Izúcar, Puebla. Imelda Villanueva Gómez, directora del Bachillerato General “Salvador Díaz Mirón”, ubicado en Izúcar de Matamoros, señaló que “los planteles educativos estuvieron cerradas por 18 meses, desde marzo de 2020, cuando dio comienzo de la pandemia de SarsCov-2, hasta la fecha. Sin embargo, informó que como institución educativa, no han recibido ningún tipo de apoyo por parte del gobierno.
"Durante este tiempo no hubo apoyos estatales ni federales, para dar mantenimiento a las instalaciones y poder conservarlas en buen estado, para un eventual regreso a clases”, afirmó.
Las escuelas de este municipio, al igual que miles más en el estado de Puebla y en todo el país, deberán abrir sus puertas el próximo lunes 30 de agosto, para que millones de estudiantes asistan a clases presenciales, de acuerdo con el mandato de la Secretaría de Educación Pública, en voz de su titular, Delfina Gómez. Mismo que fue avalado por Andrés Manuel López Obrador, presidente del país, quien señaló que “llueva, truene o relampaguee” el regreso a clases va.
La profesora afirmó que esto sucede a pesar de las advertencias sobre las posibles consecuencias por parte de la Organización Panamericana de la Salud, y aun cuando se ha reportado que a nivel mundial la variante Delta del Coronavirus ataca con fuerza a niños y jóvenes, quienes, a su vez, contagiarían a sus padres y demás familiares, proceso que necesariamente conduciría a un aumento en los contagios y defunciones.
Villanueva Gómez, dijo que es cierto que urge el regreso a las clases presenciales, que significaría un paso importante para que alumnos y profesores logren mayor efectividad en los aprendizajes. Sin embargo, según estadísticas oficiales, únicamente se ha alcanzado más que un 30% de la vacunación en general, cuando debiera alcanzarse por lo menos un 70 por ciento.
Además, “el gobierno ha hecho a un lado su responsabilidad de proveer de los insumos necesarios para mantener un ambiente libre del virus, pues el gel anti bacterial y el sanitizante, deberán ser aportados por los padres de familia y los profesores, quienes no están en capacidad de sufragar el desembolso que esto significa.
Manifestó su preocupación al decir que “este intento por regresar a las aulas resulta una total improvisación. Si ya se tenía planeado regresar a clases en este ciclo escolar, los gobiernos federal y estatal debieron invertir en el acondicionamiento de los planteles escolares, pues son innumerables las carencias que se padecen en los miles de centros educativos: aulas insuficientes, carencia agua potable y drenaje, falta de espacios abiertos protegidos, y un sinfín de requerimientos para el desarrollo efectivo de la labor educativa.
Finalizó afirmando que se dejó a las escuelas en el abandono desde su cierre por esta pandemia y que urge que el gobierno asuma su responsabilidad y garantice la salud de los jóvenes y los docente, derecho básico inalienable, que debe ser respetado.
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