Es seguro que ya a nadie le extraña el hecho de que en los informes y mañaneras del presidente Andrés Manuel López Obrador, presuma “récords históricos” tales como: récord histórico en remesas, récord histórico en inversión extranjera, récord histórico, récord histórico en no devaluación del peso, récord histórico en no incremento de deuda, récord histórico en aumento del índice de la bolsa de valores, récord histórico en las reservas del Banco de México e incremento al salario mínimo como nunca, a pesar de que los resultados no son atribuibles a su administración, como aseguran los expertos.
AMLO dice: “el salario mínimo ha aumentado en términos reales, algo que no había ocurrido en más de 30 años. Cuando llegamos al gobierno, un salario mínimo alcanzaba para comprar 5.8 kilogramos de tortilla y ahora permite adquirir 7.7; es decir, casi dos kilos más”. Sin embargo, analistas financieros aseveran que, en realidad, el poder adquisitivo del salario mínimo no se ha recuperado en términos reales desde diciembre de 2018 hasta julio de 2021, tal y como reportó la misma Comisión Nacional de Salarios Mínimos (Conasami). Sin embargo, la fijación del salario ha sido gracias al apoyo mayoritario del Consejo de Representantes integrado por el sector privado, los sindicatos y el Gobierno. O sea, no se fijó por unanimidad por parte del Consejo de Representantes.
Con lo expuesto, se alcanza a ver que el sector privado es el más interesado en el aumento del salario mínimo. Investigadores de importantes centros universitarios, entre ellos la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), apuntan que cuando el incremento del salario mínimo es modesto y se tiene un nivel bajo de antemano los efectos de incrementar el salario mínimo en empleo y en los salarios más altos son nulos.
Los especialistas han encontrado que parte del efecto del salario mínimo se traslada a precios, pero también a mejoras de eficiencia dentro de cada empresa. Bajo ciertos supuestos, aumentar el salario mínimo del 51% tiene un efecto de hasta 3% en precios, mejora ingresos salariales reales para trabajadores de bajos ingresos de 8% y una disminución de pobreza laboral de 4%. Lo que implica que los “aumentos” al salario mínimo beneficia más a las empresas, que a los trabajadores.
No hay nada nuevo en los aumentos al salario mínimo que tanto presume López Obrador como un logro de su gobierno. La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) otorgó una solución para evitar resultados adversos en la economía, el cual consiste en realizar incrementos “modestos”, esto con el fin de no desestabilizar las economías locales y personales. Es decir, realizar incrementos "modestos" es la respuesta para que no haya resultados negativos a la hora de aumentar el salario mínimo. Asimismo, tampoco ha sido el único encargado de “darle” más dinero a los trabajadores a través del salario mínimo. De hecho, todos los presidentes han hecho crecer este índice salarial. sin embargo, es el país peor posicionado de la OCDE en este rubro.
Por ejemplo, durante el periodo de Carlos Salinas de Gortari (1988-1994), el salario mínimo se elevó menos de siete pesos. En 1989, se ubicaba en 7.9 pesos, y al final de su periodo como presidente, dejó el salario mínimo en 14.12 pesos, que representa un incremento del 44%. Llegó a la silla presidencial Ernesto Zedillo Ponce de León (1994-2000), al salario mínimo se le añadieron alrededor de 20 pesos. En 1995, se encontraba a 15.10 pesos, y para su salida, quedó en 35.23 pesos, o sea, un incremento de más del 100%.
Muchos mexicanos creyeron que iba a mejorar su suerte con la rotación del PRI y votaron por Vicente Fox. En su primer año, 2001, el salario mínimo se hallaba en 38.05 pesos, y a la hora de salir quedó en 47.21 pesos. El crecimiento sólo fue de 9.16 pesos. El PAN continúo como el partido que encabezaba al país, pues Felipe Calderón Hinojosa (2006-2012) se convertía en el nuevo mandatario, con él, el salario mínimo vio una suma total de 11.6 pesos, pues arrancó en 49.06 pesos y terminó en 60.66 pesos.
Con la vuelta del PRI al poder con la figura de Enrique Peña Nieto (2012-2018), no se sabía qué podía suceder. Una gran sorpresa se dio, ya que, durante los seis años, se presentó la mayor alza del salario mínimo desde el sexenio de Zedillo, pues creció 25.29 pesos, casi lo mismo que lo logrado por Calderón, Fox y Salinas juntos, en 2013, comenzó en 63.07 pesos, y para 2018 se colocó en 88.36 pesos, lo que equivale a un 40% de incremento.
De esta manera, Andrés Manuel López Obrador iniciaba su gobierno con esta tarea de aumentar el salario mínimo. Pero a pesar de sus “logros” en la materia, no logra mejorar su posición ante los ojos de organismos internacionales, como la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE). Este organismo tiene un índice llamado Salario Mínimo Real. En este listado, que reúne el salario mínimo anual, se encuentran ubicados 28 países miembros y cuatro entidades no miembros. Entre los 32 territorios, México, se encuentra en el lugar 31. Entonces, la afirmación de que ¡Ha aumentado el salario mínimo como nunca! solo es una presunción del mandatario federal.
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