MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

El Estado abandona a los humildes

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En memoria del compañero Loreto Gastélum Rodríguez (Quetchehueca, Valle del Yaqui, Sonora, 8 de septiembre de 1943 Hermosillo, 11 de junio de 2020), activista antorchista, uno de esos hombres que, movido por el ideal de unión, fraternidad y lucha, dedicó su humilde existencia a realizarlo entre los olvidados de Sonora.

Dos acontecimientos recientes en Sonora no deben pasar desapercibidos para los trabajadores y sus familias por las consecuencias que conllevan y porque configuran la actitud de los gobernantes respecto a la suerte que nos espera como pueblo.

Para entrar en materia, es preciso recordar algunas de las características del Estado, de esa estructura que la sociedad ha creado a lo largo de siglos —de acuerdo a la tradicional forma en que el propio Estado se ha presentado a sí mismo, desde las aulas escolares hasta nuestra vida adulta—; se trata, nos dice su teoría clásica (Francisco Porrúa Pérez y otros de su tipo), de una institución para garantizar la convivencia social, necesaria, que responde a las exigencia propias de la naturaleza humana, y por lo mismo, éticamente justificada.Es un poder supremo constituido con el consentimiento del pueblo para libertarse de los atentados contra sus libertades y derechos, es el salvaguarda de las libertades individuales, producto de un pacto social al que todos se someten, regulados por el orden jurídico.El objetivo de este orden estatal es el perfeccionamiento individual, dice esta teoría, en vista del fin superior de la persona humana que es la vida trascendente, cada vez más elevada espiritualmente.Idealizado así, los teóricos presentan al Estado como la suma de todas las virtudes humanas y, por tanto, como el ejemplo moral incuestionable en su esencia misma.

Los mexicanos que ganaron la Revolución de 1910-1917 decidieron crear un aparato estatal diferente al porfirista, mediante un gran contrato social firmado por nuestros diputados fundadores, en el que le asignaron al Estado, entre otras, las tareas de velar y cuidar por nuestra seguridad social en todos los sentidos, de garantizar el desarrollo social y el bienestar de las familias mexicanas, de hacer alcanzables metas de salud, educación, alimentación, infraestructura urbana, empleo digno, entre otras demandas que históricamente ha planteado el pueblo mexicano y cuya solución conduciría a dicho perfeccionamiento humano, haciendo realidad, pues, los postulados de la famosa Teoría del Estado.Se desprende lógicamente que negar al Estado estas funciones o abandonarlas significa ir contra los ideales de sus desarrolladores durante siglos; declararse incapaz de cumplirlas, o incumplirlas en los hechos, abiertamente o a escondidas, implica traicionar la voluntad popular que aceptó el pacto; o quitarle sus características fundamentales al Estado, con engaños, trampas legislativas y decretos ejecutivos, para dejarlo prácticamente como administrador general de la riqueza privada y sólo cumpliendo funciones de policía y de ejército, significa despojarlo del elevado sentido social que su teoría nos quiso meter en la cabeza.

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Y eso es lo que está pasando, por ejemplo, en Nogales, Sonora.Lo ilustra la nota aparecida en el portal eldiariodesonora.com.mx, el pasado 10 de junio titulada "Cancelan servicio médico a empleados del ayuntamiento", en la que Nelly Félix Espinoza de los Monteros, presidenta del Frente Responsable Operativo (Froac) denuncia que la cancelación del servicio médico "Red Benefit", empresa privada contratada por el ayuntamiento para brindar los servicios médicos a sus empleados, ha ocasionado problemas a todos los trabajadores del ayuntamiento, principalmente a los elementos de la policía ante la negativa de atención especializada particularmente por Covid-19.Esta situación coloca a los servidores públicos en estado de indefensión, sostuvo la denunciante, y la respuesta de las autoridades y de la empresa privada es nula.No hay quien dé la cara, simplemente les cierran las puertas de los hospitales que, supuestamente, eran la garantía de la salud de los empleados; además, los funcionarios del gobierno morenista municipal, que prometía ser diferente al PRI y al PAN, no atienden.Como ejemplo de la situación, queda una descripción desoladora: Espinoza de los Monteros atestiguó "la negación del servicio en el Hospital del Socorro a uno de los elementos de la policía, a quien solo le tomaron la temperatura en la banqueta".Es claro que no hay la intención del gobierno municipal de gastar en pruebas de covid-19 para sus empleados, es mucho dinero.La Teoría del Estado burguesa queda así pisoteada en Nogales.A la hora de la verdad, del gasto en la salud del pueblo, el Estado y sus personeros dejan olvidados en la banqueta los ideales de perfeccionamiento humano.Y nadie que no sean los propios trabajadores elevan la voz de protesta.Salvo uno que otro reportero valiente, ninguna autoridad ni municipal ni partidaria ni estatal, ni mucho menos federal, critica al gobierno de Nogales, nadie expresa alguna censura, por pequeña que sea, nada, hay un mutismo oficial generalizado y, consecuentemente, una complicidad implícita.¡Y eso que se acaba de crear un nuevo pacto social en Sonora, para el que referirse a este caso parece demasiada poca cosa!

El otro caso fue la clara aceptación de la presidenta municipal de Hermosillo, la morenista Célida López Cárdenas, de que el municipio y el Estado (Gobierno de Sonora) son incapaces de mantener o apoyar económicamente a quienes se han quedado sin trabajo en esta crisis, que es la mayoría de la población; el mensaje va dirigido aparentemente a los vendedores ambulantes y semifijos en la vía pública, pero el destinatario real es el pueblo llano desempleado que, por hambre, tendrá que lanzarse a las calles a buscar lo que pueda; por tanto, contra lo que literalmente cantaba hace un mes, la alcaldesa ofrece ahora que no multará ni enfrentará a la policía contra ciudadanos y —como consecuencia necesaria de toda esta "tolerancia humanitaria", de esta genial capacidad de portarse "realista y razonable", "comprensivos" con la gente que ya ha puesto "demasiado de su parte"—, sin pudor alguno traslada a los humildes, a los más pobres de Hermosillo, la tarea de la protección contra la covid-19, y espera que a partir de una mera declaración suya la realidad se adapte a sus deseos, que la realidad que señala el fracaso de su teoría del Estado desaparezca y que el riesgo del contagio se cuente como un tache para la "inconsciente población que no hizo caso de protegerse bien", pero no para el Estado que López Cárdenas personifica a nivel local.El Estado renuncia otra vez a su teoría, abdica de los ideales que predicó durante décadas a generaciones de ciudadanos, a quienes ahora ve insensible padecer hambre o morir ancianos de covid-19 y a quienes arroja la responsabilidad de su cuidado.Ni responsabilidad social, ni capacidad de ahorro, ni previsión, ni programas contra el hambre, ni programas económicos de largo alcance, ni estructura ni infraestructura, ni nada: que cada quien se rasque con sus uñas o sálvese el que pueda no sólo respecto al covid-19, sino —como en Nogales—, respecto también a cualquier enfermedad: la indefensión generalizada, justificada a la Pilatos que padece la miseria de sí mismo y no se da cuenta.Un desentendimiento total que, inteligentemente, será encubierto con algunas medidas de mejoralito mediático.A los cientos de miles de trabajadores que son quienes verdaderamente han creado la admirable riqueza de Hermosillo y que de la noche a la mañana se quedaron sin empleo, se les niegan despensas para sobrellevar la crisis, despensas que representan una parte mínima de toda esa riqueza existente en la ciudad, concentrada en pocas manos, con el argumento de que el Estado no está para "mantenerlos": la alternativa que les da dicho Estado, concretado en ambos municipios sonorenses es… la calle, que sobrevivan como puedan, allí les tomará la temperatura, sobre la banqueta y de allí los levantará el forense.

Ante esta realidad y abandono, los humildes de Sonora necesitan construirse su propia alternativa: se trata de un proceso doble: por un lado, unirse, organizarse entre sí como gente de escasos recursos, como clase social sin riqueza para luchar por sus propios intereses, cosa por demás justa y necesaria a que los convoca Antorcha y, por otro lado, formar un frente común urgente con otras clases y sectores progresistas de la población para quitar democráticamente del poder a la 4T, que en poco tiempo ha demostrado su incapacidad absoluta para gobernar y detener el proceso de pudrición del Estado Mexicano, ha demostrado su irresponsabilidad para prevenir y hacer menos dolorosa la arremetida del coronavirus SARS-CoV-2; 4T que miente con una facilidad que pasma.Ese proceso doble es nada sencillo pero, como siempre, ha sido el pueblo más bajo el que ha logrado los cambios más profundos en las sociedades del mundo: una vez más, queda la lección de que el pueblo debe asumir su propia liberación: volvemos a tender la mano a quienes deseen caminar juntos en la tarea de asegurar a México un camino que no arriesgue su convivencia pacífica y legal.

Invito a quien haya llegado hasta estas últimas líneas, a conocer más a fondo los planteamientos de Antorcha y las propuestas concretas que tenemos para cambiar al país.Encuéntrenos en www.movimientoantorchista.org.mx y, con la lectura de los artículos de nuestros dirigentes, le garantizo unas buenas sacudidas al polvo añejo y a las telarañas que no nos deja ver con claridad.Ojalá.

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