Mientras al pueblo, en su mayoría desinformado, se le maneja y entretiene por todos los medios, con el circo de las corcholatas, con el fin de que no se de cuenta cabal de la triste realidad de nuestro país, me llamó la atención el comentario que leía yo en El Universal, el 9 de junio, del periodista Mario Maldonado, donde relata aspectos importantes sobre la comida que el presidente Andrés Manuel López Obrador ofreció a algunos de los más poderosos empresarios de México, a los multimillonarios de este país agrupados en el Consejo Mexicano de Negocios. En esta poderosa asociación están Carlos Slim, Germán Larrea, los Bailleres y la mayoría de las 15 familias más ricas del país. Transcribo las partes medulares de lo escrito por el periodista con base en sus fuentes de información.
De entrada, dice el periodista que, el convivio de tres horas con los hombres de las grandes empresas era con “el objeto de presentarles los sobresalientes logros de la administración lopezobradorista en la economía del país y que son los siguientes: Uno. El Crecimiento del producto Interno Bruto (el PIB) para 2023 -según se calcula- será cercano al 3 por ciento. Dos: la recuperación del empleo será a niveles mayores que antes de la pandemia. Tres. El enorme potencial por el nearshoring”. Es decir, presumir lo bien que, según él, está el país en materia económica, y mostrarles un entorno ideal para los negocios de altos vuelos, que es lo que buscan todos los empresarios que buscan que su capital les reditúe ganancias.
“Cualquiera de los magnates -destaca el periodista-, que asiste a estas reuniones sabe que todo lo expuesto en las presentaciones del Presidente es manipulable, es decir, se puede ver el vaso medio lleno o medio vacío, dependiendo con qué se compare. Así, la economía mexicana puede crecer 2.5 o 3 por ciento este año como pregona alegremente Obrador a los empresarios, pero nadie debe olvidar que nuestra economía trae un promedio cercano al 0 por ciento de crecimiento en los primeros cuatro años de este gobierno”.
En términos generales la economía de México no habrá crecido nada de nada al término de 2023, ni en el quinto y último año de AMLO, pues recordemos que la economía en México cayó hasta el -8.5 por ciento, y hablar de que crecerá 2.5 por ciento, apenas nos estaríamos ubicando en -5 por ciento; es decir, nada que presumir.
En cuanto al empleo, López Obrador dijo que se recuperó a niveles pre pandemia, pero, y aquí está otra vez el pero, se dejaron de crear medio millón de plazas que requiere México cada año, medio millón de plazas necesarias por la mano de obra nueva, de los jóvenes que necesitan un empleo para sobrevivir. En cinco años de gobierno, López Obrador debió de haber creado dos millones y medio de empleos nuevos para satisfacer la demanda de los jóvenes trabajadores, y no generó ni uno, otra vez, buscándole tres pies al gato.
La inversión privada para promover negocios y desarrollo, está en uno de sus niveles más bajos por los temores justificados de los hombres del dinero ante la falta de garantías y confianza para su inversión, otra vez recordemos el autoritarismo de este gobierno que canceló el aeropuerto de Texcoco y una gran productora de cerveza en el norte del país.
A pesar de todo, hace poco Carlos Slim, amigo muy cercano de López Obrador, declaró que a los empresarios les había ido muy bien con este gobierno ¡Claro, Obrador tiene un selecto grupo de amigos entre los mega millonarios empresarios de este país y extranjeros, a los cuales despacha con la cuchara grande con obras como el Tren Maya o la Refinería de Dos Bocas, en Tabasco, o los multimillonarios contratos de Pemex que permiten que el hijo mayor del presidente viva gratis con su esposa e hijos en residencias de lujo en Texas, Estados Unidos, propiedad de extranjeros beneficiados con los cuantiosos contratos de la paraestatal, a este grupo de empresarios, sí que le va bien.
Y por último el super peso mexicano que también presume AMLO, en sus mañaneras, se debe a que el país tiene su tasa de interés de préstamos a un nivel récord hacia arriba, el Banco de México la sitúa en 11.25 por ciento anual, lo cual trae momentáneamente por esta temporada a los capitales golondrinos llenos de dólares porque aquí ganan más de interés que en el país gringo, y al haber más y más dólares en México el valor del dólar va a la baja. Es como el precio del jitomate: cuando hay sobreproducción baja su precio y cuando escasea sube de precio (la ley de la oferta y la demanda) aquí no hay ninguna magia. En los productos que México vende al exterior y le pagan en dólares, pierde nuestra economía y en lo que compramos al exterior como las enormes cantidades del maíz de los Estados Unidos, en México a los acaparadores de este producto les abarata su compra.
El aumento de las remesas que envían nuestros hermanos migrantes en Estados Unidos, es otra flor que se adjudica el Presidente, siendo que el mérito es de los migrantes que mandan más dólares a sus parientes por el aumento drástico del precio de las mercancías. El llamado nearshoring, muy celebrado por el gobierno, consiste en que las industrias que hacen su producción en países del continente asiático, sobre todo, dejen esos lugares por los actuales problemas geopolíticos (la guerra en Ucrania, y el ataque en toda la línea de Estados Unidos a China pues esta lo está desplazando de los mercados mundiales) y estos problemas geopolíticos, se trasladan a México por nuestra inmediata vecindad con EE. UU. Sin embargo, el gobierno solo ha aprovechado el 17 por ciento de oportunidades derivadas de este fenómeno; dicho de otra manera, el régimen de la 4T es completamente incapaz, por ineficiente, ignorante y falto de visión, en otorgar las facilidades para aprovechar la oportunidad de atraer industrias a México.
Y termina el periodista con frases contundentes contra la 4T: “Tres horas de comida con el Presidente donde se habló de todo y de nada: inversiones que no se cumplen, promesas de que va a haber certidumbre y que México va a ganar las consultas (pleitos) de TEMEC, el Tratado Comercial con EU y Canadá”.
Al final, resulta evidente que los empresarios no le creen al presidente sobre el supuesto progreso de la economía nacional. Conclusión: la pobreza en México aumentó en estos cuatro años y medio recientes, y seguirá aumentando. La Doctora Araceli Damián, académica mexicana, investigadora en El Colegio de México y Consejera presidenta del Consejo de Evaluación de la Ciudad de México, conocedora en estudios sobre pobreza, desigualdad social y política social, afirma que, en diciembre de 2018 éramos en México 90 millones de pobres y en 2022 la cifra de pobres aumentó en diez millones más. Es decir, en el régimen de AMLO somos más los pobres y los pobres somos más pobres. Los programas sociales, sólo son una aspirina en el cuerpo enfermo de cáncer de México. Las famosas tarjetitas compravotos no son la solución para acabar con la pobreza que carcome a sus habitantes.
Si no queremos dejarnos seguir engañando por el presidente y la 4T, hay que dejar de votar por Morena y prepararnos como pueblo organizado y politizado para tomar el poder político en este país. Entre más pronto mejor, y así poder construir un México de verdadero progreso para la clase trabajadora.
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