El rezago social en Guerrero tiene, en el sistema educativo, una de las manifestaciones mas sentidas que lo sujetan a un estancamiento permanente, del que no puede liberarse a pesar de las tentativas de sus gobernantes por encontrar los medios para lograr este fin.
El actual gobierno, derivado de la autollamada Cuarta Transformación, que inició en octubre de 2021, según las palabras del actual secretario de Educación, decidió sustituir el modelo neoliberal de educación, por un modelo científico, humanista, social y popular, que, según él, impulsa el presidente Andrés Manuel López Obrador. Evidentemente que en Guerrero, como en el país, los gobiernos no han posicionado a la educación en niveles que logre convertirse en motor de desarrollo y productividad.
La pobreza, la migración, el desplazamiento y la violencia, contribuyen a esta situación. Por otra parte, la llegada de pandemia, vino agravar la situación escolar, pues a nivel nacional, la educación a distancia acrecentó las problemáticas existentes en materia educativa: la pérdida de aprendizaje fue evidente, el abandono escolar se profundizó (en Guerrero abandonaron las aulas 124 mil alumnos), y las carencias y deterioro de la infraestructura educativa creció. También, el cierre total de escuelas, que duró 53 semanas, derivó en un rezago educativo equivalente a 2 años escolares, esto, de acuerdo con el Banco Mundial.
Después de 15 meses de gobierno morenista, el estado de Guerrero sigue apareciendo en el segundo lugar de rezago social, sólo por arriba de Chiapas, y la educación no mejora. Un destacado docente de la Montaña, revela que, en los planes de la Secretaría de Educación, no se manifiestan avances que muestren una mejoría sustancial en el Nuevo Sistema Educativo. Como antes, los discursos dicen una cosa, pero en los hechos las cosas son lo contrario. Reconoce, en principio, que algo ayudó el Programa “La Escuela es Nuestra”, pero que ha dejado de operarse. Que la cobertura de internet universal y gratuito ha quedado en promesa.
Persisten los adeudos históricos de personal en las escuelas, los adeudos de plazas en los centros de trabajo, y los cambios de adscripción que no se reponen, lo que muestra falta de personal para dar una buena atención a los alumnos. Manifiesta que la Secretaría de Educación Guerrero, reconoce que hay un promedio de diez mil trabajadores fantasmas en su interior, que están al servicio de funcionarios como choferes, guardaespaldas, cocineras y demás servidumbre con plazas de docentes. Este personal es suficiente para cubrir los docentes faltantes en las escuelas, pero no se toman acciones porque según la Secretaría de Educación, implica afectar intereses políticos. El modelo educativo, científico, humanista, social y popular de la 4T, no se asoma en esta circunstancia.
La Nueva Escuela Mexicana de la 4T, en este sureño estado, tampoco garantiza el derecho universal a la educación, pues desde hace seis años, más de trescientos jóvenes vienen recibiendo clases en sus comunidades en cinco telebachilleratos, atendidos por generosos profesores que subsisten con el mínimo apoyo de los padres de familia, y a quienes la SEG, no les resuelve las necesidades de infraestructura y personal para que a ellos pueda llevar la educación integral que los actuales tiempos exigen. Todo parece indicar que el sistema neoliberal sigue presente en la educación, pues nada cambia con respecto al pasado.
Los problemas escalan la gravedad, las necesidades de los centros escolares siguen presentes y la negativa de las soluciones a las necesidades persisten. Es necesario un verdadero cambio, elevar el nivel educativo hasta convertirlo en la columna vertebral del nuestro país, es posible. Pero es preciso comprender, que es otra tarea de un pueblo organizado y educado, que busque liberase afanosamente de la ignorancia, empezando por no confiar su suerte a proyectos irrealizables dictados por políticos farsantes.
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