Después de la tormenta viene la calma, cuando esta ya paso examinamos el terreno, en Yucatán la primera tormenta, “Cristobal” (aparte de las otras dos y los dos huracanes que azotaron al estado) dejo afectaciones del 85% en los cultivos; 8 mil 127 viviendas dañadas; y en la infraestructura carretera, daños por 520 millones de pesos, todo esto a principios de junio de 2020, y que aumentaron a medida que el año avanzaba.
Los daños por los desastres naturales en el estado graves, aunado a una pandemia que desde finales de marzo azotaba a todo México, una doble contingencia azotaba a los yucatecos; y aunque se lanzó un llamado de auxilio a las autoridades federales, este llamado topo con pared, porque ese mismo año los recursos del fondo de desastres naturales (FONDEN) eran recortados, por lo que de esta, el estado tenía que salir solo, o mejor dicho, los yucatecos tenían que rascarse con sus propias uñas.
Después de unos meses de que han pasado las tormentas se han comenzado a anunciar las principales obras que ayudarán a mejorar las afectaciones que dejaron las tormentas tropicales, el deterioro en que quedaron servicios de pavimentaciones, luz, vivienda, obras, etc., porque es lo que se espera de un gobierno preocupado por ayudar a sus ciudadanos.
En octubre de 2020, se anunció la inversión de 111 millones de pesos para 717.7 km de ciclovía para los cuatro puntos cardinales de la ciudad de Mérida; en marzo anunciaron 42 millones de pesos para la construcción de cinco nuevos puentes peatonales en el periférico de Mérida, y el 26 de marzo, 69.5 millones de pesos para la pavimentación de calles al interior del periférico de Mérida, algunos apoyos para el campo, para la vivienda, y algunas obras para parques, escuelas, etc., por aquí y por allá, inversiones del gobierno del estado en coordinación con ayuntamientos municipales.
Después de la tormenta, y con una pandemia encima por la que aún se pide confinamiento, hay que invertir en movilidad, dice el gobierno yucateco; en un estado donde apenas el 4% de la población ha sido vacunada, según la Universidad Autónoma de Yucatán (UADY); hay que invertir en movilidad, porque se han perdido 30 mil empleos, y así la gente pueda moverse a buscar empleo; invertir en movilidad, para el estudiantado que “aprende en casa”, aunque 13 mil 555 alumnos se hayan dado de baja por falta de condiciones.
Hay que invertir en Mérida, porque es el municipio con casi la mitad de la población de Yucatán, pero no el Mérida de la periferia, no en el del sur del estado, donde hay más de 150 asentamientos irregulares a los que desde 2019 no atiende el Instituto de Vivienda del Estado de Yucatán (IVEY), que aguanten más tiempo sin la regularización, así no se les dota de los principales servicios básicos; esa no es la Mérida Blanca que la gente busca cuando viene a visitar la capital yucateca, ni es la Mérida donde vive casi la mitad de la población que puede votar en las próximas elecciones.
Porque claro, como son tiempos de pandemia y podemos estar en la calles, debemos aprovechar para mejorarlas; a quien le importa si no tenemos una vivienda digna, si existe el hacinamiento en Yucatán; si no tenemos los servicios básicos, como luz o agua en nuestro hogar; o no tenemos dinero para comer, porque seguimos sin empleo por la pandemia; a quien le interesa si en Yucatán más de 154 mil familias se integraron al umbral de pobreza, vamos a tener puentes peatonales con elevador, gracias señor gobernador.
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