La formación para maestros no era posible antes del Porfiriato, por lo cual, la enseñanza no tenía fundamento, limitándose a la enseñanza de Lectura-escritura y Matemáticas, hasta en 1882 empiezan a establecerse escuelas Normales que son “la norma establecida para enseñar” en diferentes partes del país, pero únicamente recibían a varones.
Fue hasta 1891 que las mujeres empezaron a educarse, se hizo el asilo para niñas y la escuela secundaria para señoritas, para que así pudieran tener una profesión ingresando a la Escuela Normal para profesoras.
Destacaron dos maestras que fueron las primeras:
Silvina Jardón Tuñón, estudió en la escuela normal para profesoras, impulsándose por el interés que tenía por las escuelas maternales europeas para la enseñanza de niños menores de 6 años. La escuela surgió por la circunstancia que orillaba a los padres de familia a trabajar y tenían que verse obligados a dejar a sus hijos sin ningún cuidado, esto durante la Revolución Industrial, esto influyó a que en México se estableciera la “Escuela de párvulos “que adoptó esa idea. Terminado su formación con el tiempo llegó a ser directora en la escuela de párvulos en Texcoco y propuso introducir la pedagogía de Pestalozzi al país.
Estefanía Castañeda fue una maestra de preescolar que estudió en el extranjero, específicamente en Washington, Estados Unidos, bajo la enseñanza de la mismísima María Montessori con su método. Años después creó el primer plantel de preescolar en Tamaulipas y en la Ciudad de México, además participó en el diseño de los planes de estudio para las primarias.
Las educadoras tenían algo en común, hacer obligatoria la educación preescolar, que al pasar de los años se hizo posible.
Sin duda, la lucha de las mujeres para tener un puesto de trabajo y relevancia ha sido un trayecto largo con obstáculos, lidiando con la separación de hombres e ideologías que aún siguen presentes, como la cuestión de que una mujer anhele una profesión. Aunque gracias a la concientización que se está haciendo actualmente, esas ideas conservadoras cada vez están desapareciendo, y aún sigue la persistencia de lograr una equidad para que cada quien pueda elegir libremente.
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