Entre los siglos VI y VII A.C., en la antigua Grecia se comenzó a instalar, dentro del sistema esclavista, una nueva forma de gobierno cuya base es la participación de la mayoría de los ciudadanos a la cual se le llamó "democracia” y según la Real Academia Española (RAE), proviene del griego Demokratía, y es un "sistema político en el cual la soberanía reside en el pueblo, que la ejerce directamente o por medio de representantes”. Partiendo de este concepto, el pueblo es directa o indirectamente responsable de los malos o buenos gobiernos, pues, es él quien asigna las riendas de las instituciones de gobierno a las personas que considera más capacitadas para resguardar y acrecentar sus intereses, y es también el pueblo quien resulta beneficiado o perjudicado de las buenas o malas decisiones de sus gobernantes.
En la historia de nuestro país existen muchos ejemplos de malas decisiones que hemos tomado desde que se llevaron a cabo las primeras elecciones federales ( agosto de 1824 siendo electo don Guadalupe Victoria), el descontento por los abusos de los gobiernos posteriores nos llevó a una guerra civil en 1910 donde el pueblo aportó cerca de 1 millón 400 mil muertos; en 1990 se creó el Fobaproa (por sus siglas) donde según algunos políticos cada mexicano debería pagar 109 mil 355 pesos; en 2018 llegó al poder el partido de Morena, con el licenciado Andrés Manuel López Obrador, a partir de su llegada se ha dedicado a quitar, reducir o suspender los programas destinados a palear las necesidades de los trabajadores, tales como Prospera, Seguro popular, Estancias infantiles, Apoyo a los niños con cáncer, Fondo para los desastres naturales, Fondo de cultura, Apoyo a deportistas de alto rendimiento; los peores programas para el combate a la covid-19 en todo el país, provocando la muerte de miles de mexicanos, y la lista sigue.
¿Quién puede y debe parar a este mal gobierno?, 30 millones de votos, ¡una tercera parte de los votantes!, llevaron al poder a Morena ¿y las otras 2 terceras partes? Mucha gente está cansada, fastidiada y ha perdido la confianza en los gobernantes y los partidos que los representan por lo que en tiempo de elecciones algunos no acuden a ejercer su derecho al voto seguros de quien gane actuará igual que el anterior, otros acuden a votar y lo hacen por el que consideran, según su instinto, el menos malo; pero muy pocos lo hacen de manera consciente, es decir, que el candidato, sea de cualquier partido, los haya convencido y se sientan representados en sus propuestas, esto se debe a que casi ningún candidato muestra a los electores sus verdaderas intenciones, sus verdaderos padrinos políticos, los que verdaderamente gobiernan aparecen mucho después y otros jamás se muestran, por eso ahora vemos a un Andrés Manuel que tanto criticó a los funcionarios corruptos defender a un Manuel Bartlett, vemos como les otorga nuestras rentas nacionales a gente multimillonaria como Salinas Pliego, ¿y qué pasó con su discurso de que primero los pobres? Nada, simplemente dijo lo que la gente quería escuchar y muchos lo creyeron porque aunque sus propuestas eran irracionales nunca se detuvieron a analizar o mínimamente preguntarse si esas propuestas eran realizables; se nos ha inculcado una apatía a la política que con tan solo escuchar ese nombre lo identificamos como corrupción, a este punto de hartazgo es precisamente donde la clase en el poder nos quería, ahora somos fácilmente manipulables, basta con decir la palabra mágica y voltear por quien a ellos convenga, pero eso no significa que es lo mejor para la inmensa mayoría que es la que trabaja por 2 o 1 salario mínimo o que no tiene trabajo.
¿Qué debemos hacer? Desprejuiciarnos de la política, estudiarla, involucrarnos en la política para entender todas sus formas de manifestación, todo su ramaje y poder en su momento tomar decisiones lo más objetivas posibles; es momento de unirnos para frenar ese tren que viaja en sentido contrario a los intereses del pueblo, llegó la hora de hacer una alianza inquebrantable de los campesinos con los obreros, estudiantes, amas de casa, médicos, profesores, etc., y poner por fin un gobernante que verdaderamente represente nuestros intereses y no los de los ricos; este año se nos presenta la primera oportunidad para seleccionar a quienes serán diputados, es decir, nuestros voceros en el Congreso de la Unión, si los elegimos bien estaremos listos para mostrar nuestra fuerza en el 2024. Ojalá lo logremos.
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