"Por sus obras los conoceréis" es uno de los mensajes de Jesús que recoge Mateo en los evangelios. Lo decía el señor en el Sermón de la Montaña para distinguir a los verdaderos de los falsos profetas. Esto viene a colación por la exigencia que recientemente, con cadenas humanas y una protesta en la Ciudad de México, expresó el Movimiento Antorchista como acción solidaria por la muerte de tres inocentes en Guerrero, situación que no debe quedar impune, y tal petición continuará hasta el último aliento, hasta que los asesinos estén tras las rejas.
¿Ante tal exigencia, si habrá acciones concretas del gobierno? Por sus acciones los conoceréis. Veremos.
Comparto algunas reflexiones; recordemos que, en el mismo momento en que se creó la propiedad privada y por consiguiente la explotación del hombre por el hombre, la pobreza y la marginación han sido una constante para la gran mayoría. Una lucha entre los que más tienen y los desposeídos se ha desarrollado a lo largo de la historia de la humanidad, donde aún en estos tiempos de modernidad tecnológica y grandes avances en todos los ámbitos, persiste el hambre como un crudo recordatorio de que la riqueza que producen las manos de las grandes mayorías no es repartida de manera justa y equitativa.
Precisamente, por esta injusta situación que padece el pueblo en general, muchos mexicanos, haciendo uso de sus derechos constitucionales, se han organizado en las filas de Antorcha para luchar por una vida más justa, y ante esto muchos hombres y mujeres valientes se han puesto al frente en esta lucha genuina y noble, por tal motivo, pedimos respeto a esta lucha , recordemos que el hambre ha sido el más grande aliciente para los grandes cambios sociales que se han realizado en el mundo y nuestra patria no ha sido la excepción: la Guerra de Independencia y la Revolución Mexicana cobraron una cuota de sangre muy alta por terminar con la pobreza y el hambre en nuestro país, pero aún en nuestros días continuamos pagando esa cuota de sangre por lograr un poco de libertad y progreso en nuestras comunidades.
Ahí están los detalles del atroz asesinato de los activistas del Movimiento Antorchista en Guerrero, Conrado N., Mercedes N., y su pequeño hijo de cinco años, cometido el pasado 12 de abril en la carretera federal México-Acapulco, cerca del municipio de Chilpancingo.
Mas de 40 días han pasado y las autoridades solo dan excusas, justificaciones para no ejercer la justicia que se requiere, que dejan sin palabras y en el asombro total ante tanta impunidad. La impunidad es un cáncer que está acabando con nuestra sociedad. Situación que invito a mis compañeros y amigos a que no lo permitamos. Nuestro México está harto de la impunidad, de los criminales y de aquellos que obedecen órdenes de esos entes obscuros que desde su oficina deciden la suerte de inocentes, como medida de presión para que los humildes se sometan a su poder.
El progreso continuará en el pueblo, en la medida que este ha aprendido a organizarse y pelear por sus derechos; a reclamar lo que por justicia le corresponde y sobre todo a caminar de la mano del antorchismo, como la única vía auténtica para terminar con el hambre y la pobreza. El antorchismo seguirá exigiendo justicia para nuestros caídos y no se detendrá hasta ver a los autores intelectuales y materiales en prisión.
Una última reflexión, ¿verdaderamente los gobiernos actuales están con el pueblo? Según las caracterizaciones de algunos se dice que la izquierda en el mundo y en la historia es una corriente política revolucionaria, amante del progreso, enemiga de las injusticias, la desigualdad y el abuso; es aquella corriente política que no sólo en los discursos sino en los hechos, trabaja y lucha por los desprotegidos y menesterosos de la tierra. En los tiempos modernos, la izquierda no es adicta al neoliberalismo, sino que lo repudia por nocivo y propone un mundo de justicia y equidad, y lucha por él. ¿Se demuestra realmente esto? ¿Realmente primero los pobres? Muchas voces, no solo la de los antorchistas, dicen que no; pero sobre todo los hechos, la terca realidad, demuestran que los gobiernos actuales no tienen principios de izquierda, o bien ha renunciado a ellos.
Ha quedado demostrado que los integrantes de Antorcha saben que su lucha contra la pobreza no solo es eso, es una lucha contra los grandes intereses económicos de líderes locales, y de políticos encumbrados en el poder. Sin embargo, no por eso dejan de luchar por un mundo mejor y todos los antorchistas seguiremos exigiendo justicia para los grandes hombres que fueron víctimas de esos poderosos. Durante el tiempo que sea necesario, los antorchistas seguiremos con mítines, marchas, vallas humanas, eventos políticos-culturales, seguiremos levantando la voz hasta que los asesinos del pueblo paguen.
Como escribió Mario Benedetti en su poema "Hombre que mira al cielo", a los antorchistas el dolor no nos apaga la rabia, por eso seguimos exigiendo que los asesinos del pueblo sean castigados.
"Mientras pasa la estrella fugaz
acopio este deseo instantáneo
montones de deseos hondos y prioritarios
por ejemplo, que el dolor no me apague la rabia
que la alegría no desarme mi amor
que los asesinos del pueblo se traguen
sus molares caninos e incisivos
y se muerdan juiciosamente el hígado
que los barrotes de las celdas
se vuelvan de azúcar o se curven de piedad
y mis hermanos puedan hacer de nuevo
el amor y la revolución"...
Mario Benedetti
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