El 21 de marzo de 1984, el Movimiento Antorchista encendió la llama que con su luz y orientación, llevó al pueblo de Huitzilan de Serdán, Puebla, hacia el desarrollo y la paz; sembró la semilla del progreso que se ve materializado en obras y servicios básicos, que le cambió el rostro a una tierra sin ley, sumergida en la incertidumbre y la violencia, por un rubí que, con su proyecto de desarrollo sostenido y enfocado en el trabajo colectivo, organizado, de unidad, de educación política, irradia y es modelo a seguir para todos los pueblos de la Sierra Norte del estado.
Antes de 1984, el cacicazgo le robó a los huitziltecos sus tierras, lo llevó a un estado de miseria, de enfermedad, de atraso; luego, la Unión Campesina Independiente (UCI), con la falsa promesa de regresarles sus tierras, volteó las armas en contra de quienes confiaron en ella, luego de que el movimiento se corrompiera a falta de una dirigencia y unidad ideológica. Y entonces llevaron a Huitzilan a una etapa donde reinó la tristeza, la violencia, la injusticia; obligó a medio pueblo a huir y dejar sus viviendas a merced de los pistoleros.
De la terrible situación, surgió un grupo de hombres valientes encabezados por Sebastián Manzano, Ignacio Gómez Cipriano, Francisco Luna, Ramírez Velázquez Gobierno, Ramírez Filiberto, Mariano Pasión y otros huitziltecos, quienes buscaron ayuda por todos lados: en organizaciones campesinas, partidos políticos, funcionarios de gobierno, pero solo la encontraron en el Movimiento Antorchista, encabezado por Aquiles Córdova Morán.
Antorcha ofreció al pueblo de Huitzilan una solución que no fue espontánea, sino lucha y trabajo arduo no solo para liberar al municipio de esa terrible etapa, sino para cambiar el rumbo por un camino que los llevara a un futuro más próspero y de desarrollo sostenido.
Nadie más lo logró, nadie más ayudó al pueblo de Huitzilan, solo el Movimiento Antorchista, es decir, el pueblo organizado y siempre solidario. Ahora Huitzilan llega a su aniversario 39 en un ambiente político de hostilidad por parte del gobierno morenista, de linchamiento mediático, de políticas retrógradas que se han reflejado la poca inversión para obras, para el sector salud, educación, seguridad, para el desarrollo de los pueblos. ¿Cómo vemos reflejado esto en la realidad? Es fácil, veamos lo que dicen las cifras oficiales sobre las acciones para sacar al pueblo mexicano de la pobreza.
Recientemente, en su “Informe de Evaluación de la Política de desarrollo Social 2022”, publicado en febrero del presente año, el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval) reveló un retroceso en los resultados de la pobreza de 2018 a 2020, pues esta incrementó al pasar de 41.9 por ciento a 43.9, cifra que representa un aumento de 3.8 millones de personas a las filas de la pobreza (en 2018 había 51.9 millones de pobres y dos años después se incrementó a 55.7 millones).
Además, el informe exhibe datos que muestran cómo, a partir de la llegada del presidente Andrés Manuel López Obrador a la presidencia de México, la situación para las familias humildes ha empeorado en varios rubros. Menciono tres ejemplos: En el derecho a la alimentación nutritiva y de calidad, el Coneval reportó que “entre 2018 y 2020 el porcentaje de personas con seguridad alimentaria disminuyo? 2.7 puntos porcentuales”; en el derecho a la educación, “en el ciclo escolar 2020- 2021 la población de 3 a 29 años inscrita fue menor (32.9 millones de personas) que en el 2019-2020 (33.6 millones de personas)”; mientras que en el derecho a la salud destacó que “de 2018 a 2020: disminuyo? 9.1 puntos porcentuales la población derechohabiente que recibió servicios preventivos en instituciones públicas. Casi se duplico? el porcentaje de hogares con gasto catastrófico en salud, al pasar de 2.1 por ciento a 3.9 por ciento”
A este reporte agregamos la falta de inversión en obra pública, que ha provocado un estancamiento en el desarrollo de los pueblos. El presidente de la República está más preocupado por sus obras emblema, incluso destina más recursos para ello, que para las que verdaderamente se necesitan para mejorar la infraestructura de los municipios o para atender otras necesidades. Un claro ejemplo: la revista electrónica etcetera.com.mx publicó hace unos días: “En 2021 y 2022, el gobierno de Andrés Manuel López Obrador usó 90.4 por ciento del Fondo de Desastres Naturales para el Tren Maya y otras obras emblema, mientras que apenas el 9.6 por ciento se destinó a atender emergencias por desastres naturales”.
En este contexto, el pueblo de Huitzilan cumple 39 años de lucha, trabajo y unidad, importante destacarlo porque a pesar de la difícil situación, mantiene un desarrollo sostenido. Huitzilan avanza a pasos agigantado, como dijo en alguna ocasión Manuel Hernández Pasión, expresidente municipal y a quien le quitaron la vida las balas asesinas de los enemigos del progreso. Y esto se ha logrado, en primer lugar, gracias a la ardua labor de ese grupo de huitziltecos valientes que iniciaron la lucha para sacar a su pueblo de la etapa de terror, algunos perecieron en el camino y otros continúan entregando su energía a esta noble labor; en segundo lugar, por los hombres y mujeres que han dado continuidad a este proyecto y que, junto con las administraciones municipales, encabezadas por hijos del pueblo de Huitzilan, no han permitido que la bandera de Antorcha: del desarrollo, de la paz y tranquilidad, caiga.
Antorcha en Huitzilan está más viva que nunca, a pesar de los ataques mediáticos, de la política de recorte presupuestal hacia la administración municipal, de las ansias del cacicazgo por recuperar el poder político; y está de pie, porque hay un pueblo dispuesto a defender el desarrollo y la tranquilidad que ha conseguido con mucho sacrificio, pues el proyecto no es solo para llevar a un futuro más próspero a Huitzilan, sino para todo el país. Adelante, compañeros de Huitzilan, a seguir luchando por este proyecto que ha convertido a Huitzilan en el “Rubí de la Sierra Norte” y en un ejemplo de lucha para todos los pueblos oprimidos. Enhorabuena.
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