De acuerdo con Claudia Luz Vergara Reyes de la organización no gubernamental “Hermosillo, ¿Cómo vamos?”, la pobreza es un atentado a los derechos humanos y, citando ella a Ricardo Petrella, afirma que debería ser declarada ilegal; además, fija una postura que nos parece importante: “Las políticas sociales para reducir la pobreza deberían estar más enfocadas en aumentar las capacidades y libertades de los individuos más que en apoyos económicos, deben de generar las condiciones para el acceso al desarrollo no al asistencialismo para construir sociedades resilientes y de la sostenibilidad”. Lo anterior lo sustenta apoyándose en otro economista de talla mundial, Amartya Sen, y recuerda que: “La condición de pobreza reduce las capacidades de las personas, la pobreza no solo se debe medir en condiciones económicas sino… en la privación de las capacidades porque esto limita sus libertades, coarta y obstaculiza su futuro y genera múltiples factores de vulnerabilidad que generan exclusión y discriminación”. (proyectopuente.com.mx, del 10 de junio de 2022)
Tenemos muchas coincidencias con estos puntos de vista y aunque no creemos que declarar fuera de la ley a una condición social baste para que desaparezca, si nos parece que las consideraciones de Vergara Reyes indican no sólo sinceras preocupaciones por las condiciones de pobreza que cientos de miles padecen en Hermosillo, sino la comprensión profunda de que las medidas asistenciales (y peor aún, las asistencialistas) no generan verdadero desarrollo.
Corresponde a nosotros decirlo claramente: los programas sociales de la 4T, sus programas de entrega selectiva de cantidades de dinero mediante tarjetas bancarias, implementados por el gobierno federal, no bastan para generar el desarrollo que nos garantice el crecimiento de nuestras libertades y, por tanto, a pesar de toda la demagogia morenista, seguimos oprimidos.
En Antorcha pensamos que “generar las condiciones para el acceso al desarrollo” significa resolver en concreto las carencias de infraestructura social de todo tipo que padecen las diferentes comunidades y colonias que constituyen Hermosillo, y ello sólo lo puede resolver un ingente gasto público en dicha infraestructura y en la correspondiente estructura humana que conlleva realizarla, mantenerla y asegurar su desarrollo continuo.
En otras palabras, en genera condiciones para resolver demandas y solicitudes concretas de agua potable, pavimentación, electrificación, drenaje, provisión de agua suficiente, mantenimiento de edificios escolares, nuevas escuelas, más hospitales, más y mejor atención médica, acceso a medicina baratas, desayunadores y comedores públicos, guarderías, miles de maestros de artes y de entrenadores deportivos y un enorme listado de etcéteras.
Sólo que cuando los solicitantes de todos esos satisfactores acuden a las distintas oficinas, tanto municipales como estatales, no nos dicen que no, pero ya llevan 10 meses y sólo pocas demandas asistenciales han resuelto… y eso a cuentagotas. Basta con darle un vistazo a nuestros pliegos de peticiones ingresados en octubre del año pasado y compararlos con las realizaciones materiales en esas colonias y comunidades para darse cuenta de que lo afirmado por nosotros no es ninguna calumnia sino estrictamente la realidad.
La 4T canceló la generación de esas condiciones con la desaparición de presupuestos federales para gastos en esos rubros, llevada a cabo por los sumisos diputados federales morenistas, como los ramos presupuestales 23 y 33, que canalizan recursos federales a estados y municipios, que implicó problemas de financiamiento y de desarrollo en esos niveles de gobierno, que se traducen en dos únicas respuestas cuando el pueblo exige desarrollo: “No hay” y “te doy este dinero, pero vota por nosotros”.
Esta organización popular ha propuesto desde hace muchos años una alternativa para el desarrollo nacional que hemos llamado de los Cuatro Ejes y que puede conocerse en Nuestro Proyecto de Nación - Movimiento Antorchista Nacional .
Urge, pues, una reconsideración profunda para recomponer esta situación nacional y, por ende, estatal. No se puede mantener infinitamente al pueblo en esta situación a menos que se esté promoviendo en los hechos la aplicación de la Teoría del Caos en México. Vale la pena a estas alturas releer el artículo del ingeniero Aquiles Córdova Morán “México, ¿campo de prueba de la ´Teoría del Caos´?” En ese caso, nadie, ni nosotros ni el Chapulín Colorado, podrá defender a la industria nacional de la furia irracional; una vez abierta la caja de Pandora, no habrá derecho humano que valga.
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