Ha pasado ya más de un año del encierro a causa de la pandemia, periodo en el que, la mayoría de las actividades realizadas por los seres humanos se han visto suspendidas por periodos prolongados e indefinidos, sobre todo, aquellas en las que existe un contacto más personal, por ejemplo, la actividad artística.
El humano ha creado arte desde la antigüedad, primero, como una forma de comunicación con los seres divinos, con los dioses, según su interpretación mitológica y después, como forma de expresar ideas, pensamientos elevados, sentimientos intangibles, pero siempre, muy a fin con el género humano.
La actividad artística y cultural es de gran importancia como complemento de la vida y el conocimiento, como parte del desarrollo integral, de la formación de los niños, jóvenes, adultos y personas de la tercera edad. Es por esto que después de tanto tiempo es importante retomar estas actividades.
En Oaxaca existen una gran cantidad de grupos artísticos, 120 entre oficiales e independientes, según estimaciones del sistema de difusión cultural. Estos grupos se encargan de impulsar esta loable tarea, muchas veces destinando sus propios recursos, como quien dice: “por puro amor al arte” y son precisamente estos últimos los que más se han visto afectados por la pandemia, pues no solo tiene que sortear las prohibiciones de las autoridades para poder abrir las instalaciones donde se realizar las actividades artísticas (danza, teatro, etc.), sino la falta de material humano, por el miedo bien fundado de los padres a que sus hijos puedan contagiarse.
A todo esto, es necesario mencionar que algo que ha golpeado severamente a este sector es el poco apoyo gubernamental en los tres niveles (local, estatal y federal) que se ofrece para retomar la actividad cultural y así, dar una salida efectiva a los estragos psicológicos y sociales que ha causado el confinamiento, y que, al parecer no tiene una fecha para terminarse.
Por tanto, la realidad es que cuando no había “pandemia” era difícil que las autoridades responsables de este sector voltearan sus ojos a estas agrupaciones, ahora resulta más tormentoso con la anulación de los pocos fideicomisos, siete a nivel federal que afectaron directamente a las instituciones encargadas del ramo cultural y artístico, como el centro desapareció, dejando en el total desamparo a la ya maltrecha y mal pagada comunidad artística independiente del estado de Oaxaca y del país.
Es ante esta situación, que hago un cordial, pero muy sentido llamado a todos los grupos de bailarines, músicos, teatreros y maestros de las artes plásticas a hacer un frente común para defender nuestro imprescindible trabajo, cuestión que encontramos en el “Movimiento Antorchista”, pues en Oaxaca y en el país, esta organización ha demostrado con hechos que es un gran aliado para impulsar, fomentar y ayudar el arte y la cultura. Seguro estoy que muchos de ustedes conocen nuestro trabajo en este terreno y saben que lo valoramos y estimamos en todo lo que vale.
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