La edil de 25 años encarna los objetivos sociales de un movimiento social que no está dispuesto a permitir los recortes contra los municipios
De aspecto jovial, fresca en edad, cabellos negros y una mirada firme que expresa su convicción, Sara álvarez Rivera, alcaldesa de Armadillo de los Infante, en San Luis Potosí, hoy no despacha en su palacio municipal.Tras horas de cansancio a cuestas y con un numeroso grupo de vecinos, se encuentra en la Ciudad de México fuera del Recinto legislativo de San Lázaro donde da la batalla al lado del antorchismo para que los recortes no se apliquen a rajatabla contra los municipios de todo el país, asegura que el presupuesto 2020 enviado por la administración del presidente, Andrés Manuel López Obrador, agudizará la pobreza no solo en la entidad potosina.
En desacuerdo por las acciones en contra de la gente humilde, la alcaldesa más joven de México que protesta en San Lázaro manifiesta su inconformidad acudiendo al plantón del Movimiento Antorchista para exigir al gobierno de la 4T la no aprobación del Presupuesto de Egresos de la Federación 2020, en el que se prevén cero recursos en obras y servicios al pueblo pobre, y, en este caso, también a los cuatro mil ciudadanos de Armadillo de los Infante, población donde el recurso es muy limitado y al cual, de concretarse los recortes, se sumirá por otro año consecutivo en el abandono y a la falta de obras y servicios públicos.
Bailarina del Ballet Folclórico de Antorcha Campesina desde la adolescencia, aplaude que los jóvenes, sobre todo las mujeres, sean tomados más en cuenta, por lo que reconoció el papel que estos desempeñan en la lucha social.
Entre los campamentos se le observa ir y venir de un lado a otro.Aquí hay que preparar los alimentos, allá, formar un contingente; más tarde, se requiere organizar un mitin, pero dada la hora de la comida, los alimentos ya deben estar preparados.La laboriosidad y el entusiasmo no deben faltarle a la joven que también debe atender a los medios de comunicación.
Entre el tumulto de almas que transitaban de una puerta a otra, al preguntarle sobre el cargo importante que hoy desempeña, ella, de inmediato y sin titubear, responde: "El cargo público no nos hace gobernantes.Mi experiencia como presidenta y como antorchista, sobre todo, es que me formé como activista, primeramente.Antes de ser presidenta municipal me formé en las filas de la organización y, por lo tanto, a la gente le debo todo el respaldo, así que veo la necesidad de cumplir con todas las demandas del municipio".
Desilusionada, pero al mismo tiempo con un tono que denota la rabia popular, misma que se impuso a las afueras de San Lázaro, reconoció que gran parte de los jóvenes de su edad e incluso de 18, votaron por Andrés Manuel López Obrador pensando que él era la mejor opción para el país, que representaba un cambio radical con respecto a otras fuerzas políticas."El presidente de la República nos ha quedado muy mal… hoy el lema se le ha olvidado, por eso venimos y nos manifestamos porque necesitamos el presupuesto para combatir la pobreza en nuestras localidades" indica.Destacó el error de todos aquellos que votaron por él, un error que debe reconocerse como tal y mirar hacia adelante."Hoy más que nunca hago un llamado a toda la población a que nos sumemos y unamos al Movimiento Antorchista porque aquí peleamos las garantías, los derechos al bienestar, la organización y el ejercicio de la protesta… para solucionar los problemas de la gente".
A unas horas de que venza el plazo para que sea aprobado el Presupuesto de la Federación, álvarez Rivera, como representante de aquel sector potosino, se encuentra en espera de una mesa de diálogo dentro de las instalaciones de la Cámara de Diputados, pues a pesar de que ya recibieron a los alcaldes emanados del PAN, a los alcaldes antorchistas, incluida ella, han sido atendidos.Resalta que la mesa de diálogo con ellos es importante, ya que podrían exponer que las necesidades son reales, que en sus municipios avanza la pobreza y solo el frente antorchista se atrinchera y da la pelea para imponer verdaderamente la exigencia de que, si primero son los pobres, sus obras y sus necesidades, deben reflejarse en el presupuesto.La cantera antorchista de los nuevos gobernantes tienen prisa por avanzar y hoy hace gala de determinación, al lado de miles de voces que se imponen en coro: No a un presupuesto que aumenta la pobreza.
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