A pesar de las reformas legales para reconocer los derechos laborales de los trabajadores del hogar, persiste la precariedad para ellos, sobre todo para las mujeres, porque continúan con salarios raquítico, carecen de seguridad social, además de enfrentar otras formas indignas de trabajo que tienden a la esclavitud moderna.
Así lo vislumbran las estadísticas que difundió el Instituto de Información Estadística y Geográfica de Jalisco (IIEG), con motivo del Día Internacional de las Trabajadoras del Hogar, el pasado 30 de marzo, y sobre las cuales el vocero del Movimiento Antorchista, Salvador Mateo Martínez, ofreció un análisis con perspectiva crítica.
“Al comparar la información oficial más reciente disponible para este grupo demográfico, a nivel nacional, el 95.3 por ciento no cuenta con acceso a seguridad social, mientras que en Jalisco es el 94.9 por ciento; es decir, solo cinco de cada 100 trabajadoras del hogar están aseguradas”, puntualizó Mateo Martínez.
Los trabajadores del hogar en México son aquellas personas que realizan actividades de limpieza, cuidado, asistencia o apoyo en un hogar ajeno al suyo.
Según la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE), al cuarto trimestre de 2022, hay alrededor de 2.5 millones de personas trabajadoras del hogar en el país, de las cuales el 89.9 por ciento son mujeres. En Jalisco, existen 173 mil 711 trabajadores del hogar, de las cuales, 143 mil 913, que equivalen al 82.8 por ciento, son mujeres.
El vocero antorchista refirió que el IIEG resalta que las mujeres en Jalisco ganan 2.7 por ciento menos que los hombres, mientras que a nivel nacional, la brecha es de 4.5 por ciento menos para las mujeres. O sea, que en la entidad persiste la precariedad laboral para las trabajadoras del hogar.
Aseveró que el saldo evidencia el fracaso del programa piloto de afiliación para trabajadoras del hogar que anunció el presidente Andrés Manuel López Obrador, hace tres años.
Asimismo, los resultados dejan claro que si los trabajadores en general quieren ver mejoradas sus condiciones laborales deben luchar como clase y no como sectores aislados.
“Mucho menos pueden dejar esta tarea a los que ostentan el poder político y económico. Las trabajadoras del hogar deben unir fuerzas con el resto de los trabajadores y juntos luchar por más y mejores empleos. Esta es la salida”, concluyó el portavoz del Movimiento Antorchista.
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