MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

El infortunio en tres naciones

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A mediados de abril, el director de la Organización Mundial de la salud (OMS) Tedros Adhanom Ghebreyesus alertó que el nuevo coronavirus SARS-CoV-2 es para la humanidad, 10 veces más letal que el virus AH1N1 aparecido en México en el 2009 y que dejó oficialmente alrededor de 18,500 decesos.Este pronóstico ha quedado corto y ha sido rebasado en mucho, pues a seis meses de haberse reportado el primer caso en Wuhan China, se nos informa que en el mundo hay más de seis millones de contagios y más de 300 mil fallecidos.Los médicos y el personal de apoyo de cada país, hacen grandes esfuerzos para detener la ola de víctimas mortales que crece día con día.Este empeño contrasta con la actitud adoptada por algunos gobernantes de nuestro continente cuyas decisiones para combatir la pandemia y proteger a la población se ven rebasadas por la letalidad del virus, lo que pone al descubierto su alto grado de ignorancia y su menosprecio a la vida de los ciudadanos que en algún momento confiaron en ellos otorgándoles el poder con el cual gobiernan.

El presidente de Estados Unidos Donald Trump fue uno de los que subestimó la pandemia, haciendo gala de su arrogancia declaró en febrero que el coronavirus SARS-CoV-2 desaparecería en abril "milagrosamente" debido al calentamiento del clima y acusó a sus adversarios políticos agrupados en el partido demócrata de querer crear una atmósfera de pánico en la sociedad norteamericana para apuntalar sus intereses electorales, sin embargo, los daños que ha ocasionado el coronavirus SARS-CoV-2 en la Unión Americana son enormes y buscando ocultar su irresponsabilidad culpa a China y a la OMS de estar provocando una matanza mundial.Con 1,851,520 estadounidenses contagiados y con 107,175 muertes ponen a Estados Unidos, como el país más golpeado por el coronavirus SARS-CoV-2.Estas cifras colosales son el reflejo de la soberbia con que el presidente Donald Trump ha tratado esta desgracia humana, haciendo que los ciudadanos norteamericanos paguen un alto costo por ello.Jair Bolsonaro, presidente de Brasil es otro gobernante que restó importancia al grave peligro que representa el coronavirus SARS-CoV-2, lo calificó como un "resfriado o una pequeña gripa" y acusó a los críticos de su postura de querer sembrar histeria entre la población.Ni los 550,000 brasileños contagiados, ni las 30,000 muertes, han hecho variar su actitud ante la pandemia y abusando de su investidura ha obligado a renunciar a dos ministros de salud que buscaban un plan serio que contuviera el crecimiento de los daños del virus.

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Y en México las cosas van de mal en peor, el presidente López Obrador también como Trump y Bolsonaro, minimizó los efectos que el SARS-CoV-2 traería a los mexicanos y llamó a la población a practicar abrazos, besos, saludos y a andar relajados y sin cuidados, después, cuando la realidad le mostró el sombrío panorama que se avecinaba, dijo que su gobierno estaba preparado para combatir la pandemia y que no nos pasaría nada, nuevamente la realidad lo ha puesto en su lugar, pues la cifra de contagios ya supera los 100,000 y las victimas mortales rebasan las 11,000.El daño no para ahí, a su menosprecio e irresponsabilidad se le suma la mentira, pues constantemente declara que ya domó la pandemia, que está en vez de dañar va a beneficiar a los mexicanos, se le ha comprobado también, que su gabinete de salud miente a la nación usando cifras que no coinciden con la realidad, todo esto con el fin de ocultar la verdadera tragedia que le está costando muchas vidas al pueblo mexicano.La amenaza de que la situación se complique aumenta, pues ahora, en el momento en que se eleva considerablemente el número de contagios y muertes, el presidente ha llamado a la población a entrar a una "nueva normalidad" que provoca confusión entre los ciudadanos que abandonan el confinamiento sin los cuidados que podrían protegerlos del contagio.

El mal desempeño de estos personajes al frente de los gobiernos, está provocando miles de muertes en estos tres grandes países de América, seguramente que muchas pudieron evitarse y seguirían evitándose si realmente se preocuparan por cumplir con sus deberes y compromisos y si privilegiaran sobre los intereses económicos de los dueños de los capitales de cada país, los intereses del pueblo trabajador.Cierto es que la inmovilidad de la población y la paralización de la producción está afectando a las economías de todas las naciones y los gobernantes con el discurso de reactivarla se ven obligados a sacar a los trabajadores del confinamiento para echar a andar los diversos sectores de la producción, desdeñando las consecuencias de esta acción.Seguramente los pueblos de estos estados, en no mucho tiempo, tendrán que ajustar cuentas con estos misioneros de la muerte.

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