La Costa de Hermosillo se caracteriza por sus grandes extensiones de terrenos con sembradíos que van desde naranja, nueces, calabazas, sandías y pepino hasta uva y otros productos. Mucha riqueza agrícola, lo cual es un atractivo para la gente que se viene del sur del país a laborar en estos campos, que concentran a miles de jornaleros que día con día extraen la riqueza de los cultivos para beneficiar a un pequeño grupo de adinerados.
Digamos que es una característica de la Costa de Hermosillo, lo más positivo y loable que pueda existir en esa zona, es la riqueza agrícola. Pero no podemos dejar de ver la otra cara de moneda, y me refiero al terrible atraso en que se encuentran todos los ejidos, comunidades y poblados de esa región. Ahí tenemos por ejemplo al campo pesquero El Sahuímaro, que tiene alrededor de 40 años de fundado y es hora que no tiene ni agua potable ni luz eléctrica, y ya no se diga de los demás servicios: un total olvido. También está el Plan de Ayala, Mineros de Pilares, La Peaña, El Choyudo, Tastiota, Carrillo Marcor, Ejido San Luis, Miguel Alemán y sus colonias, Bahía de Kino y otras más, que con seguridad me atrevo a decir que a todas les falta uno o todos los servicios básicos como el caso del Sahuímaro y Tastiota. Varias de esas comunidades han avanzado gracias a que sus habitantes se encuentran organizados en el Movimiento Antorchista, y así han obligado al gobierno a que les lleve los servicios básicos, por ejemplo, el caso del Choyudo, que tiene pavimentado en un 90% su camino de acceso.
El nulo interés de un gobierno se refleja en el atraso de alguna comunidad se refleja en la inexistente intención de mejorar la vida cotidiana, invirtiendo en obra social, como el caso de pavimento, agua potable, drenaje, electrificaciones. Solamente en épocas de campañas electorales es cuando se acuerdan los políticos que allá a lo lejos hay una comunidad que les puede aportar cierta cantidad de votos a cambio de promesas y promesas. Y el pueblo sabe bien de esto: ya ha sido engañado.
Faltan escasos meses para que finalice un gobierno más en Sonora. Ya se va la que prometió que con su gestoría traería al ¡otro Sonora ya!, se acordará amigo lector de esta frasecita que utilizó Claudia Pavlovich para ganar la contienda electoral en 2015. Y los sonorenses le dieron una segunda oportunidad al PRI, para que hiciera mejor las cosas, o por lo menos mejor que los panistas que venían en picada con un Guillermo Padrés que tenía metido hasta las manitas en el cesto de la corrupción. Pero qué mejor que usted, ciudadano sonorense de la costa de Hermosillo, haga una reflexión a profundidad, sin caer en apasionamiento ni radicalismo. ¿Realmente en las comunidades y ejidos de la costa se puede apreciar un verdadero cambio en su infraestructura social? ¿Ya podemos presumir que se tiene pavimento, drenaje, agua potable, electrificación en dichas comunidades? No creo. Y me atrevo a afirmarlo porque, en mi andar de luchador social, he apreciado que las comunidades siguen estando tan polvosas y olvidadas como el primer día que comenzó el gobierno de Pavlovich. Las carencias allí siguen, no estamos inventando nada. No hay avance, salvo lo que mencioné arriba, pero fue gracias a la insistencia y lucha del Movimiento Antorchista.
Amigo lector, en estos meses hemos emprendido una lucha contra el olvido y el abandono, debido a los reiterados incumplimientos de acuerdos por parte de los funcionarios del gobierno con nuestra organización, acuerdos que van desde apoyos asistenciales hasta obra social y claves para escuelas que están funcionando no de la manera adecuada. Por tanto, solicitamos la intervención de la señora gobernadora, para avanzar y así poder mejorar la calidad de vida de miles de familias en la costa de Hermosillo. No es capricho de nadie, sólo exigimos cumplimiento a los acuerdos firmados el pasado mes de noviembre.
0 Comentarios:
Dejar un Comentario