El incremento de los delitos en Nicolás Romero es preocupante. De acuerdo con la información proporcionada por el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP), en delitos patrimoniales, como las extorsiones o el robo, colocan al municipio dentro de los primeros lugares en inseguridad en el Estado de México.

En extorsiones, hasta el mes de septiembre del presente año, se contabilizaron 83 casos denunciados, cifra que representa un incremento del 73 por ciento con relación al mismo mes del año anterior; la cantidad de casos denunciados en este periodo de 2022, es la misma cantidad que se reportó en todo el año 2020. El año aún no ha terminado por lo que es posible que la cifra reconocida oficialmente aumente si quienes son víctimas de este delito realizan la denuncia ante las autoridades correspondientes.

Otra cifra que es alarmante es la que hace referencia a las denuncias por robo de vehículos. En lo que va del año se contabilizan 440 casos, 63 tan sólo en el mes de septiembre; esta cantidad indica un aumento del 22 por ciento con respecto al mismo periodo del año anterior.

En robo a negocio, los 364 casos denunciados representan también un aumento del 95 por ciento. En este tema, el año 2020 cerró con 335 casos denunciados, cifra que ya fue rebasada, más lo que se acumule durante los meses que le faltan para que finalice el 2022.

El incremento en el índice de la actividad delictiva no es casualidad, obedece a ciertos factores sociales y económicos que se presentan como resultado de una política de clase, aunque en algunos casos no es tan sencillo identificar esta relación.

Hacemos referencia al incremento de robo en sus diferentes modalidades porque es el que refleja, de una forma más nítida, el estado en que se encuentra la política y la economía de un país. Por ejemplo, el nuestro, y simultáneamente, también nos permite identificar a qué sector de la sociedad beneficia la implementación de las medidas emanadas del gobierno federal y avaladas por las cámaras parlamentarias.

La falta de empleo generalmente es señalada como la causa principal que ocasiona el incremento del robo en sus diferentes modalidades; sin embargo, es necesario señalar que la falta de una oferta que cubra las necesidades de trabajo de los habitantes no es una causa aislada; puede ser considerada como origen y también como una consecuencia ya que existen otros fenómenos económico sociales directamente relacionados con ella; es decir, no debe considerarse a la carencia de un empleo seguro, por separado, como la fuente de la cual brotan los delitos; hay otros elementos que intervienen simultáneamente.

Por ejemplo, los bajos índices de escolaridad o la ausencia de ella, resultado de la errónea política educativa que no asegura a todos ese derecho con la calidad que se requiere en un país que es la catorceava economía mundial. La mayoría de los estudiantes se ven a cada momento bajo la presión de las necesidades económicas; durante toda su etapa escolar se enfrentan a la necesidad real de abandonar en cualquier momento sus estudios para buscar algún trabajo que les permita ayudar a su familia, colaborando así para disminuir la falta de dinero en la casa.

Y ese trabajo, cuando lo encuentran, no cumple con las expectativas, ya que los empleos más o menos bien retribuidos requieren de ciertos requisitos que son difíciles de cubrir por quienes se ven obligados a abandonar sus estudios. En la desesperación causada por el hambre y la incapacidad de cubrir las necesidades más elementales de la familia.

¿Qué otra alternativa les queda a los que no encuentran la forma digna de ganarse la vida más que la práctica de las actividades ilícitas y otras tantas que se desarrollan paralelamente?

Las medidas propuestas por la actual administración morenista no han resuelto esa situación; los apoyos económicos asistenciales que reciben los estudiantes, y otros sectores de la población, no están diseñados para solucionar los problemas reales y lastimosos de la población trabajadora.

Esos apoyos solo funcionan cuando paralelamente se realiza una inversión gubernamental en ciencia y tecnología que impulsen la producción industrial, para que, de manera inmediata, los egresados de las instituciones educativas se incorporen a cubrir las vacantes que requiere ese crecimiento de la actividad laboral.

Sin embargo, los que realizan la proeza de culminar sus estudios bajo las actuales condiciones económicas, se enfrentan ahora a las dificultades para conseguir un empleo digno y seguro, aumentando las cifras de quienes buscan en la informalidad la manera de sobrevivir mientras se consigue algo mejor, o de quienes optan por otro tipo de fuentes de ingreso como las que fueron señaladas anteriormente.

Podemos observar claramente que la orientación de los recursos del país no va hacia el incremento de las actividades productivas que verdaderamente sean las fuentes del crecimiento y fortalecimiento económico; no se aplican hacia la atención a las deficiencias en la educación, como los altos índices de deserción escolar y la falta de una infraestructura educativa acorde a las necesidades nacionales; no van hacia la atención de las carencias de servicios de la población trabajadora que impiden que ésta tenga acceso a una vida digna; es decir, los recursos no se destinan para que los mexicanos vivamos sin penalidades.

No se lleva una política económica donde el pueblo sea lo más importante. Eso, en mucho podría ayudar a disminuir y hasta eliminar los escandalosos índices de inseguridad que se han alcanzado bajo este gobierno de la 4T.

Hoy, el gobierno de Andrés Manuel López Obrador ha hecho completamente lo contrario: los impuestos de los mexicanos se han utilizado, incluso manipulando la constitución, para invertirlos en obras que no detonarán el crecimiento económico, que no garantizarán empleos, ni educación de calidad para todos y mucho menos acceso a la salud ni a la seguridad social, porque los recursos económicos generados por los trabajadores mexicanos son utilizados para beneficio de los grandes empresarios nacionales y extranjeros.

Ante esta lamentable realidad de crecimiento delictivo originado por las malas decisiones del gobierno morenista, que pone en alarmante peligro el patrimonio y la vida de los mexicanos; crecimiento de la pobreza que obliga a miles de personas a buscar alternativas en las actividades ilícitas y provoca el sufrimiento de casi 90 millones de compatriotas que viven en la miseria, la única posibilidad que tenemos para mejorar nuestra situación es la organización, la concientización y la lucha de las masas trabajadoras.