Los campesinos de México están peor que antes y en Hidalgo ni se diga, están en el abandono gubernamental, apenas y sobreviven a la pandemia y a eso hay que sumarle la sequía de este año. De manera general, los campesinos se encuentran sin ninguna alternativa para seguir haciendo producir sus parcelas. El Gobierno federal no ha implementado ningún plan para el sector campesino, para apoyar a los pequeños productores que se aferran al campo, para ellos, es cada vez más caro sembrar maíz, por ejemplo; los fertilizantes, herbicidades, herramientas, todos los insumos necesarios han incrementado sus precios.
Y a esto hay que agregarle la sequía de este año que ha agravado en al menos 68 de los 84 municipios, según la delegación de la Comisión Nacional del Agua en Hidalgo, quien además precisa que son 44 las comunidades que presentan mayores afectaciones. Las siete presas de Hidalgo también está por debajo de lo normal; las ubicadas en Alfajayucan, Tula y Ajacuba apenas y alcanzan un promedio de 40 por ciento de su capacidad, mientras que la que tiene actualmente la menor capacidad es la Vicente Aguirre con un raquítico 20 por ciento, la Requena se ubica al 25 por ciento, y la Jrojo Gómez y Endhó con un 56 y 49 por ciento respectivamente. Tanto la dependencia como la Secretaría de Desarrollo Agropecuario Estatal, se han reducido a pedir a los campesinos que retrasen sus actividades de siembra de la temporada primavera-verano, así, sin mayor preocupación.
Y esa indiferencia gubernamental también se vuelve una preocupación, porque si los encargados de aplicar políticas y recursos para el impulso del campo se vuelven simples transmisores de los problemas que deberían estar resolviendo, podríamos deducir que no les importa o que simplemente se ven superados ante la realidad.
Hace poco, una comisión de antorchistas acudimos a la Sedagroh para solicitar una respuesta a las diferentes peticiones que hemos entregado en más de una ocasión y la única respuesta del secretario particular del tiluar de la dependencia, Carlos Muñiz Rodríguez, fue que los apoyos para el campo estaban “inciertos”, que “no había recursos”, porque supuestamente, todos estaban siendo destinados a la atención de la pandemia, algo muy poco creíble, porque si nos ponemos a analizar los efectos de la covid-19, Hidalgo no queda bien parado, miles de contagios y muertes, falta de campañas gratuitas para la detección del virus, medicamentos, etc. Lo único que se transmite, con esas respuestas, es que no está entre sus preocupaciones ayudar a los campesinos con los insumos necesarios para hacer producir la tierra y menos llevar a esos sectores programas alimentarios, porque sin siembra, sin maíz para comer y sin apoyos del gobierno, se está dejando a su suerte a este sector que tanto necesita. Esperemos que la política del gobierno del estado cambie porque así lo pide la gente, o ¿es que no se dan cuenta de la terrible situación en la que se encuentran los hidalguenses?
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