De manera natural se dice que los hijos son los que deben enterrar a los padres, sin embargo, en estas épocas sucede lo contrario en el país, la inseguridad crece de manera alarmante, aunque el presidente de la República diga lo contrario, apoyado con datos que también señala su corcholata favorita, la cual presume a lo largo del país los bajos índices de inseguridad en la ciudad de México.
Recientemente se celebró el día de la madre y hubo una marcha de las llamadas madres buscadoras, que son aquellas que realizan la búsqueda de sus hijos (as), trabajo que por cierto tendrían que realizar las autoridades, que fueron privados de su libertad y luego de su vida por grupos delincuenciales sin explicación alguna. La búsqueda es prácticamente para recuperar los cuerpos porque es mínima la esperanza de encontrarlos con vida. Ellas no festejan, más bien conmemoran y alzan la voz para dar a conocer su pena y exigir justicia.
Madres de las y los desaparecidos en México, crearon en los últimos años en una docena de estados de la República, colectivos de búsqueda, los cuales han hecho visible el problema de la desaparición en México ya que, sólo entre el 1 de enero y el 31 de marzo de 2023 desaparecieron 2 mil 95 personas en todo el país, según datos del Registro Nacional de Datos de Personas Extraviadas o Desaparecidas (RNPDNO), cifra que significa un aumento del 20.54 % en comparación con el mismo periodo del 2022, en el que ocurrieron mil 738 desapariciones. De ellas mil 329 son hombres, o sea el 63.44 % y 766 mujeres, el 36.56 %.
La Comisión Nacional de Búsqueda reportó en febrero de 2023 111 mil desaparecidos (as) y no localizados(as), en tanto que, hasta finales del año 2021, se precisó que al menos 52 mil cuerpos están no identificados en instalaciones forenses de todo el país. Además, se señala que 1 de cada 4 personas desaparecidas es mujer; mientras que, en el caso de las niñas, niños y adolescentes, el porcentaje de mujeres se dispara hasta llegar a más de la mitad.
Los procesos legales a los que familiares de personas desaparecidas se enfrentaron para exigir la búsqueda de sus seres queridos son largos, tortuosos o infructuosos, y ante esto, surgió el denominado “amparo buscador”, que de acuerdo con la Comisión Nacional Búsqueda y la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID) es un mecanismo por el cual una persona, a nombre de una persona desaparecida, atribuye a autoridades la desaparición forzada, por lo que solicita a un juez dicte la realización de acciones necesarias para su localización y liberación. Pero hay un problema y es que estos procedimientos legales sólo son viables cuando el caso es de desaparición forzada y el espectro de este término es muy amplio para que se pueda considerar “forzada”.
Hay madres que llevan buscando a sus hijos durante 12 años y en estos últimos años del gobierno de López Obrador, la desaparición creció un 24% por la errónea política de los “abrazos, no balazos” ya que hay madres que sí han tenido suerte de encontrar los restos de sus hijos, y no es posible que ellas sin los recursos para hacer ese trabajo titánico lo logren y el gobierno no, pero el que ellas sigan a partir de este punto, agrava la situación porque si ellas quieren saber por qué fallecieron sus descendientes, normalmente terminan perdiendo la vida y las autoridades no hacen prácticamente nada; ese el destino de las madres buscadoras.
Es importantes una política por parte del ejecutivo que de seguridad al país que incluya una legislación que de certeza a quienes sufran cualquier tipo de desapariciones, de lo contrario seguiremos viendo de manera cotidiana como desaparecen clérigos, jóvenes, extranjeros, etc., como ha pasado hasta hoy en día, pero con el gobierno actual, es claro que no pasará nada, por tanto, debemos estar pendientes en la próxima elección si queremos que el país cambie.
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