El país está afectado por una doble carga de nutrición: frente a 14% de desnutrición infantil, 30% de la población adulta sufre de obesidad. Más de 18% de la población está en pobreza alimentaria por ingresos, aunado a esto la pandemia por covId-19 que, además de generar una crisis sanitaria a nivel mundial, está provocando grandes estragos económicos en México, va a plantear graves riesgos para el estado nutricional y supervivencia de los niños menores de cinco años. Solo un 44.5% de los mexicanos aseguró tener seguridad alimentaria, el 22% presenta inseguridad alimentaria moderada y severa, y el 32.9% restante inseguridad leve (Encuesta Nacional de Salud y Nutrición 2018).
Este sector de la población presenta problemas de desnutrición crónica, es decir, que los menores no alcanzan la talla recomendada para su edad; y el sobrepeso y la obesidad, enfermedades cada vez más comunes entre los niños, advierte un análisis elaborado por la Unicef, la Organización Panamericana de la Salud, la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) y el Instituto Nacional de Salud Pública (Forbes 2014-2022) el primer lugar en América Latina, y el segundo en el mundo, con casos de sobrepeso y obesidad.
Según la OCDE, 75% de la población mayor de 15 años sufren de sobrepeso u obesidad, lo cual se refleja en el incremento de casos de diabetes, hipertensión y otros padecimientos cardiovasculares. Tan solo en los últimos 20 años, la diabetes se ha convertido en la primera causa de muerte entre hombres y mujeres. Pero la situación en el país no solo se reduce a la sobrealimentación, dado que coexiste con la desnutrición crónica, la deficiencia de micronutrientes, lo que se denomina triple carga de mala nutrición; la población que vive esa inseguridad alimentaria, hasta llega a sacrificar la calidad de su dieta ya sea por falta de recursos, mientras quienes sufren de una limitación en la cantidad y calidad de los alimentos que consume, alcanzan incluso situaciones de hambre en niños y adultos.
Ante esta crisis que ya nos golpeó y que especialistas sugieren que se agravará, y para la cual no se ve que AMLO esté haciendo algo para resolverla. La crisis económica seguirá aumentando, la inflación sube a niveles históricos, ya pasó una vez, vuelve a pasar en abril con un 7.76%, la inflación altísima y, la energía de toda la 4T está concentrada en terminar sus obras, y mientras que el pueblo sobreviva con las dádivas que le da en becas, a pesar de que saben bien que millones de mexicanos se encuentran casi en la hambruna. Si relacionamos la canasta básica, es decir, el conjunto de productos básicos que requiere una persona para su subsistencia, entre ellos con mayores alzas en sus precios están: la cebolla y el limón con incrementos anuales superiores al 100 por ciento; chiles, aceites, vegetales y jitomate con aumentos del 30%; los productos cárnicos, las tortillas de maíz, que tiene un incidencia importante en la dieta de los mexicanos con una variación del 17%, es evidente que es una canasta básica inalcanzable para millones de familias que dependen de un salario mal pagado.
Ante está necesidad, todos nosotros debemos tener claro lo que pasa en nuestra realidad y tomar acciones concretas para que, cuando llegue el momento, tomemos una decisión más responsable y eficaz, aunque AMLO se ufane al decir que está combatiendo la pobreza, ya que dice y asegura que el 70% de las familias reciben apoyos de programas sociales del gobierno, pero especialistas coinciden en que en realidad la cifra no supera el 30%, por lo que en sus primeros tres años de gobierno se han incorporado al sector pobreza mas de 3 millones 800 mil personas, lo que demuestra el retroceso de su gobierno y la necesidad de la unidad del pueblo mexicano para pugnar por una patria equitativa en la que todos los mexicanos vivamos decorosamente.
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