El cuatrienio encabezado por Antonio Echeverría García ha llegado a su fin y durante los 45 meses que duró su gestión, los ciudadanos nayaritas calificaron su desempeño como mala y siempre con tendencia a la baja, ubicándose dentro del grupo de los gobernadores peor evaluados por su población.
El 17 de septiembre estará entregando la estafeta a una nueva administración y para muchos, entre más pronto mejor, sin embargo, desde mi punto de vista, es necesario analizar algunos hechos de la administración saliente que nos permitan ubicarnos dentro del ámbito político del Nayarit actual y no repetir el error de votar por estos políticos, o más bien, de estos empresarios avenidos a la política.
De acuerdo con la encuesta publicada el 6 de septiembre de 2021 por México Elige a mexicanos con acceso a Facebook en su página web https://mexicoelige.com lo
Pero veamos por qué se obtienen estos números: en el Indicador Trimestral de la Actividad Económica Estatal (ITAEE) que publica el Inegi en julio, el crecimiento económico de nuestro estado es de -5.7% en el 2do. Trimestre del año, cuando la meta del Plan Estatal de Desarrollo era crecer al 4.5% anual, sobre esto, es conveniente señalar que acumuló 8 Trimestres a la baja, colocándose en el antepenúltimo estado con ésa tendencia. Si bien es cierto que hablamos que esta tendencia comprende un largo periodo de la pandemia y que nuestro estado no es ajeno a la política económica que actualmente prevalece en el país con el Gobierno de la 4T, esto no significa que el gobierno estatal no deba poner en práctica su habilidad, su conocimiento de la economía, en fin, más pericia para resolver los grandes y pequeños problemas de Nayarit.
Durante los cuatro años que duró esta administración, no hubo obra pública en los pueblos y colonias, ni obras grandes, ni chicas; no hubo apoyo a la vivienda; al campo se le marginó prácticamente, a pesar de que es uno de los rubros que más ingreso le reporta a nuestro estado y que se vio muy afectado por la sequía, no contrató el seguro catastrófico dejando en el desamparo a los productores de mango, café y maíz; respecto a los servicios básicos como agua potable, drenaje, electricidad, etc., no hubo inversión.
El mismo sector empresarial, a través de su presidente Juan Topete manifestó en mayo pasado que, no se encontraban satisfechos con el desempeño del gobernador, pues “…el Estado no tuvo el crecimiento económico que se esperaba y anhelaba, prueba de ello es la aportación de tan sólo el 0.7% del PIB (Producto Interno Bruto), colocándonos en el penúltimo lugar a nivel nacional en este sentido, a pesar de todo el potencial que se tiene en el estado tanto en recursos naturales como humanos”; y le señaló su poco esfuerzo para centrarse en desarrollar una estrategia eficaz para crecer.
En cuanto a seguridad, aunque se habla de un estado seguro, lo cierto es que hay regiones abandonadas como la sierra de Ruíz y Del Nayar, pues los asaltos están a la orden día sin que aparezca la intervención del estado, más bien, pareciera que es con la complacencia o la indiferencia y menosprecio con que siempre han tratado a los indígenas que tanto provecho les sacan cuando así conviene a sus intereses económicos o políticos.
En cuanto a su desempeño político, qué podía esperarse de un representante de la clase empresarial, menosprecio a las organizaciones sociales, sindicatos y demás grupos políticos ajenos a sus intereses, acomodo a la situación política nacional a pesar del deterioro de las finanzas públicas; sin autoridad para exigir al gobierno federal que se etiquetaran recursos para obras, etc., por eso, no es de extrañarse la calificación que el pueblo de Nayarit le da a esta administración que ha transcurrido durante cuatro años sin pena ni gloria, o más pena que gloria.
Por nuestra parte, como integrante de una gran organización social como lo es el Movimiento Antorchista, no fuimos parte de estas encuestas, pero somos testigos del mal desempeño que tuvo el gobernador de Nayarit; sus funcionarios, nunca pudieron darle seguimiento y sobre todo solución a múltiples problemas planteados, los cuales tenían que ver con infraestructura para los pueblos y colonias de 15 municipios, sin embargo, Antorcha prevalece y seguirá en la misma postura de organizar y luchar por una vida más digna para todos los nayaritas. Queridos compañeros: ¡No olvidemos el trato y el desempeño de estos señores!
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