En los años recientes hemos visto la aparición de los llamados “influencers” que en su mayoría son jóvenes entre 18 y 24 años (mujeres) y 25 y 34 años (hombres), podemos encontrarlos en las diferentes redes sociales como Instagram, Facebook, TikTok, Twitter, Youtube, o Snapchat; estos jóvenes se dedican a subir contenido para entretener a sus seguidores, clases de maquillaje, peinado, modelando ropa, zapatos y accesorios de diversas marcas; con ello logran darse a conocer y monetizar su contenido. Influencers como Luis Villar Sudek (Luisito Comunica), cuenta con 34.9 millones de seguidores en YouTube, Kimberly Loaiza 27.9 millones o Mariand Castrejón Castañeda (Yuya) con 24.6 millones de seguidores se han transformado en los modelos a seguir por los jovencitos. Con la presencia de la pandemia la existencia de los influencers ha tomado mayor fuerza ya que las empresas cerraron sus puertas y ahora las ventas en línea crecieron; entre 2019 y 2020 el mercado de influencers creció en ingresos por más de mil millones de dólares, entre 2020 y 2021 la cifra alcanzará 4 mil millones de dólares, de acuerdo al portal Merca2.0.
La juventud está volteando a seguir a estos personajes que en gran medida no aportan material educativo a la sociedad, por el contrario, penetran en la mente y en la vida de la gente realizando actividades que dejan mucho que desear, a su vez, ellos son contratados por reconocidas marcas de ropa o zapatos, para promocionar y llegar de esa manera al gusto de la gente; es difícil y casi imposible encontrar a uno que hable de temas importantes; la juventud está perdiéndose en busca de llegar a obtener los grandes beneficios que unos cuantos han logrado.
Con la pandemia los problemas educativos se han agudizado pues, según Delfina Gómez, Titular de la Secretaría de Educación Pública, para junio de 2021 hubo una deserción escolar del 2 al 3.5 %, equivalente a cerca de un millón de estudiantes de todos los niveles que abandonaron sus estudios, sobre todo del nivel Medio Superior. No es de extrañarse que ahora el tiempo que se invertía en estudiar se dedique a navegar la mayor parte del día en las redes sociales.
La realidad de lo que sucede en nuestro estado y en nuestro país es grave: los niveles de desempleo han alcanzado cifras enormes, pues para junio de 2020 se habían perdido en Nayarit 17 mil 565 empleos.
Para la juventud no todo está perdido, hay mejores alternativas con las cuales pueden lograr sus objetivos y salir adelante sin perder de vista que en la actualidad y en un futuro cercano se requerirán profesionistas, médicos, especialistas, ingenieros, arquitectos, abogados, artistas, científicos dispuestos a conducir la vida de la humanidad de mejor manera, pero eso se logrará a través de un estudio profesional y un estudio científico de la realidad; la juventud necesita adquirir conciencia política, armarse de los elementos necesarios para reconocer a sus enemigos de clase y defenderse, debe comprender que es más importante cumplir con estas tareas para poder lograr una vida mejor y a su vez, dar una vida mejor a las nuevas generaciones.
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