Tres largos años que lleva como presidente Andrés Manuel López Obrador, nos hemos dado cuenta que su impulso por empobrecer el país, es sin duda, su más grande logro. Considerando que la infame y fantasiosa alegoría de la 4T prometía a los mexicanos que pusieran su confianza en este proyecto anticorrupción. Este gobierno solo ha servido para cobrar venganzas personales y no así, para cumplir con lo más importante que es remediar o solucionar las necesidades del pueblo; aun cuando especialistas de alto nivel han expuesto su mal proceder y la misma ciudadanía ha mostrado su descontento, nuestro actual mandatario se limita a contradecir las cifras en cada mañanera, argumentando con falsedades en muchos de los temas importantes.
Aunado a esto podríamos decir que hasta la mala suerte le ha caído o el “karma”, con acontecimientos como pandemias, inundaciones, sismos, sequias y de más, pero esto no exime la responsabilidad de su gobierno, es claro que no podemos olvidar los planes de acción que han causado más fallas, cayendo incluso en discursos ridículos para tratar de contrarrestar la crítica. La burbuja en la que vive nuestro actual presidente, no lo deja ver que su combate a la corrupción no es el verdadero mal que se tiene que remediar en este país, muy por el contrario, la gente ya se está dando cuenta que en México no se vive “feliz, feliz, feliz”, como reza todas las mañanas y que la pobreza avanza a pasos acelerados.
Hay que resaltar que para lograr su combate a la corrupción fue necesario eliminar el presupuesto para dependencias y programas, según la causa de su accionar fue debido al mal manejo de estos apoyos por causa de los “intermediarios”, quienes cometían delitos como lavado de dinero y robo. Pero al eliminar estos recursos, hoy somos testigos de lo que se ha desatado, los problemas más severos como: inseguridad, salud, educación, entre otros, problemas que son generadas y agudizadas debido a la pobreza.
El recorte del presupuesto también afecto al campo mexicano, es duro aceptar que un país megadiverso como México, con climas envidiables para la producción de una amplia gama de recursos naturales, su gobierno no se preocupe por cuidar dichos recursos y a quienes viven de los mismos. Ahora los campesinos no solo tienen que luchar contra la adversidad, los cambios de clima, la escasez de agua por causa de las sequias, sino también contra el poco o nulo apoyo para iniciar los periodos de siembra, y por el abandono e indiferencia del actual gobierno, además de que, al levantar la voz, solo se es ignora y denigra.
En Tamaulipas y quizá en todos los estados, los productores agrícolas no tienen sus tierras trabajadas a un 100%, pues están propensos a sufrir pérdidas que no serán aminoradas, por la falta de subsidios que antes entregaban el Gobierno federal, además de no contar con programas a los que antes podían acceder, un ejemplo de esto son los apoyos que se eliminaron como el de Agricultura por Contrato, el cual garantizaba el precio por tonelada, el diésel agropecuario, fertilizante, insecticidas, entre otros. Es importante resaltar que México depende en gran medida de la producción agrícola, pero no solo en nuestro país, sino todo el mundo; por eso, sino se quiere caer en un desabasto de alimentos, es importante voltear a ver las necesidades de los campesinos, de la gente que ha dedicado toda su vida a este sector.
Una vez más el presidente López Obrador, nos da muestra de la incapacidad de su gobierno, la falta de compromiso, la apatía que tiene no solo con los productores, sino con todos los mexicanos en general. Hasta el momento sus políticas así lo han demostrado. Hoy por hoy, nos enfrentamos a un aumento considerable de precios en los productos de uso cotidiano y de primera necesidad, los salarios no alcanzan para enfrentar estos aumentos y el presidente solo se limita a manipular con sus mentiras. ¡Ya basta de engaños, ya basta de mentiras!, solo los mexicanos podremos sacar adelante nuestra economía y lograr mejores condiciones para todos y para lograrlo es indispensable la unidad de todos.
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