“Ya no nos alcanza ni para comer”, “A veces comemos solo una vez al día”, “Nuestra familia y nuestros niños apenas y mal comen”, declaraciones de este tipo son las que salen de la boca de millones de mexicanos que tienen que arreglárselas para medio comer y sobrevivir. Esto no es otra cosa sino una consecuencia más de la pobreza que azota a México. Para nadie es novedad que los precios de la canasta básica se han incrementado de manera estratosférica y es difícil su adquisición con los salarios tan bajos que adquieren los trabajadores mexicanos.
Son aproximadamente 16 horas las que el mexicano debe trabajar para adquirir los productos de la canasta básica, es decir, que son necesarios 2.5 salarios mínimos los que se necesitan para su adquisición. Según los datos dados a conocer por el medio de comunicación cadenaser.com son algunos productos en los que se ha visto más marcado este aumento como la leche que incrementó en 26 por ciento, los aceites y grasas en 24 por ciento, el huevo y los cereales en 22 por ciento y la carne de ave en 18 por ciento, por mencionar algunos.
Los salarios del pueblo mexicano no alcanzan para adquirir lo más mínimo, pues los productos de arriba son solo una parte, pues no se ha contemplado el pago de servicios como luz, agua, teléfono, renta, gasolina, lo que sumando todo, nos daría un aproximado de 21 mil pesos, cifra que el mexicano se encuentra lejos de alcanzar.
Este tipo de situaciones son de las que más afectan al pueblo trabajador, y que se encuentra también dentro de las promesas incumplidas por el presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador del partido Morena, pues una de sus banderas de campaña, además de la que ya conocemos de primero los pobres, fue la de garantizarle al pueblo la solvencia necesaria para una vida digna; para ello se ha escudado en la entrega de apoyos económicos o las tarjetitas, que poco o casi nada ayudan a resolver esta situación.
La tasa de desempleo es una cifra que el gobierno de la Cuarta Transformación ha presumido a los cuatro vientos por la aparente baja del porcentaje de población desocupada, pues según el datos dados a conocer por las mismas plataformas de gobierno se pasó de un 4.2 por ciento en 2021, a un 3.2 por ciento en 2021. Estas cifras son las oficiales, pero por otro lado y lo que el gobierno no da a conocer es que el empleo informal sumó a sus filas a millones de habitantes, pues pasó de 27.5 millones en 2020, a 31 millones de mexicanos en 2022, lo que significa el 56.2 por ciento de los mexicanos, ¡más de la mitad!, y que son, en su gran mayoría quienes perdieron su empleo y tuvieron que buscar la forma de sacar adelante a sus familias, pues una de las razones de que estos números incrementaran fue también el nulo apoyo que el Gobierno federal dio a las micro, pequeñas y medianas empresas, pues en 2020, de las 4.9 millones de Mipymes que existían en el territorio mexicano, solo sobrevivieron 3.85 millones, esto quiere decir que un millón 10 mil 857 (el 20.81 por ciento) tuvieron que cerrar sus puertas y evidentemente despedir a los mexicanos que laboraban en ellas.
Así que, en un país donde el incremento en los pecios de los productos de la canasta básica lastima los pocos ingresos de los trabajadores y un mismo país que disfraza el desempleo y se esconde detrás de todo el ambulantaje y empleo informal que no ofrece prestaciones básicas a los trabajadores como el seguro o un ingreso fijo, bien nos gustaría vivir en el México de fantasía que se pinta en los informes del Gobierno federal. Así las cosas.
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