Desde su nacimiento, el Movimiento Antorchista ha estado vinculado con el arte y el deporte. En general, el desarrollo de las actividades de estudio, de formación de sus integrantes y de la lucha conjunta por la construcción de una nueva sociedad, están estrechamente unidas a las diferentes disciplinas que cultivan y desarrollan el espíritu de los individuos, sus cualidades y su entendimiento, como el ejercicio físico, la poesía, oratoria, el canto, y por supuesto, el teatro.
El impulso que reciben constantemente estas actividades culturales por parte del Movimiento Antorchista, se sustenta en la firme convicción de contribuir con la educación del pueblo humilde que no tiene, sobre todo por sus condiciones económicas, acceso a ellas. En el más sincero convencimiento de que a través de la práctica de las bellas artes se adquieren conocimientos nuevos, se potencia el intelecto, la sensibilidad de las personas y, por consiguiente, las humaniza; es decir, despliega en ellas la solidaridad, empatía y comprensión, cualidades sociales que no pueden desarrollarse por la simple evolución biológica de la especie, sino sólo por el desarrollo de la cultura.
La ofensiva gubernamental, nacida desde el odio y la irracionalidad de las clases poseedoras hacia los desposeídos, materializada en una política de exterminio desplegada desde la presidencia de nuestro país en contra de las organizaciones sociales -en especial el intento de aniquilamiento del Movimiento Antorchista Nacional–, despliega en un primer momento una campaña de calumnias, de desprestigio, de las mentiras más absurdas difundidas con toda premeditación en los medios de comunicación que se prestan servilmente al perverso juego del poder. La cúpula gobernante debe, a toda costa, impedir la educación, la concientización, politización y organización de los pobres: esa es la orden que han recibido de sus dueños, los grandes empresarios.
Sin embargo, esta ofensiva aniquiladora ha encontrado una férrea resistencia nacida de la misma realidad, del verdadero carácter del trabajo desplegado en todos los frentes de lucha, de la claridad de los objetivos de cada uno de sus integrantes y de la unidad indisoluble con el pueblo humilde de nuestro país.
Los eventos culturales que se han desarrollado en los últimos días, como la Feria de los Pueblos en Tecomatlán, Puebla y el XXII Encuentro Nacional de Teatro en Texcoco, son una muestra palpable de la vitalidad de una organización que se ha posicionado como la alternativa que tienen millones de desposeídos, para transformar las condiciones sociales y políticas de México y acceder a una vida más digna.
En estos eventos, en el terreno mismo de los hechos, las opiniones de los asistentes a esas actividades culturales, han manifestado una visión contraria al juicio inquisidor del presidente de la república en contra de Antorcha. La percepción de la gente sencilla, del pueblo, de los hombres y mujeres trabajadores es diametralmente opuesta a las mentiras que pregonan los ideólogos del gobierno federal. Por ejemplo:
Para David Rentería, originario de Guadalajara, Jalisco, uno de los miles de asistentes al XXII Encuentro Nacional de Teatro, la labor que hace el Movimiento Antorchista de promover y fomentar la cultura a través de sus diferentes manifestaciones, es digna de aplaudirse porque impulsa el desarrollo del ser humano de manera individual y en su misma comunidad
- ¿Qué opinas sobre este encuentro organizado por el Movimiento Antorchista?
-Ya tengo tiempo conociendo a Antorcha Campesina, ya hemos llevado a Zapopan, Jalisco, obras de teatro a algunas comunidades; es padre ver como los chicos que no conocían el teatro lo hacen por primera vez; en la calle te hacen una rueda, las reacciones del público, son muy interesante, de los niños, sobre todo… es muy padre, con eso te llenas. Por eso, gracias.
He visto que se han puesto las pilas, de repente consiguen recursos de donde quién sabe dónde, se manifiestan; de alguna manera sacan dinero para seguir con esto adelante, tengo muy buena imagen de Antorcha, sobre todo cuando se habla de la promoción del teatro y la cultura para las comunidades alejadas.
Tengo siete u ocho años viniendo al encuentro de teatro de Antorcha, yo empecé en la música, desde muy pequeño, eso me fue llevando de alguna manera al teatro, y después al cine y a la televisión. He visto una preocupación por la educación del pueblo.
Hay que conocer a Antorcha, hay que ver sus orígenes. Yo conozco un poco de su historia, de cómo nació y creo que si no se hicieran las cosas de esta manera, no habría teatro gratis para todos, para los que no lo pueden pagar. Eso es sobre todo lo que más me motiva, llevar teatro a los que no lo conocen.
Por su parte, David Bautista Morales, originario de Cuautitlán Izcalli, Estado de México, de 17 años, estudiante del cuarto semestre de bachillerato, en respuesta a la misma pregunta, comentó:
-El evento fue muy bonito, nos dio un claro mensaje de que tenemos que actuar para acabar con la situación en la que nos encontramos; para zafarnos de las cadenas, ver la realidad que se está dando en nuestro sistema. Yo personalmente creo que el Movimiento Antorchista es bueno porque nos permite ver obras de teatro, acceder a la cultura, a la cual el gobierno no nos permite ver eso, ni nos ayuda para nuestra educación.
Beatriz Chávez, proveniente del estado de Querétaro, y Fuensanta Pérez, de Michoacán, coinciden en un aspecto que es fundamental: el esfuerzo realizado en este encuentro y que caracteriza la acertada visión del Movimiento Antorchista: incorporar al pueblo a la práctica de las diferentes expresiones artísticas.
-Lo mejor de todo –dijo Beatriz Chávez- es que vemos actuar a los hijos de los trabajadores, a los hijos de los campesinos, de las amas de casa y eso es un teatro extraordinario; es lo que más me ha impactado en este concurso nacional de teatro que organiza el Movimiento Antorchista y que refleja lo que está pasando actualmente en la sociedad, en nuestros tiempos; en los tiempos de esos dramaturgos también habia injusticia social, pobreza, guerras y todo tipo de problemas sociales que existen en nuestro México.
–Creo que lo más importante –manifestó Fuensanta Pérez- es la gente a la que se le presentan las obras y la gente misma que hace las obras. En la obra que presentamos los michoacanos, ninguno es actor profesional, todos son estudiantes, maestros, hijos de colonos y es propiamente a esa gente a la que se les enseña este arte: a colonos, a obreros, amas de casa, gente que no tiene acceso a una cultura de calidad. Con Antorcha, la gente viene a ver obras de teatro, ópera, danza, de otro modo no podrían hacerlo por el poco ingreso que perciben. Eso es importante porque Antorcha le abre las puertas al arte a toda la población, no solo para que lo vean, sino también para que lo practiquen. En varias obras hemos visto actuar desde niños hasta colonos… eso es muy importante.
Las citadas expresiones demuestran el verdadero sentir de quienes, surgidos del pueblo mismo, sin más intención que dejar un testimonio de su apreciación del trabajo realizado por Antorcha, contribuyen a desenmascarar las mentiras de la ofensiva gubernamental en contra de Antorcha.
Antorcha está más viva que nunca porque el pueblo está vivo y Antorcha es el pueblo mismo organizado.
Para acabar con un movimiento que es la expresión viva de las aspiraciones de los vilipendiados por este gobierno, tendrían que recurrir, como dice el poeta uruguayo Mario Benedetti; a quedarse sin el pueblo: “Para matar al hombre que era un pueblo, tuvieron que quedarse sin el pueblo”.
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