La educación en nuestro país, por generaciones atrás, ha sido carente para todos los estudiantes, existe un rezago general en todos los niveles educativos y, aunado a ello, cada gobierno en turno quiere hacer sus cambios supuestamente en pro de mejorar.
La realidad es que la educación siempre se ha caracterizado por utilizar modelos educativos que funcionan para otros países, pero no para el nuestro. Los problemas de la educación en México tienen nacimiento en la generación de políticas públicas que consideran los elementos prevalecientes en los centros educativos, así como las características de las familias mexicanas, como el número de hijos, el salario mínimo, las prestaciones que ofrece el Estado (que prácticamente son nulas), y la falta de formación constante a los docentes, sobre todo en el nivel básico.
Actualmente, en este periodo de postpandemia, en el que presuponen los gobiernos que ya podemos regresar a una normalidad, es el gobierno mexicano de la mano con la secretaria de Educación, el iniciador de una reforma al plan de estudios y al Mapa Curricular en los niveles obligatorios, sin siquiera capacitar o dotar de herramientas a los profesores que dan la cara frente al alumnado.
La propuesta de trabajar de manera transversal seria optima y tendría buenos resultados, si el docente tuviera tiempo de revisar los materiales con antelación, ya que nada se ha dicho sobre si habrá una modificación a los libros de texto para adaptar este nuevo modelo. Una vez más la desinformación es parte del instrumento del gobierno para mantener a México en el atraso educativo.
Una vez más el gobierno de la Cuarta Transformación quiere hacer de las suyas, y en esta ocasión es con la educación, cuando educar no es cosa sencilla y pareciera que para ellos es experimentar con una reforma educativa sin fundamento y sin claridad. Diseñada con base en los intereses capitalista y no las necesidades de los estudiantes de nuestro país.
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