MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

Índice para una vida mejor de la OCDE, qué nos dice de México

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La Organización para la Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE) publica el índice Para una vida mejor (BLI, por sus siglas en inglés) desde el año 2010; el más reciente refiere a la información recabada en el 2020. Este índice está en línea con el intento de crear estadísticos más completos, que reporten no solo alguno de los aspectos sociales cuantificables -digamos aspectos objetivos- sino que contemplen también aspectos más complejos de definir y medir porque refieren a la percepción de las personas -aspectos subjetivos. En particular este índice intenta integrar 11 aspectos, los que ha identificado como determinantes de la calidad de vida de las personas. Estos aspectos son: 1) la vivienda, 2) ingresos, 3) empleo, 4) comunidad, 5) educación, 6) medio ambiente, 7) compromiso cívico, 8) salud, 9) satisfacción, 10) seguridad, y 11) balance vida-trabajo. 

Entre los 41 países para los que se estima el índice en cuestión, México ocupa el último lugar; es el país con peor calidad de vida. Sobre la vivienda es que un hogar promedio en México tiene 1.1 habitaciones por persona, el promedio de la OCDE es de 1.7; en México, tres de cada cuatro hogares cuentan con inodoros privados con agua corriente en el interior de la vivienda, el promedio de la OCDE es de 97% de los hogares con este servicio. Sobre los ingresos, en México, el ingreso disponible per cápita anual es la mitad del promedio del de los hogares de los países de la OCDE (30 mil dólares). Sobre el empleo, en México 59% de la población entre 15 y 64 años tiene una ocupación remunerada, en la OCDE este indicador alcanza 66%; el salario promedio en México es la tercera parte del de la OCDE (50 mil dólares anuales). En cuanto al sentimiento de pertenencia a una comunidad, en México solo 77% dice contar con alguien “cuando lo necesite”, este indicador alcanza 91% en la OCDE. Sobre la educación, en promedio los mexicanos tienen 15 años de escolaridad, es la más baja de los países de la OCDE entre los que la escolaridad alcanza 18 años. En relación con el medio ambiente, por el nivel de contaminación del aire y del agua México se ubica en el séptimo peor lugar entre los 41 países de la organización. El compromiso ético se mide por el nivel de participación electoral de la población; en México menos del 65% de la población participa en las elecciones más concurridas, ocupa el segundo peor lugar. Sobre la salud, la esperanza de vida; la de México es 6 años menos que el promedio de los países que forman este grupo. Asimismo, en aspectos de más difícil cuantificación, como la satisfacción y la seguridad, los mexicanos reportan sentirse menos satisfechos y más inseguros que el promedio de la OCDE. Y finalmente, en relación con el balance vida-trabajo, el principal problema son las largas jornadas de trabajo; en México 27% de los trabajadores se hallan en esta condición contra el 10% del promedio de la OCDE. 

El resumen presentado refiere que la calidad de vida de un mexicano promedio es peor que la de un habitante promedio de los países que conforman la OCDE. Sin embargo, hay que destacar que en México los promedios reflejan poco la realidad de buena parte de la sociedad debido a la enorme desigualdad de condiciones de vida entre los sectores empobrecidos y los enriquecidos. Es decir, que las condiciones de vida de los más pobres son mucho peores de lo que muestran los malos indicadores promedio citados aquí.

Para la mayoría de los mexicanos la lucha por conseguir el sustento de su familia es la actividad principal de su vida. Esta situación impide a la mayoría practicar otras actividades y habilidades que la humanidad ha desarrollado en su esfuerzo por conocer y transformar su entorno y a sí mismo. Aspectos fundamentales para tener dignidad humana. Como muchos otros, esta situación que constituye un grave problema social, comúnmente se presenta como un problema individual que se puede solucionar con el desarrollo de la “inteligencia emocional”, o la búsqueda individual de equilibrio entre trabajo-familia, etc. Sin embargo, el compendio de indicadores citados más arriba muestra una situación verdaderamente desastrosa para la sociedad mexicana, una crisis social. El gobierno de la 4T ha agravado la situación social y económica de México; su siniestra gestión está ocasionando que varios indicadores de los citados, como los referentes a la sensación de seguridad, la referente a la ocupación e ingresos laborales, las de la calidad de la vivienda, etc. Urge pugnar por un verdadero cambio social que haga de la nuestra una sociedad con mayor capacidad para las personas puedan desarrollar con mayor plenitud su humanidad; pero este cambio solo será fruta de la participación consciente y mayoritaria de los millones de trabajadores empobrecidos por el vigente modelo económico neoliberal en México.

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