Los servicios públicos en materia de salud en el estado de Guerrero, son pésimos, como lo han denunciado usuarios de varias regiones donde carecen de infraestructura, de médicos y medicamentos suficientes para brindar atención a personas humildes del territorio local.
En esta ocasión abordaremos el caso de pacientes de la clínica del Instituto de Salud y Servicios Sociales para los Trabajadores del Estado (ISSSTE), en Chilpancingo, que reciben hemodiálisis y que continúan protestando en la entrada principal del hospital ubicado en la calle Ruffo Figueroa, en la capital del estado, contra el cambio de clínica para recibir su tratamiento, ya que el lugar al que pretenden enviarlos, ubicado en la calle Moisés Guevara, a unos metros del zoológico Zoochilpan, no cumple requisitos como certificados sanitarios, trabajadores, ni infraestructura para atenderlos.
En sillas de ruedas, dializados, apoyados con muletas o bastones, los enfermos renales y sus familiares, en varias ocasiones han cerrado con cadenas la entrada principal de la clínica del ISSSTE en protesta porque autoridades del nosocomio contrataron servicios de otras clínicas, que aseguran, no cuentan con las condiciones de higiene ni de infraestructura para brindarles el tratamiento de hemodiálisis que requieren.
En total, son 150 personas que reciben atención en clínicas alternas de Chilpancingo y Acapulco, las cuales no están certificadas ni cuentan con personal necesario, higiene ni equipo para brindar el servicio de hemodiálisis, lo que pone en riesgo sus vidas.
La exigencia es que, las autoridades del ISSSTE y de la Secretaría de Salud garanticen que las instalaciones sean seguras y que cuenten con equipos y personal adecuado para atender a los pacientes, que han realizado diversas protestas para solicitar un servicio digno, pese a su delicado estado de salud, asimismo se han reunido con directivos del hospital, sin resultados positivos.
Ante la falta de respuesta por parte de directivos del ISSSTE y de la Secretaría de Salud, los enfermos renales derechohabientes de este instituto de salud, siguen protestando y solicitando la urgente intervención de la gobernadora Evelyn Salgado Pineda. La clínica de Chilpancingo no tiene capacidad de ofrecerles el servicio de diálisis y por ello subroga el servicio a particulares, donde les avisaron que serían los últimos servicios que brindarían porque la administración del ISSSTE no va a renovar contrato.
El Gobierno del estado, a través de la Secretaría de Salud les brindaría ese servicio médico, sin embargo, la titular Aidé Ibarez Castro no ha resuelto la situación. Los quejosos aseguran que la responsabilidad de garantizarles el servicio de diálisis es del gobierno federal a través del ISSSTE porque han estado cotizando de su salario y es inmoral, criminal y abominable el trato que reciben, reprocharon.
En cada protesta, la última realizada este fin de semana, los convocan a reuniones y llegan a acuerdos que no se han cumplido, por lo que ahora están exigiendo la intervención directa de oficinas centrales del ISSSTE y de la gobernadora Evelyn Salgado, a fin de seguir recibiendo la atención en la clínica particular donde habitualmente se dializan.
Rechazan, tajantemente, que directivos del nosocomio pretendan ahorrar dinero a costa de la salud de más de 150 enfermos, que puede deteriorarse si no reciben las hemodiálisis correspondientes, cada tercer día, ya que no cuentan con recursos económicos para solventar este gasto en clínicas particulares.
El conflicto derivó en la renuncia de la directora Leticia Sánchez Flores, a la que acusaron de llevarse el equipo de hemodiálisis para habilitar una clínica alterna; es triste ver a gente debilitada por la enfermedad, luchando por recibir servicios médicos de calidad y no se trata de opositores al gobierno, sino de la deprimente realidad en materia de salud que existe en Guerrero.
El caso de la clínica del ISSSTE Acapulco también es preocupante, ya que personal de enfermería y médico ha denunciado las malas condiciones en las que se encuentra el hospital ubicado en la avenida Ruiz Cortines, precisamente en la zona de hospitales. No cuentan con material suficiente para realizar sus actividades y los lavabos no funcionan, en algunas ocasiones tienen que lavar algunos utensilios y esta situación pone en riesgo la vida de los derechohabientes.
El listado de necesidades para la atención al derechohabiente es bastante extenso, ya que, los consultorios no funcionan, los aires acondicionados gotean, los baños están en deplorables condiciones, el servicio de electrocardiograma no funciona, etcétera, sin que los tres niveles de gobierno trabajen realmente a favor de este importante sector.
A estos lamentables casos, se suman denuncias de pobladores que viven en comunidades de La Montaña y Costa Chica, donde las clínicas carecen de infraestructura adecuada, médicos y medicina, y por si fuera poco, padres de familia de bebés que nacieron del 10 de mayo a la fecha, en el Hospital de la Madre y el Niño Guerrerense (HMNG) se organizan ya para denunciar la falta de vacunas, ya que, sus hijos no han recibido las vacunas para recién nacidos y en el área de vacunación se limitan a decir que en un mes, aproximadamente, podrían llegar, dejando claro que, en Guerrero, los servicios de Salud, como cacarea el Gobierno federal, sí son de cuarta, pese a la línea morenista de los gobiernos federal, estatal y municipales, en los casos de Chilpancingo y Acapulco.
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