Ya no es novedad que el presidente Andrés Manuel López Obrador y su partido Morena, iniciaron desde el año pasado una carrera adelantada rumbo a las elecciones de 2024, misma que, en últimas fechas, han intensificado.
Los precandidatos para sustituir a López Obrador desde hace tiempo son: Claudia Sheinbaum, actual jefa de Gobierno de la Ciudad de México, la favorita del presidente y de muchos; Marcelo Ebrard, actual secretario de Relaciones Exteriores, que ha estado subiendo en popularidad últimamente; Adán Augusto, secretario de Gobernación, quien fue destapado en los últimos meses, y Ricardo Monreal, actual Senador y coordinador de Morena en el Congreso de la Unión, quien por iniciativa propia se subió al barco y no se ha querido bajar.
Esta vez me referiré a dos eventos que tuvieron lugar en el Estado de México y en Coahuila.
El primero fue el pasado 12 de junio, en la ciudad de Toluca, Estado de México, en el cual los antes mencionados asistieron a un mitin; el único ausente fue el senador, quien declaró un día después que no fue invitado; además, criticó que dicho evento fuera un acto anticipado de campaña, en donde se utilizaron recursos públicos para las promociones personalizadas, sin embargo, informó que no denunciará este acto proselitista. Críticas ciertas, aunque era su deber denunciar dicho acto. El acto fue ilegal a todas luces, pero el Instituto Nacional Electoral (INE) opinó diferente, pues consideró que no fue un acto anticipado de campaña.
El segundo evento fue el 26 de junio, dos semanas después. Aparecieron de nuevo los candidatos morenistas, esta vez con excepción del canciller Marcelo Ebrard, quien había dado positivo a covid-19. En esta ocasión Monreal no se quejó de los gastos, de las promociones personales ni de que se trataba de un acto anticipado de campaña, pues al parecer ese tipo de discursos se terminan cuando lo invitan u obtiene lo que requiere. En esta ocasión el senador aprovechó el evento para pedir reglas claras, pidió que el partido volviera a sus orígenes, que se estableciera igualdad de circunstancias y piso parejo para que la gente elija a sus líderes, y no persistan los grupos de poder. Ante tales pronunciamientos los otros dos involucrados pidieron la unidad, entender y seguir las ideas de la 4T y de acompañar a Andrés Manuel López Obrador. Los dos, fieles al discurso demagogo de siempre y esperando la resolución del jefe supremo.
Se le olvida a Monreal que el partido tiene como método la encuesta que ha beneficiado al nepotismo y a la cúpula del poder desde su fundación y que han estado vigentes desde el 2018 hasta las últimas elecciones. Pongo como ejemplo al hoy diputado federal por el Distrito 13, Mario Miguel Carrillo, sobrino del presidente de Morena, Mario Delgado Carrillo, y amigo del gobernador Miguel Barbosa. Antes de marzo de 2021, buscaba ser diputado federal por el Distrito 10, sin embargo, una vez que no se lo permitieron, pues Nayeli Salvatori Bojalil decidió reelegirse en acuerdo con su partido, no le quedó más que el Distrito 13. Esas son las reglas claras del partido.
La cuestión de volver a los orígenes, ¿Cuáles orígenes? ¿Un partido que lleva en la vida política unos cuantos años, quiere volver a sus orígenes? Los orígenes de Morena, su presente y su futuro dependen, como queda claro, del presidente López Obrador. No hay más.
¿Que se establezca la igualdad de circunstancias y piso parejo? La igualdad de circunstancias no existe dentro de su partido y una muestra es la senaduría que hoy ocupa, y así están los demás involucrados. ¿Suelo parejo? Él sabe bien que eso no existe en la política y menos sucederá en su partido; o más bien pretende que AMLO también le dé el respaldo, así como lo hizo con los demás.
Los morenistas, que antes del partido figuraban, siguen violando la ley y lo seguirán haciendo sin importar nada, pues consideran que es su derecho gobernarnos, amparados y guiados por el presidente. No nos dejemos engañar, Monreal es parte de la cúpula de poder y defiende sus intereses, así como los demás. Lo que estamos viendo a nivel nacional es reflejo de lo que sucede en los estados y municipios.
Esperemos que el INE se ponga a la altura de la coyuntura política, pues dejar pasar este tipo de actos sin consecuencias legales, dañan la vida democrática del país, sabemos bien que el presidente define la legalidad en función de si le conviene o no. Que esto no le impida al Instituto hacer los que le toca.
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