Tal vez algún despistado diga que lo dicho en esta colaboración, solo sean generalidades, que el único fin que tienen es desprestigiar el flamante e impecable trabajo en la administración pública de la 4T; pero no es así.
Vivo en la región que comprende el Distrito XVIII, lo integran 22 municipios ubicados en plena Sierra Madre Occidental y la costa sur de Jalisco, por sus condiciones geográficas, existe un rezago que se manifiesta en todos los ámbitos de la vida diaria. Donde la gente no cuestiona y se ha resignado a aceptar las deplorables condiciones en que los integrantes de la familia viven. Aquí los servicios de salud, solo se leen en los inmuebles destinados a este fin; no hay personal médico suficiente ni medicamentos, si hay necesidad de utilizar estos servicios por alguna emergencia, solo será posible si se cuenta con los medios suficientes para trasladar al paciente a la cabecera de distrito o a alguna de las ciudades cercanas del vecino estado de Colima. Servicios básicos como el agua potable, drenaje sanitario, transporte público, alumbrado, servicio de limpia, la seguridad. No se tiene en cantidad y calidad aceptable.
La infraestructura pública en esta región es también un indicador insobornable de la realidad que aquí se vive. Aunque los datos corresponden solo a un municipio, el resto comparte las mismas características propias de la marginación.
Al rezago que siempre ha padecido esta región, hay que agregar la falta de interés de quienes determinan cómo se invertirán los recursos públicos. A partir del año 2019, no se construye obra relevante que ayude a superar el atraso que aquí se registra.
Esta situación se presenta en concreto en la micro región de la sierra de Manantlán, área comprendida en el municipio de Cuautitlán de García Barragán y limitando con los municipios de Casimiro Castillo, Autlán de Navarro, Tuxcacuesco, Tolimán y, Minatitlán y Manzanillo; municipios de vecino estado de Colima.
Las condiciones de esta región muestran claramente los pésimos resultados que ha acumulado la actual administración federal en los cuatro años y tres meses que lleva. Esta situación es consecuencia directa de las insultantes cantidades que se asignan año con año, desde el Presupuesto de Egresos de la Federación (PEF), a las obras y programas prioritarios del presidente: el tren maya, el aeropuerto internacional “Felipe Ángeles”, la refinería Dos Bocas y el incremento nominal a las ayudas monetarias directas, que ya se daban en sexenios anteriores.
Aquí se ve el costo y las consecuencias de esta política neoliberal que mantiene a esta zona en el atraso total. El municipio de referencia ocupa el cuarto lugar en marginación de 125 que hay en el estado.
En el año 2011 con vecinos de esta región, organizados y conscientes de sus situación, iniciamos una serie de gestiones que tenían como finalidad llamar la atención a los responsables de asignar recursos federales para la construcción de obras públicas, para que consideraran nuestras necesidades en infraestructura carretera. Resultado de esta gestión; se iniciaron y concluyeron años después el mejoramiento de dos caminos: El que va de San Pedro Toxín, Tolimán, Jalisco a La Loma, Minatitlán, Colima, y el de Chacala, Cuautitlán de García Barragán, Jalisco a Cedros, Manzanillo, Colima.
En los años 2015 y 2016 se iniciaron las pavimentaciones de otros tres caminos, que para los cuautitlenses son las principales vías de comunicación: Paso Real-Ayotitlán-Telcruz-La Loma, Crucero de La Nance-Charco Azul-Piedra Pesada-La Resolana y Crucero del Chico-Rancho Viejo-Las Marías. Estas obras carreteras no se concluyeron, llevan más de cuatro años ahí abandonadas y la dependencia federal encargada de su construcción, la Secretaría de Infraestructura, Comunicaciones y Transportes (SICT) (antes SCT), ninguna información da a los beneficiarios. El abandono y desinterés de la 4T para sacar a esta región del atraso en que se encuentra es total.
A lo anterior hay que agregar que la escasez de medicamentos en la región ya es común, el apoyo al campo nunca ha sido suficiente, además de que en los últimos 4 años se ha reducido drásticamente y un número considerable de familias en varios municipios empezaran a sufrir las consecuencias de la sequía que se registró el pasado ciclo agrícola. El apoyo para la construcción de vivienda también desapareció; afectados de los fenómenos naturales como las tormentas atípicas y temblores, siguen esperando respuesta del apoyo solicitado.
El apoyo monetario directo que se entrega a un reducido grupo de mexicanos, aunque se duplique ya en este momento (que además se lo merecen, porque ya trabajaron, pagaron sus impuestos y siguen vivos), en nada ayuda a mejorar esta situación. El gobierno de AMLO sabe perfectamente la magnitud del beneficio político que le da el exagerar las virtudes de sus ayudas monetarias directas y por eso tanta propaganda mediática para convencer incautos, pero nuestra realidad es esta; es muy lamentable y se agudizará más.
El proyecto de desarrollo para la Sierra de Manantlán iniciado hace más de diez años esta detenido. Sería significativo su avance hoy en día. Nos propusimos mejorar sustancialmente la comunicación y la movilidad de las comunidades asentadas en esta zona serrana, con los principales centros proveedores de bienes de consumo y servicios que la gente necesita para vivir dignamente, como lo son las cabeceras municipales, la ciudad de Colima y el puerto de Manzanillo.
El proyecto iniciado hace una década no es una ocurrencia ni tiene carácter electorero; es la solución efectiva al rezago que se registra en las comunidades rurales del municipio de Cuautitlán de García Barragán. Que esto es así, lo demuestra un solo hecho: ahora es posible que cientos de jornaleros agrícolas, provenientes de casi la totalidad de las comunidades de esta región, a diario se trasladen a los campos agrícolas de Tuxcacuesco, San Gabriel, Tonaya y Tolimán, gracias a que se terminó el mejoramiento de una de las obras carreteras propuestas con la técnica de piedra ahogada en cemento; antes esto simplemente no era posible. Se necesita que se concluyan las que están pendientes y que son igual de importantes. Mientras estas obras no se concluyan nuestra micro región seguirá en estado de marginación, se seguirá deteriorando el bienestar de nuestras familias y, eso sí, es gracias a la ineptitud de la 4T. Eso nosotros lo tenemos presente y muy claro.
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