El Índice Nacional de Precios al Consumidor (INPC), dependiente del Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI), arrojó que en la primera quincena de julio la inflación aumentó 0.43 por ciento respecto a la quincena anterior, y con ello, la inflación anual se ubicó en 8.16 por ciento. Éste constituye el nivel más alto reportado desde la primera quincena de enero de 2001, cuando se ubicó en 8.37 por ciento.
Analistas del Grupo Financiero Monex advirtieron que la inflación comienza a consolidarse arriba de 8.00 por ciento y, dado el entorno complicado que todavía se asoma para la segunda mitad del año, es probable que permanezca en estos niveles al menos durante los próximos cuatro meses y con ello crecen las probabilidades de que la inflación se ubique arriba de 9.00 por ciento al cierre de año y si vuelve a haber alguna desviación en el dato de la segunda quincena, será inevitable que las expectativas sufran revisiones por encima de este nivel.
El INEGI reportó que los agropecuarios aumentaron un 1.22 por ciento respecto al periodo inmediato anterior y un 16.76 por ciento frente al mismo lapso del año pasado. Los energéticos y tarifas autorizadas por el gobierno se elevaron un 0.23 por ciento en la quincena y un 4.78 por ciento anual. Por último, el índice de precios de la canasta de consumo mínimo, conformada por 176 productos y servicios, escaló un 0.45 por ciento quincenal y un 8.68 por ciento a tasa anual. Los precios al consumidor cerraron 2021 con una subida del 7.36 por ciento, un nivel no visto en 20 años por un alza de insumos básicos como los agropecuarios o la energía.
En medio de esta situación, el presidente Andrés Manuel López Obrador adelantó, el pasado 23 de julio en su conferencia mañanera que tuvo sede en las instalaciones de la 12 Zona Naval en Puerto Vallarta, que la inflación podría prolongarse hasta octubre o noviembre de este año, por lo que para controlarla se mantendrá la estrategia de subsidios a gasolinas y el aumento a la producción de alimentos de autoconsumo.
"Estamos ayudando para que controlemos pronto la inflación, y aunque no es consuelo, la inflación en México es menor a la de Estados Unidos y que la de Europa, por lo que hemos hecho. Vamos a salir bien, vamos a controlar la inflación pronto", dijo.
También presumió que la inflación en Estados Unidos (EE. UU.) es del 9.1 por ciento y en México, según la proyección del INEGI es de apenas de 8.16 por ciento.
Por lo visto, al igual que quien escribe estas líneas, nadie esperaba algo nuevo del mandatario federal en su gira por Puerto Vallarta. En efecto, además de su presunción del control de la inflación, López Obrador, en su conferencia de todas las mañanas, al ser cuestionado sobre los resultados de esta estrategia a nivel nacional y, sobre todo, que se le podía decir a los familiares de las víctimas de la delincuencia que hay en todo el país, defendió su estrategia de seguridad de “abrazos no balazos” y afirmó que “ni que fueran tortas ahogadas”.
"¿Por qué vamos a cambiar la estrategia? no son tortas ahogadas ni tamalitos de chipilín”, expresó.
Está claro que con la 4T no se van a encontrar soluciones a los graves y preocupantes problemas que afectan a México y a los mexicanos, ante lo cual crece la necesidad de llamar al pueblo trabajador a que se informe y busque respuestas correctas para que pueda emprender acciones acertadas.
Por ejemplo: Joseph E. Stiglitz, Premio Nobel de Economía, profesor distinguido en la Universidad de Columbia e integrante de la Comisión Independiente para la Reforma de la Fiscalidad Corporativa Internacional. Dean Baker es codirector del Centro de Investigación Económica y en Políticas, sostiene que la inflación actual tiene grandes ganadores y perdedores; los primeros están concentrados en la cima de la distribución de ingresos y riqueza, y los segundos en la base. No tendría que ser así, y no tiene por qué seguir siéndolo.
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