Nicolás Romero, México.- Durante la semana que terminó, alrededor de 32 millones de estudiantes, desde los tres hasta los 29 años, concluyeron sus estudios; en contraparte, la pobreza acelerada por la covid-19 y la inflación tan solo en este año provocó que más de 563 mil jóvenes abandonaran sus estudios de nivel medio superior, de acuerdo con las estadísticas e indicadores educativos de la Secretaría de educación Pública (SEP).
Según la Encuesta Nacional de Deserción Escolar en la Educación Media Superior, se calcula que un 49.7 por ciento de los alumnos dejó inconclusa su vida académica por la falta de recursos económicos para pagar pasajes, útiles e inscripciones; ello a pesar de que el gobierno entrega mensualmente 840 pesos a más de 11 millones de niños y jóvenes.
Aunado a lo anterior, el gasto público educativo será el más bajo de los últimos 12 años respecto al Producto Interno Bruto (PIB), lo que refleja el menor uso de recursos públicos para los niños y adolescentes del país. En este 2022 se destinarán 883,929 millones de pesos para el gasto público en educación, monto que representa el 3.1 por ciento del PIB, el nivel más bajo desde 2010, refieren cifras del Centro de Investigación Económica y Presupuestaria (CIEP).
Por otra parte, datos del Organismo Civil Educación con Rumbo, anunciaron que, en los últimos dos ciclos escolares, un millón 423 mil 154 estudiantes, principalmente de preescolar (581,069), de educación básica (499,940), y bachillerato (283,582), han abandonado las aulas. Lo que significa que tres mil 558 niños y jóvenes diariamente dejaron de estudiar por causa de la pandemia y la crisis económica que disminuye los ingresos y la capacidad adquisitiva de las familias.
Además, La organización para la cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) en 2017 resaltó que, en México, de cada centenar de alumnos, alrededor de 21 son los que terminan la universidad, cuatro estudian una maestría y sólo uno alcanza el grado de doctor. Cifras que colocan al país por debajo del promedio de las naciones afiliadas a la OCDE, en la que solo el 17 por ciento de la población estudiantil ha alcanzado la educación superior.
El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) alertó que, en México, más cuatro millones de niños, niñas y adolescentes no asisten a la escuela, mientras que 600 mil más están en riesgo de dejarla por diversos factores como la falta de recursos, la lejanía de las escuelas y la violencia. Además, los niños y niñas que sí van a la escuela tienen un aprovechamiento bajo de los contenidos impartidos en la educación básica obligatoria.
Ante este panorama, el Gobierno federal de deserción y falta de calidad educativa a través de la Secretaría de Educación (SEP) anunció su programa Nueva Escuela Mexicana: Ejes de la política educativa en el que se eliminan los grados escolares al reemplazarlos por seis fases de aprendizaje que consisten en: Fase 1 o Educación inicial: de los cero a tres años de edad, Fase 2 o Educación preescolar: de lo tres a seis años de edad, Fase 3: Abarca el primer y segundo año de la primaria, Fase 4: Tercer y cuarto año de primaria, Fase 5: Abarca quinto y sexto año de primaria, Fase 6: Donde se abarcan los tres años de secundaria.
Cifras y datos que reflejan que el abandono escolar es ya preocupante y que en menor escala o mayor también afecta a los estados del país, como es el caso del Estado de México que ocupa el tercer lugar en abandono estudiantil, en donde 188,545 educandos dejaron sus estudios por situaciones económicas, problemas de aprendizaje, desinterés y desmotivación o embarazo a temprana edad, lo que ocasionará en su etapa de adulta que ganen un menor sueldo, baja productividad laboral y vulnerabilidad social.
Al respecto el Movimiento Antorchista en el Estado de México, agrupación social que ha impulsado cientos de escuelas de los diferentes niveles, desde preescolar hasta universidades, a través del dirigente magisterial en el Estado de México, Antonio Zacarías Mendoza, al valorar las condiciones educativas, económicas y sociales refirió:
En su opinión, ¿Cuál es la situación de la educación en nuestro país y particularmente en el Estado de México?
-En el Estado de México las cosas no son muy distintas, el rezago educativo y la deserción escolar no sólo impactaron en las comunidades rurales de la entidad; los efectos de la pandemia en la educación también se dejaron sentir en los municipios de la zona conurbada.
En escuelas de nivel básico particularmente en las primarias y preescolares se redujo considerablemente el número de estudiantes al grado de que en algunas escuelas desaparecieron grupos completos. Finalmente, a este hecho hay que agregarle que los funcionarios de Educación reconocen que la pandemia agravó en muchas escuelas su frágil condición material y de infraestructura.
¿Cuáles son los factores sociales y económicos que han colocado a la educación en esta situación?
-Sin duda alguna, el factor económico es el que fundamentalmente explica el rezago educativo y la deserción escolar, las familias al no contar con recursos suficientes no pudieron tener acceso a un dispositivo conectado a Internet o simplemente se vieron en la necesidad de sacar a sus hijos de las escuelas para que ayudaran trabajando para poder tener recursos para resolver gastos de alimentación y salud, así lo revelan los datos de encuestas hechas por el Inegi. En este sentido las cosas no van a cambiar radicalmente en los días que corren dado qué el proceso inflacionario que vivimos complica más la situación de las familias, en muchos casos, aunque niños y adolescentes quisieran seguir estudiando, la actual crisis económica y esta escalada de precios se los impedirá.
¿Cuál es la postura del gobierno con respecto a esta situación?
-El gobierno de López Obrador antes y durante la pandemia le ha apostado a su programa estelar de transferencias monetarias llamada beca Benito Juárez; la realidad se ha encargado de demostrar que esta política no garantiza qué los estudiantes concluyan la educación media superior. Cifras oficiales revelan que son aproximadamente 600,000 los jóvenes que abandonaron el bachillerato, con todo y que tienen la beca Benito Juárez; este programa en realidad no tiene fines educativos, más bien es una compra disfrazada y anticipada de los futuros votantes. Por otro lado el gobierno federal sigue impulsando su reforma educativa a través de la llamada nueva escuela mexicana que según sus objetivos se han puesto como tarea fundamental lograr que los estudiantes reciban una educación humanista e integral, sin embargo, esta propuesta está llena de contradicciones; para muestra un par de botones hay pretensión de desaparecer los grados escolares para sustituirlos por fases y la supresión de la clase de matemáticas del programa de primaria y secundaria revela la poca cientificidad de la propuesta educativa del gobierno. El rezago educativo que de por sí ya viven los mexicanos se profundizará aún más con estas políticas
¿Cuál es la propuesta de Antorcha Magisterial en el aspecto educativo para nuestro país?
-Los que estamos organizados en Antorcha Magisterial, hemos propuesto desde siempre, que para combatir los males del sistema educativo se deben de cumplir entre otras cosas los siguientes elementos: por un lado se debe de hacer una inversión en infraestructura y equipamiento porque muchas escuelas carecen de lo mínimo hay instituciones que no tienen agua o bien que no tienen aulas y peor aún escuelas que no cuentan con computadoras o con equipo para los laboratorios de ciencias químico biológicas; por tanto es menester y es primordial que sea una fuerte inversión en materia de infraestructura y equipamiento. Y al mismo tiempo el gobierno se debe de preocupar por capacitar permanentemente a los profesores para que estos puedan elevar su práctica docente, los maestros sí se quieren actualizar, pero al no existir espacios suficientes y de calidad y al no poder pagar en instituciones privadas los maestros no continúan con su formación.
Para materializar ese objetivo, ¿Cuáles son las condiciones indispensables?
-Ante el estado actual que guarda la educación, padres de familia, maestros y estudiantes tienen que trabajar de manera conjunta para exigir a los gobernantes se pueda modificar la política educativa y con ello resolver tan gravísimos problemas y al mismo tiempo la organización de la comunidad escolar debe de servir para fomentar la transformación de las comunidades, dado que la escuela, al formar parte de un entorno definido, está obligada a coadyuvar en su transformación.
En materia académica nosotros tenemos que los pilares de una formación sólida y científica son el estudio serio de las ciencias como la física, la química, la biología; hemos sostenido desde el principio que la enseñanza de las matemáticas y el conocimiento profundo del español deben de ser prioridad en las escuelas, junto con la enseñanza seria de las bellas artes, así como la educación tecnológica y la educación física, pues el trabajo y el cuerpo sano son importantísimos en el desarrollo del educando.
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