MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

El incremento al gas LP, un duro golpe a los hogares humildes

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En los 19 meses que llevamos de pandemia, no solo se ha dado un incremento de precios en los productos alimenticios de la canasta básica, sino en otros productos y servicios que son de primera necesidad para los hogares mexicanos, uno de ellos es el alza del costo del gas LP, mezcla inflamable de gases de hidrocarburos utilizados como combustible. Actualmente el 76% de los hogares lo usan como principal combustible para la cocción de alimentos, calefacción y calentamiento del agua. En este año, el gas LP se ha encarecido en un 20% y sigue en aumento. Esto se dio a partir del 1 de enero del 2017, cuando se liberaron los precios del gas LP; ahora se fija, por las condiciones del mercado, de la oferta y la demanda del combustible, el aumento en el precio de este combustible se debe en gran medida al comportamiento de los precios del mercado internacional. Por eso, la Comisión Reguladora de Energía (CRE), se vio obligada a fijar precios máximos cada siete días, los sábados, durante los próximos 6 meses se publicarán los costos  máximos para comercializar en las 145 regiones del país, el fin es regular el costo del energético para los consumidores finales, estos costos deben permitir que comercializadores y distribuidores recuperen sus ganancias a corto y mediano plazo. De acuerdo con especialistas, la fijación de precios máximos beneficiará a la población a corto plazo, pero puede no incentivar mayores inversiones en un mercado que presenta falta de competencia, factor que explicaría parte del alza en el energético. Lo que se puede confirmar es otra gran mentira del gobierno federal, que bajarían los precios de los combustibles y hasta ahora ha sucedido todo lo contrario, un encarecimiento del 15% de gas LP del mes de agosto al mes de octubre del presente año. Otra medalla más a la cuarta transformación. 

Haremos un comparativo de costos entre agosto y octubre, por la Comisión Reguladora de Energía, organismo encargado de establecer los precios del producto que se ofrecen al público. El precio mínimo  del kilo de gas LP, el 15 de agosto del 2021 a nivel nacional, fue de $18.12 en el estado de Campeche, y el máximo $27.69 en Baja California; en la misma fecha, el precio mínimo del litro fue de $9.79 en Campeche, y el precio máximo de la misma unidad fue de $15.57 en la Ciudad de México, al realizar una comparación de los precios con fecha 23 de octubre, los precios han incrementado; significativamente, el precio mínimo de kilo de gas fue de $22.97 en el estado de Baja California y el precio máximo de la misma unidad de medida fue de $30.16 en Sonora, en esta misma fecha el precio mínimo de litro de gas LP fue de $12.40 en Baja California, y precio máximo de la misma unidad, fue de 16.29 en Sonora. Esta comparación de costo de precios es en un lapso de 10 semanas donde se demuestra el incremento de los costos de este producto básico de primera necesidad en los hogares mexicanos, los precios varían en las 145 regiones en que la Secretaría de Economía divide al país. En este comparativo de precios por kilo y litro a nivel nacional en 10 semanas, nos podemos dar cuenta el incremento de precio del kilo de gas, el 10 de agosto, paso en su precio mínimo de $18.12, al 17 de octubre subió a $22.97, un incremento de 22.5%.  En el comparativo de precios máximo al igual hay un incremento del 8.3%, pasó de $27.69 en agosto a $30.16 en Sonora. El incremento por litro en este mismo periodo es muy significativo, el precio mínimo el 10 de agosto era de $9.79 y el 17 de octubre llegó a $12.40 un incremento del 21%, en su precio máximo paso de $15.57 a $16.29 un incremento de 4.5%. 

Con estos datos oficiales se demuestra el incremento del precio y la afectación en los bolsillos de las familias humildes. Y lo mismo está pasando, con el precio del Gas Bienestar, aumento entre un 16% y 21% en casi dos meses de empezar operaciones, la empresa paraestatal actualmente vende a $465 pesos el tanque de 20 kilos de gas LP cuando inicio lo ofrecía en 400 pesos, y el de 30 kilos se vendía en $600 y ahora en $711. Otra ocurrencia del gobierno federal que en nada o muy poco ayudará a las familias.

Mientras la riqueza de los multimillonarios en los países de primer mundo como en EE. UU. aumentó un 70 %, en contraparte se ha dado un incremento de los precios de los productos básicos en los últimos meses a nivel mundial, incluyendo el gas LP. Esta tendencia al alza va en contra de los bajos salarios, tanto en los empleos formales e informales, que ya este segundo tipo de empleo suma al 51% de todos los trabajadores en México. Estamos entrando a una etapa laboral en México muy peligrosa, que más del 50% de la población económicamente activa trabaje en el ambulantaje, sin seguridad social, con jornadas laborales discontinuas en los tianguis, plazuelas, cruceros, casetas, playas, afuera de los mercados, en los sobre ruedas, con salarios bajísimos que apenas alcanzan para medio ir comiendo, al igual a todos los 15  millones de desempleados que provocó la pandemia, más el sector de desempleados que ya había antes de la contingencia. Todos estos sectores laborales en que podemos clasificar a los trabajadores vulnerables son los más lastimados cuando hay un incremento de precios. Los salarios en México son de hambre y no hay un incremento real, los incrementos aparentes son una farsa.

Los mexicanos no podemos seguir permitiendo al gobierno federal de la 4T, ocurrencias entre ensayos, errores y horrores de políticas económicas públicas, necesitamos diseñar un modelo económico integral donde se involucre al sector público y privado en todas las ramas de la productividad, empezando por el fortalecimiento económico del mercado interno en la producción y consumo, ofrecer al trabajador mexicano productos de calidad a bajo costo que pueda adquirir con salarios bien remunerados que le alcancen para adquirir todo los productos que necesitan las familias para vivir dignamente. Por eso hago un llamado a todos los mexicanos que analicemos los fenómenos sociales y económicos con objetividad todos los días, que vigilemos el trabajo permanente de los tres niveles de gobierno, para que cuando se llegue el momento de elegir nuevos gobernantes, podamos hacerlo anteponiendo el criterio político y la razón. Lo necesitamos.   

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