A dos semanas para que abran las puertas del Teatro La Paz, recinto que albergará a cientos de amantes de la dramaturgia en el XVII Encuentro de Teatro que promueve el Movimiento Antorchista, Oscar Ortiz Donato, director de la Compañía Teatral Víctor Puebla, da su punto de vista respecto a la situación del teatro popular en el país y su función como transformadora de conciencias.
Desde sus orígenes en la Antigua Grecia, el teatro ha sido un camino para apuntalar el ejercicio del pensamiento crítico entre el pueblo.
Entonces, ¿hasta qué punto el arte dramático corresponde a una realidad social?
Oscar Ortiz. El dramaturgo se desarrolla y se desenvuelve en cierto contexto social porque escribe para determinada clase social.Por ejemplo, el teatro de Oscar Wilde no era dirigido a un público popular pues su crítica se centraba en la protesta contra la monarquía isabelina; su pluma dio voz a la inconformidad de una naciente burguesía.En cambio, en la dramaturgia mexicana hay varios autores que le dan voz al pueblo y esto se nota en las temáticas sociales que abordan y sus respectivas características que evidencian hacia qué público dirigen su teatro.
Oscar Ortiz.- El objetivo de todo dramaturgo, a pesar de sus diversos enfoques, es emitir una crítica social según el contexto en el que éste escribe su obra.
¿Cómo el teatro explica y describe los modos de vida e intereses de clase?
Oscar Ortiz. El teatro como actividad económica y política ha sido manipulada por la clase adinerada y, obviamente, la compañía para la que escribe el dramaturgo está enajenada, pues, según narra la historia, ellos han sido financiados por este poderoso grupo, por ende, escriben para esa clase y desde la perspectiva de esa clase.No es casualidad que la mayoría de las compañías teatrales producen obras que están muy alejadas de los valores e ideales de la clase baja desprotegida.De ahí viene la apuesta por el espectáculo teatral que el pueblo pobre no puede pagar, pero sí las élites.
Oscar Ortiz.- Llamémosle espectáculo teatral porque no tienen un verdadero fin: el de hacer una crítica social, nada de eso contienen estos espectáculos de taquilla.Los intereses de clase burgueses apuestan por producciones apantallantes, en vez de apostar a temas que muevan la conciencia y transformen el pensamiento del público.
¿Qué factores socioculturales influyen en el modo de hacer teatro?
Oscar Ortiz.- El teatro es una fuerte arma ideológica que mueve conciencias pues la gente no sale igual después de presenciar una puesta en escena que emite una genuina crítica social sobre el contexto en el que uno está viviendo.Desde mi punto de vista, escritores y productores no se inmiscuyen en las temáticas sociales porque sencillamente éstas no venden y sobre todo nos enfrentan a nuestra propia realidad.Ellos apuestan por temas superficiales.Y en esta apuesta influye la carente educación teatral del director y productor, así como la pobre política educativa y artística que rige en el país.E ahí el porqué de la expansión progresiva del teatro comercial y hueco.
El teatro como medio social, ¿cómo funciona y cuál es su impacto entre el público?
Oscar Ortiz. Toda obra tiene una crítica, pero no fácilmente el público la acepta porque llega inclusive a sentirse agredido.Es un asunto algo complejo porque toda sociedad y sistema tienen defectos que se cristalizan en una puesta en escena llegando a mover los hilos más sensibles de las conciencias.No obstante este sacudir es necesario en el proceso de transformación y liberación de las conciencias; es por ello que son pocas las compañías teatrales que se dedican a montar obras ricas en crítica.
¿Cuál es su postura respecto a la crítica teatral en el país?
Oscar Ortiz. Es poca y somera la crítica teatral que se realiza en el país debido a que predomina el desconocimiento de los clásicos del teatro universal, y del nacional que ni se diga, por parte del público, los productores y los escritores de teatro.Eso hace imposible que los críticos de teatro aporten bases sólidas en cuanto al quehacer y arte teatral.Incluso los directores no aceptan una crítica constructiva cuando se les sugiere apostar por otro tipo de temas, estilos y lenguajes expresivos.
¿Considera que el gobierno da prioridad a esta actividad artística?
Oscar Ortiz.- Definitivamente no.En los recortes presupuestales a los primeros que le restan son a las artes, y una de ellas es el teatro, e insisto porque es una fuerte arma ideológica.
Oscar Ortiz. Si tuviéramos una actividad teatral en el país que se centrará completamente en remontar a las grandes obras de los grandes críticos sociales, el público no sería el mismo.A ello se debe tanto corte presupuestal.De hecho el gobierno apuesta más por las producciones huecas y, además, no apoya con suficiente recurso a una de las artes más transformadoras, más educativas, una verdadera transformadora de conciencias.
¿Qué tipo de público asiste al Encuentro Nacional de Teatro?
Oscar Ortiz.- En casi más de 12 años en que he participado en este Encuentro Nacional, te aseguro que aquí no asiste gente adinerada, tampoco asiste una élite intelectual.Al concurso de Teatro va desde el estudiante, campesino, colono, ama de casa, el obrero, todos ellos dispuestos a aprender una lección que contribuye a sus vidas y su entorno.
Oscar Ortiz.- Y para mi es una satisfacción el hecho de saber que tu puesta en escena no la disfrutará un público erudito en cuestiones dramatúrgicas, al contrario, aquí se haya la gente que está entusiasmada de presenciar magnificas historias escritas por grandes dramaturgos.Gente que aprecia no las grandes producciones sino los invaluables contenidos que aportan a su transformación como personas y a su deleite artístico.Ahí acude la gente del pueblo a presenciar el teatro para el pueblo, así como en los orígenes de la Grecia Antigua.
¿Existe una posibilidad de reformular el teatro mexicano?
Oscar Ortiz.- Por supuesto que sí, ¿cómo? Poseyendo una vasta cultura teatral y una actualización en las maneras y las nuevas tendencias de hacer teatro, para saber cómo virarlas hacia el montaje de obras de los grandes dramaturgos.E inclusive partir desde aquí para saber cómo reformar a nuestro público hacia uno más crítico, más conocedor, que se identifique y dialogue con nuestras obras.Con el propósito de ir reformando un público más transformador de sí mismo y de su entorno.Por ello el Encuentro Nacional de Teatro antorchista es un camino que conduce hacia la reformación del espíritu de un pueblo.
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