El hombre más mentiroso de este país es el presidente de México: Andrés Manuel López Obrador. No es una valoración mía, sino de la organización SPIN-Taller de Comunicación Política, que afirma que López Obrador miente 85 veces en cada una de las conferencias mañaneras que todos los días se avienta desde el Palacio Nacional.
Imagínese usted: 85 mentiras todos los días. Eso quiere decir que a la semana dice 595 mentiras y al mes 2 mil 380… y así podríamos seguir la cuenta de varios meses y años. Pero el análisis de SPIN informa que, del 3 de diciembre de 2018 al 31 de marzo de 2021, el mandatario mexicano ha dicho 48 mil 906 “afirmaciones no verdaderas”.
Va de nuevo: Andrés Manuel López Obrador ha mentido 48 mil 906 veces durante el tiempo que ha sido presidente de México. Y solo estamos contando las mentiras dichas en sus conferencias mañaneras.
Pero aquí no acaba el asunto. AMLO es de los presidentes más mentirosos de todo el mundo. De acuerdo con The Washington Post, el expresidente de Estados Unidos, Donald Trump, mintió 23 mil veces de 2016 a 2020. Esto quiere decir que, en la mitad de tiempo, López Obrador dobló a Trump en el número de mentiras dichas.
Hay de mentiras a mentiras. Las mentiras de los hombres con gran poder político y económico pueden causar desastres entre la población. En México, esas mentiras han costado vidas humanas. Por ejemplo, cuando la covid-19 llegó al país, el presidente López Obrador nos dijo en una de sus conferencias mañaneras de finales de febrero de 2020 que no era, según la información que él tenía, algo terrible, fatal y que la covid ni siquiera era equivalente a la influenza. Eso nos dijo AMLO a los mexicanos. Esa falsedad, evaluada un año después, tiene que llevar una cifra terrible: 211 mil muertos por covid en el país y los que nos faltan. Los especialistas y científicos afirman que las muertes por covid en México rondan los 450 mil. AMLO nos mintió y ahora el país llora por cientos de miles de muertos.
México tiene muchos problemas y algunos de ellos son bastante graves. La buena lógica nos enseña que para poder atacar desde su raíz un problema y poderlo corregir de manera eficaz, es necesario que se le analice correctamente, lo que implica: primero, reconocer que el problema existe; segundo, revisar a fondo cada una de sus raíces; tercero, curar las raíces afectadas o cortar las que ya no sirvan, y cuarto, lograr que con trabajo y tiempo la flor vuelva a nacer y vuelva a ser bella.
Pero ¿qué pasa cuando se es un mentiroso enfermizo? La dificultad reside en que mentir implica no hacer una evaluación correcta del problema, es decir, negar que el problema existe y, debido a ese grave error, entonces no se le puede poner una solución.
Eso es lo que le pasa a Morena desde la presidencia. Su inmadurez política, su ignorancia detestable y su cortedad de miras, les impiden analizar la gravedad de los problemas y ponerles soluciones serias. Y así no va con la covid, con la inseguridad, con la crisis económica y con muchos otros temas que han sumido a México en una grave crisis social. Las mentiras de Morena nos están matando. Y no exagero. Ésa es la verdad.
Por eso, invito a los poblanos a que el 6 de junio no voten por un partido de mentirosos y charlatanes, como Morena. No un voto a los chairos que están a punto de aventarnos a un precipicio.
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