De acuerdo con un reporte elaborado por la Organización Internacional del Trabajo (OIT) de la Naciones Unidas, el crecimiento en el mercado laboral a nivel mundial en este año sólo es de uno por ciento y no se prevé ninguna mejora importante para 2024, cuando el crecimiento del empleo subirá tan solo al 1.1 por ciento.
Las perspectivas del mercado de trabajo para 2023 varían considerablemente de una región a otra. Se estima que África y los estados árabes registrarán un crecimiento del empleo del orden del tres por ciento o más. En Asia y el Pacífico y en América Latina y el Caribe se prevé un crecimiento anual del uno por ciento.
En América del Norte no crecerá el empleo en 2023 y el desempleo repuntará. En Europa y Asia Central, las tasas de desempleo solo aumentarán ligeramente en un contexto de escaso crecimiento de la población en edad de trabaja. Se prevé que en 2023 el desempleo mundial aumente ligeramente, en unos tres millones de desempleados, hasta alcanzar la cifra de 208 millones”. (El Economista, 19 de enero de 2023).
Este dato no es nada nuevo, por eso vemos diariamente flujo de personas en nuestro país que emigran hacia el llamado sueño americano ante la falta de oportunidades en los países de origen y México no es la excepción; los migrantes están conscientes de que pueden sufrir accidentes o incluso morir en el transcurso de su travesía; las naciones involucradas han hecho poco en política para evitar que se dé este fenómeno, no hay una solución de fondo.
La Organización Internacional para las Migraciones (OIM) de las Naciones Unidas ha presentado su línea de trabajo 2023, abordando los impulsores adversos de la migración, factores como pobreza, violencia o desigualdad; facilitar formas de migración segura, ordenada, digna y regular; y acciones para fortalecer la buena gobernanza migratoria en México y apoyar al Gobierno del país en el cumplimiento de sus compromisos establecidos en los marcos nacionales, regionales y globales, sin embargo, las instituciones nacionales poco han hecho para que se cumpla los puntos anteriores, sólo basta recordar el hecho vergonzoso e inhumano que sucedió en Ciudad Juárez, en donde un incendio en un centro de detención del Instituto Nacional de Migración (INM), le quitó la vida a 39 migrantes, según los videos difundidos, bien se habría podido salvar a las personas, incluso hasta el mismo gobierno al pedirle explicaciones, se limita a decir que se había invertido en programas contra incendios en los centros de detención y quitar de su cargo a los encargados, y cerrar los centros, una respuesta pueril que no abona nada para salvar la imagen que tan manchada tiene nuestro país.
Sólo en 2022 fue el año con mayor número de detenciones a migrantes que transitaban por México con 444,439 arrestos, un 44 por ciento más que el año anterior; siendo en este orden los más detenidos: venezolanos, hondureños, guatemaltecos, cubanos y nicaragüenses. Existe deterioro de las condiciones socioeconómicas y políticas de los países de origen, no hay una intención de los países involucrados en el tránsito de los migrantes para resolver o al menos paliar la dolorosa e insegura circulación, ya que todos presentan situaciones de vulnerabilidad.
Todos esperan que la determinación la tome el país destino, Estados Unidos, ya que los cambios en las políticas de ese país han causado impactos significativos en la situación migratoria en México y en toda la región como el Título 42 que es una norma que permite expulsar a migrantes que llegan irregularmente y aunque el actual mandatario, Joe Biden, ha intentado derogar, los tribunales se lo han negado, quedando sólo en que las personas que soliciten asilo estadounidense desde sus países de origen podrán cruzar la frontera.
El programa “Quédate en México” no es nada seguro en nuestro país, en su tránsito los migrantes sufren no sólo de hambre sino de maltrato sobre todo por las autoridades, sin embargo esto no detendrá este flujo de personas, incluidas las mexicanas. Por lo tanto, el Gobierno mexicano debe tomar cartas en asunto primero en garantizar el empleo y su respectiva remuneración a los connacionales, y segundo garantizar el paso de los migrantes de centro y sudamérica de manera humanitaria sin tintes partidistas, de lo contrario el movimiento de personas al país vecino no sólo seguirá sino que aumentará con el paso del tiempo, ya que los gobiernos, incluidos el nuestro no tienen definida una política que al menos disminuya dicho flujo.
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