El secretario general de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), Antonio Guterres, alertó en días recientes que el mundo sigue un rumbo "catastrófico" que provocará un aumento de la temperatura media. La comunidad internacional se comprometió a luchar contra las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI), pero esas promesas "van en la dirección equivocada”. El organismo internacional, cree que la pandemia del Covid-19 ha desorganizado la agenda y los compromisos de todos los países sobre el Cambio Climático. Añade, "El fracaso a la hora de cumplir con ese objetivo resultará en la pérdida masiva de vidas".
Considero que no es ocioso mencionar que desde hace varias décadas se sabe bien que el cambio climático afecta a todas las regiones del mundo. Los casquetes polares se están fundiendo y el nivel del mar está subiendo. En algunas regiones, los fenómenos meteorológicos extremos y las inundaciones son cada vez más frecuentes, y en otras se registran olas de calor y sequías. Por mi parte, creo que a muchas personas les consta que este desbarajuste, está castigando especialmente a las personas más vulnerables del planeta.
Especialistas advierten que, si no se adoptan medidas urgentes, el cambio climático podría sumir en la pobreza a otros 100 millones de personas para 2030. Basta revisar la prensa internacional y nacional para darnos cuenta de que, debido a su ubicación en el mundo, los pobres son los más vulnerables, su menor grado de desarrollo o su mayor exposición a los fenómenos meteorológicos, las comunidades más pobres son las que más están sufriendo y sufrirán el cambio climático.
Resulta repetitivo, pero los más castigados son precisamente las personas que menos han contribuido a la crisis climática. De hecho, se calcula que la mitad más pobre del planeta, 3.500 millones de personas, es responsable de solo el 10% de las emisiones de carbono. Por el contrario, el 10% más rico genera la mitad de las emisiones mundiales.
organizaciones no gubernamentales apartidistas que luchan contra la pobreza y la desigualdad señalan que la propensión a los desastres naturales incrementada por los efectos del cambio climático se traduce en continuas pérdidas de cultivos, ganado, infraestructuras y vidas humanas. La sequía y la desertificación han provocado la pérdida de 12 millones de hectáreas en las que se podían haber obtenido 20 millones de toneladas de grano. El cambio climático reduce la producción de alimentos básicos en muchas de las regiones más pobres y aumenta así los niveles de desnutrición.
Asimismo, la Organización Mundial de la Salud (OMS) acaba de endurecer las recomendaciones de calidad del aire, argumenta que la contaminación es más nociva de lo que se creía hace 15 años y subrayó que mejorar la calidad del aire es también una forma de luchar contra el cambio climático.
Me permití hacer este breve resumen debido que a estas alturas algunos mexicanos piensan que no se puede hacer nada para mitigar las consecuencias de los desastres naturales por ser un problema mundial y por tanto no se les debe exigir apoyos a las autoridades, sobre todo al Gobierno federal que encabeza el presidente Andrés Manuel López Obrador para la reparación de los daños. Los defensores de la llamada “Cuarta Transformación” y de Morena, el partido en el poder, liberan a AMLO de toda responsabilidad al decirles a los damnificados que para eso están el gobernador y los presidentes municipales, con lo cual exhiben su desconocimiento acerca de las recomendaciones de los organismos y especialistas en temas ambientales, así como, de la administración pública.
En efecto, para empezar la ONU indica que son los países los que no están cumpliendo sus compromisos sobre el cambio climático, es decir, no se refiere a los Estados y Municipios y considero que no es porque no tengan nada que ver en la prevención y reparación de los destrozos por desastres naturales, sino, que se deben implementar políticas públicas como nación, además, de que los montos de los daños evidentemente rebasan la capacidad financiera de los gobiernos locales.
Jalisco está afectado por desastres naturales y hasta las mismas diputadas morenistas reconocen que ahora ya no se pueden bajar recursos del Fondo Nacional de Desastres Naturales (FONDEN) para las tareas de reconstrucción por los daños de fenómenos naturales ocurridos en la entidad, al igual que otros políticos, esperan que se etiqueten recursos federales de otras partidas, sin precisar de cuáles. Pero, analistas en finanzas públicas coinciden que debido a la eliminación de los ahorros del Fonden, la Federación no tiene recursos disponibles para apoyar a los damnificados, lo que implica que López Obrador no tiene nada que ofrecer y no es casual que ni siquiera se presente en las zonas de desastre, o sea, no es solamente para evitar mojarse los zapatos.
En este contexto comprendo perfectamente bien la incertidumbre y las inconformidades ante la falta de respuestas y acciones de las autoridades en que se encuentran los vecinos de las colonias afectadas por el desbordamiento del arroyo “El Seco” en el municipio de Zapopan, así como, de todos los afectados de los otros puntos de la entidad por el paso de los fenómenos hidrometeorológicos, entre ellos el Huracán “Nora”, algunos ocurridos hace casi dos meses.
De igual manera es entendible la depresión en que han caído de ver que no les responden los gobernantes en turno y su previsión de que pelear con el gobierno va a ser difícil.
Efectivamente la lucha de los afectados no está fácil. La Comisión Nacional del Agua (Conagua) rechazó que cinco municipios de Jalisco afectados por inundaciones hubieran padecido un desastre natural a consecuencia del Huracán “Nora” por lo que no recibirán apoyo federal. Por ello, Ameca, Teocuitatlán de Corona, Tlaquepaque, Tonalá y Zapopan no fueron incluidos en la declaratoria de Desastre Natural, a pesar de que el Gobierno jalisciense sí pidió que fueran considerados, con lo cual se descarta que el Gobierno Federal atienda los daños.
La respuesta que el gobierno de la llamada “Cuarta Transformación” está dando a Jalisco y el país, ante los desastres naturales, a los jaliscienses y todos los mexicanos nos debe quedar claro que hoy más que nunca se hace necesario y urgente que el pueblo se organice y se eduque, pues solo con su unidad y lucha puede obligar al Gobierno federal que destine los recursos suficientes para prevenir y reparar los daños por inundaciones, sequías, entre otros desastres naturales. En caso contrario tendrá que seguir conformándose con promesas o cuando más con censos y algunas dádivas que les quieran aventar los poderosos.
A mis compañeros antorchistas de la Costa Sur (Cuautitlán de García Barragán, Cihuatlán, La Huerta, Autlán de Navarro y El Grullo); Costa Norte (Puerto Vallarta, Tomatlán, Villa de Purificación y Cabo Corrientes) o sea, todos los que resultaron afectados por estos desastres naturales tengan por seguro que no los dejaremos solos y seguiremos dando la lucha para que sean asistidos por las autoridades gubernamentales.
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