En campaña, Andrés Manuel López Obrador habló de una reforma integral al sistema de salud y prometió uno como el de Dinamarca. La característica fundamental del sistema de salud danés es que el acceso es universal y gratuito. La atención a la salud no es un derecho del que gocen solo los trabajadores asalariados o los que puedan pagar por ella, a cualquier residente de ese país, el gobierno le garantiza la atención médica sin costo directo para el enfermo o para su familia. La administración del sistema de salud de Dinamarca está centralizada, es única. Pero, evidentemente, su éxito no reside fundamentalmente en dicha centralización, sino en los recursos que el gobierno destina a la atención de la salud: Dinamarca destina 11 por ciento del PIB anual al cuidado de. Aunque la centralización de la administración contribuye a la eficiencia del gasto en salud, la razón fundamental de que Dinamarca cuente con la infraestructura, el personal, los medicamentos, etcétera, es decir, que se halle en el nivel más alto de calidad de los servicios sanitarias en el mundo, es el monto de recursos que el gobierno destina a la salud.
El 31 de mayo de 2023, el colectivo Cero Desabasto publicó un reporte sobre el desabasto de medicamentos en 2022 en México. Los datos muestran el colapso de todo el sistema de salud. Cada una de las instituciones de salud pública dio menos consultas en 2022 que en 2019; en total se pasó de 264 millones de consultas a 221 millones: 16 por ciento menos. Ocurrió lo mismo con el número de trasplantes; en 2018, el sector público hizo 4.9 mil cirugías de este tipo y en 2022 3.6 mil: 26 por ciento menos trasplantes. En 2022, 15.2 millones de recetas emitidas en el sector público, no se surtieron; y solo en el IMSS, hubo 12.5 millones de recetas que no fueron surtidas en su totalidad y, de esas, 10.8 millones no se surtieron en absoluto, ni uno de los medicamentos recetados se entregó. Todo esto se traduce en los hechos en la privatización de la salud en México. El reporte citado ya muestra los resultados: 55% de los casos en los que se requirió atención médica se atendió en 2021 en una institución privada de salud; en 2018, este mismo indicador fue de 43.2 por ciento, según la Ensanut 2018-19. Estos resultados a fin de cuentas son ocasionados por el empeño de la 4T de reducir el gasto público en salud: si para 2020 el gasto público en salud representó 2.95 por ciento del PIB, en 2022 éste equivalía a 2.8 por ciento del PIB nacional.
El gobierno de la 4T en México, comprometido con los señores del dinero en México a no tocar ni por equivocación sus ganancias y obligado, entonces, a improvisar pseudo-soluciones baratas, puso en marcha la federalización de los servicios de salud, la centralización de la administración de los servicios médicos pasando por alto los costos. Éstos que no son otra cosa más que vidas truncadas y familias sumidas en la desesperación de ver una vida languidecer y no poder hacer nada. Los resultados de las medidas del gobierno muy pronto se hicieron evidentes en los reclamos de miles de enfermos de cáncer, de VIH, etcétera y sus familias, por falta de medicinas; así como en los largos tiempos de espera para las citas con médicos especialistas, estudios clínicos u operaciones quirúrgicas; o la falta de vacunas para los bebés, los niños y los ancianos. En México, enfermarse es una verdadera calamidad para los trabajadores y sus familias, es la puerta al empobrecimiento y a la muerte. El colapso en el sistema de salud no es más que un reflejo de los resultados de la 4T en el gobierno de México. Construyamos, los pobres de México, una opción de gobierno que verdaderamente ponga en el centro nuestra vida.
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