México se encuentra en una grave recesión económica, aunque el gobierno de la 4T no lo quiera ver de esa forma, hay una severa crisis que recienten los que menos tienen, los que han caído en pobreza y pobreza extrema, los que no tienen siquiera para adquirir lo esencial para mantener un nivel de vida digno.
Los propios órganos del Gobierno federal, entre ellos el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), y la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) confirman que la economía mexicana reciente una contracción severa, estiman una disminución total del -5.3 del Producto Interno Bruto en el 2020, y cuya proyección de enero a marzo del presente 2021 es ya de 2.9 por ciento, cifras que alarman.
Información del Inegi detalla que el Producto Interno Bruto de México lleva seis trimestres consecutivos a la baja, desde el cuarto trimestre de 2019 cuando se tuvo una contracción de 0.6 por ciento. El informe precisa que las actividades terciarias, relacionadas con el comercio, servicios y turismo, descendieron 3.6 por ciento, frente al primer trimestre de 2020. Por su parte, de enero a marzo de 2021, las actividades secundarias, que incluyen tareas de construcción, por ejemplo, cayeron 2.3 por ciento.
En ese sentido, no cabe duda que fue Quintana Roo uno de los estados turísticos con mayores repercusiones económicas, pues la paralización total de esa actividad generó la pérdida de miles de empleos y el cierre de micros y pequeñas empresas, fue y sigue siendo un “escenario catastrófico”, a pesar de que el gobernador Carlos Joaquín González, ofreció que se tomarían acciones para proteger a los quintanarroenses, pues en verdad poco pudo o quiso hacer.
Es más, el gobernador del estado acusó que en México, la potencia turística mundial por destinos como Cancún y la Riviera Maya, el sector fue excluido del plan de reactivación económica presentado por el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador.
El pasado 8 de abril del 2020, el mandatario estatal afirmó, en un comunicado, que “el desplome de la industria turística por la pandemia de covid-19 registra un efecto dominó en varias cadenas productivas y en la supervivencia de miles de familias y comunidades vulnerables que dependen del turismo”.
Para ello, agrega, es necesario el respaldo financiero y gubernamental para la recuperación del sector; planificación e implementación de medidas de recuperación e incentivos en coordinación con las organizaciones internacionales de desarrollo y donantes, e inclusión en los planes de los gobiernos para la activación económica”.
En ese comunicado, se retomó señalamientos expuestos por la London School of Economics, que afirma “el impacto de la pandemia en el turismo será devastador. La autoridad focalizada solo en el sector salud y en la atención del virus debe contar ahora con un grupo de especialistas que se encuentren desarrollando un programa de largo plazo en materia económica, pues los costos de esta crisis tomarán al menos de 2 a 5 años para alcanzar un mediano equilibrio y de corto plazo, un año”.
Sobre el reporte de pérdida de empleos, el mandatario estatal señala que Quintana Roo, donde la ocupación en los hoteles de Gran Turismo cayó al 0.3 por ciento, es el estado más impactado por la pérdida de empleos formales, con la pérdida de 63 mil 847 puestos de trabajo, cifra por encima de los 55 mil 591 que se perdieron en la Ciudad de México.
Alertan que el efecto dominó de esta pérdida de turismo por el cierre de fronteras empezó ya su efecto dominó en varias cadenas productivas. “Primero, todos los proveedores de la industria que en 80 por ciento son pequeñas y medianas empresas se han visto particularmente afectados y con ellos también miles de familia para las que el turismo es su medio de vida, incluidas las comunidades vulnerables que dependen de esta actividad como vehículo para impulsar su desarrollo y su inclusión económica”, señala el informe.
Ese fue el escenario “catastrófico” que planteó de manera alarmante la administración que encabeza el gobernador Carlos Joaquín González, se queja de la falta de apoyo del Gobierno federal y admite la alarmante pérdida de empleos y la efecto dominó en las cadenas productivas que se extendió a comercios de todos los niveles y que finalmente impactó severamente en la población.
Lo interesante sería conocer qué fue lo que hizo el gobierno de Joaquín González, ante ese escenario, ante el abandono del que acusó a López Obrador, ante los efectos de la covid-19 que generó un fuerte aumento del desempleo con efectos negativos en pobreza y desigualdad.
Joaquín González escupió para arriba y le cayó en la cara pues de lo que acusa es acusado: no hizo nada para ayudar a mantener la economía de la entidad, no activó planes emergentes de ayuda a las micro, pequeñas y medianas empresas que tuvieron que bajar sus cortinas y dejar en el desempleo a miles de ciudadanos, y el gobernador tampoco fue capaz de ayudar a esa gente que le pidió de mil maneras ayuda en despensas alimentarias.
Ante el escenario desalentador, ante la disminución del desplome del PIB, las autoridades de los tres órdenes de gobierno deben implementar ayudas fiscales, que los empresarios puedan acceder a recursos financieros flexibles, líneas de crédito a bajo costo, alivios del servicio de la deuda y eventuales condonaciones, porque hoy toda actividad comercial está colapsada y son vitales esos escenarios de apoyos.
Pero también es necesario que se vea más allá e impulsen programas de ayuda humanitaria a la población, a las familias humildes, a los más necesitados que recienten con mayor fiereza los embates de la crisis económica, de ese terrible estancamiento y retroceso en la economía de México.
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