La educación en nuestro país y en el mundo entero ha cambiado para bien, aunque nos hemos encontrado momentos de estancamiento muy difíciles, también se han registrado avances significativos que han situado en un estadio superior a la humanidad.
En las primeras etapas de la vida del hombre primitivo, la educación estaba basada en la enseñanza participativa de acuerdo con las funciones y necesidades de la comunidad, así que a los más jóvenes se les especializaba en el manejo del arco, se les instruía en la cacería, en la recolección de frutos y semillas para la sobrevivencia; pero luego apareció la propiedad privada, donde unos cuantos concentraron los medios de producción y se provocó el surgimiento de otro tipo de educación, esta se hizo mecánica y elitista, es decir, no estaba al alcance de todos sino limitada a la clase privilegiada, mientras que al resto del pueblo se destinaban los mecanismos para garantizar la producción.
Esto continuó durante el feudalismo, pero además se centró en la figura de la iglesia, donde a las familias y sus integrantes se les educaba en el temor a dios y a los dogmas religiosos de creer que todo fue hecho por inspiración divina y que esos planteamientos teológicos eran incuestionables. Como podemos ver, durante varios periodos, la educación ha estado al lado de los poderosos.
En la actualidad, sigue prevalece la educación para unos cuantos, para los poderosos es una educación de calidad, pero la mayoría en nuestro país sigue su preparación como técnicos para producir mercancías, sin importar otros aspectos de la vida de la gente, pero es en la etapa infantil y juvenil donde el individuo debe desarrollarse intelectualmente para aportar más a su país. Sin embargo esto no sucede porque el sistema no está diseñado para producir profesionistas con carácter crítico, científico y revolucionario, sino limitado a la preparación técnica-productiva que genere grandes ganancias para los poseedores de los medios de producción.
Para la formación de jóvenes del futuro que nuestro país requiere, se debe crear, aplicar e impulsar una educación con carácter integral, donde el educando tenga noción de las diferentes disciplinas artísticas y deportivas, donde se imparta también una educación con valores para fomentar el trabajo colaborativo, la amistad entre la comunidad, la libertad, la creatividad, la humildad, el respeto y la dignidad que le permitan discernir la realidad de las cosas que vive a diario, además de propiciar la preparación en las ciencias especializadas de acuerdo a su vocación.
Para esto, también se requiere que la persona en edad de preparación esté consciente de que el aparato educativo capitalista lo orilla a consumir los conocimientos que el sistema le proporciona a través contenidos bibliográficos muy direccionados al conocimiento técnico y deshumanizado, lo que se replica a través de la televisión, y en los últimos años a través de la pantalla del celular y mediante las redes sociales.
Con esto se genera un conocimiento que lo vuelve dócil para poder manipularlo o simplemente lo orilla a pensar que no es necesario educarse o prepararse académicamente, que es más fácil emplearse como asalariado desde temprana edad para contribuir a la economía de su familia y en otros casos simplemente se le induce a salirse de la escuela para dedicarse a las actividades que no le dejan un aprendizaje ni provecho para su vida, actuando con el conocimiento que el sistema le enseñó, reproduciendo el desinterés y conformismo de la sociedad para hacerse de bienes materiales de manera fácil, pero al final es puro engaño para seguir controlándolos según el sistema lo requiera sin importar cómo se desarrollan en el ámbito familiar, económico, social y moral.
Por eso es necesaria una educación de calidad que fomente la crítica y el conocimiento científico por parte de docentes actualizados y con una visión integral de la problemática del país, que entiendan que los alumnos requieren de su paciencia en la transmisión de conocimientos, pero a su vez los alumnos estén dispuestos a ser formados con una visión humanista, sin volverse parte de la cantidad de estudiantes que abandonan las aulas para ser parte de las filas de reserva para el trabajo obrero y que a cambio de una jornada intensa y explotadora reciben un salario mal pagado.
Por todo esto, es necesario hacer conciencia de la responsabilidad que tenemos los docentes y del papel de los jóvenes en su formación profesional, con disposición para conocer su historia y poder transformar la realidad, para ello tienen que trabajar juntos, tanto maestros como alumnos siendo necesario que sus luchas sean conjuntas para que así puedan avanzar más rápidamente y lograr sus objetivos en un corto plazo y al mismo tiempo aportar en la transformación del país con la práctica de la libertad basada en la educación, de tal manera que los mexicanos descubran la manipulación y engaño del gobierno de la 4T que ha empeorado todos los aspectos de la vida espiritual y material con lo que se tiene sumido en la pobreza e ignorancia al pueblo de México.
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