, la cual permita el desarrollo de nuestro país de y de los jóvenes estudiantes.
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